ECONOMíA

Cómo salir de esta malaria

Página/12 pidió ideas para reactivar la economía: planes, nociones, agendas. Las respuestas de los partidos van de lo drástico –cortar con el FMI, desconocer la deuda– a la indiferencia –que se encargue el Gobierno–, pasando por las canastas de monedas y la obsesión de exportar.

Jesús Rodríguez, diputado nacional, UCR: Hay que combinar los objetivos de cohesión social con competitividad económica y solvencia fiscal. Es imprescindible acelerar una política social que atienda la urgencia de millones de compatriotas con problemas de desempleo y subocupación. Hay que atender la iniciativa de los créditos de los pesificados de más de tres millones (el proyecto de Brown) para tener recursos para alentar el desarrollo de proyectos. Sería un camino adecuado encontrar instrumentos que reinstalen la vigencia del crédito en la Argentina para reactivar la producción.

Mario Cafiero, diputado nacional, ARI: La reactivación no es magia. Planteamos que para que haya reactivación hay que corregir la distribución del ingreso. Hay que trabajar sobre un ingreso ciudadano. En esta emergencia hay que garantizar la alimentación de los sectores más pobres con un subsidio de 60 pesos para los hijos administrado por la madre con la condición que el dinero se asigne a su educación y su salud. Todas las políticas de reactivación se han hecho sobre la oferta, y nosotros planteamos que se hagan sobre la demanda. El gobierno quiere vía exportaciones y ganar en competitividad y mejorar su volumen de venta, pero eso no garantiza un efecto derrame. El estado debe garantizar el pago de los salarios en forma puntual y recomponer el 13 por ciento. No son viables las políticas sociales focalizadas y clientelísticas, sino una política universal preventiva, si es necesario con el uso de los bonos, como los lecop, no necesariamente a través de la emisión.

Mauricio Macri, empresario: Hay que dejar actuar al gobierno. No se debe confundir con más declaraciones. El equipo económico está a cargo de la situación y es el indicado para llevar adelante la reactivación.

Luis Zamora, diputado nacional, A y L: Para reactivar es necesario llevar a cabo medidas de fondo con respecto a la deuda, se debe desconocer su pago e interrumpir las relaciones con el FMI. No hay posibilidad de destinar recursos que el FMI permita, entonces hay que romper con ellos. Aumentaría las retenciones a las exportaciones de granos, de carne y de petróleo por un monto equivalente a la devaluación y volcaría los recursos, no a cubrir a los bancos por lo alegados perjuicios de la pesificación, sino a un plan de obras públicas.
Se deben anular las privatizaciones, empezando en forma urgente por YPF y las AFJP, engrosar una masa de recursos para volcar al mercado interno para la reactivación y el desarrollo. Propongo la nacionalización de la banca y del comercio exterior para impedir la fuga de capitales que provocarían las medidas anteriores. Hay que plantear una modificación del sistema impositivo que suprima los impuestos al consumo y establecer impuestos al patrimonio y a la ganancia en forma progresiva. Todo esto lo pondría bajo control de organizaciones de usuarios y trabajadores de todas las entidades. Cuando hablo de anular las privatizaciones no propongo volver a la situación anterior, sino ahora con organización de trabajadores y usuarios de las mismas empresas para que formen parte de ellas. Por ejemplo, los trabajadores de YPF o las telefónicas que nombren delegados para el control, no la organización sindical que está burocratizada. Aunque sean medidas de fondo, son las necesarias para la reactivación. Las obras públicas reactivarían la construcción, la siderúrgica y la metalúrgica. El FMI no lo permite y es imprescindible romper, no hay que volcar los recursos para pagar la deuda porque no es reactivador. Con respecto a los capitales fugados, hay intimar a los titulares o responsables de los 120 mil millones de dólares registrados por el BCRA que están el en exterior para que retornen a la Argentina en un plazo breve. Y si no recuperar una parte de ellos porque sus dueños son los titulares de las empresas, bancos y tierras de la Argentina. Son los evasores de impuestos a los que hay que ejecutarles los inmuebles, como nos pasaría a cualquiera de nosotros, y garantizar con sus activos los capitales fugados. Las AFJP son un tercio del déficit fiscal argentino. Las retenciones son 10 mil millones de pesos anuales si se cobraran un porcentaje equivalente de lo que se devaluó.

Rodolfo Terragno, senador nacional, UCR: Con respecto a la certidumbre cambiaria, la flotación no sirve. El mercado no cree que el Banco Central tenga las espaldas ni la muñeca necesarias. Volver al tipo de cambio fijo o dolarizar sería un despropósito: perderíamos toda esperanza de ser competitivos. En cambio, el peso debería estar legalmente atado a una canasta, integrada por las monedas de los países con los cuales comerciamos. Eso nos daría, al mismo tiempo, flexibilidad y previsibilidad. En relación a la liberación de depósitos, los riesgos de abrir el corralito son muchos; los riesgos de mantenerlo son infinitamente superiores. En la primera etapa, los certificados de depósito deberían fraccionarse y servir no sólo para comprar determinados bienes, sino para efectuar cualquier transacción. Con respecto al nuevo sistema financiero, la obligación del Estado no es proteger al banco A ó B sino a los ahorristas. Sean estatales o privados, nacionales o extranjeros, muchos bancos desaparecerán. Lo importante es que no desaparezca la plata de la gente. Habrá fusiones y un proceso de concentración. El oligopolio bancario deberá ser controlado luego mediante estrictas regulaciones. En relación a la obsesión por el ingreso, durante años vivimos con la obsesión de cortar gasto. Todavía es posible cortar, pero así no se llega nunca al equilibrio fiscal. El Estado necesita recaudar más y eso exige dos cosas: crecimiento económico y una reforma de la administración fiscal. Exportar, exportar, exportar. La locomotora del crecimiento son las exportaciones. El sector externo es el único capaz de hacernos duplicar el PIB en 10 años y fortalecer, por añadidura, el mercado interno. Debemos estimular, no gravar, las exportaciones. En particular las de valor agregado.

Jorge Rivas, diputado nacional, ARI: La prioridad es darle al Estado un rol marcado en la economía, un papel regulador y no ausente con respecto a los bienes en la distribución económica que no puede estar ausente, como son la educación, la salud y el trabajo. En la Argentina, el 92 por ciento del PBI es consumido internamente, sólo se exporta el ocho por ciento, por lo tanto, suponer que la Argentina puede salir de la recesión beneficiando a los exportadores es incorrecto, se sale mejorando las condiciones del consumo interno. Desde el Frenapo impulsamos un seguro de empleo y formación como primer factor para incidir sobre los que no tienen empleo para que estén contenidos. Como segundo factor, que el desempleo no impulse una baja del salario. Y tercero, formular políticas de contención universales, sin estar atadas a la discrecionalidad del color político del gobierno de turno para que los que están en una situación de indigencia no tengan que deberle al intendente o al puntero. El país tiene una regresividad tributaria que está por debajo de Zimbabwe. Se debería avanzar en la eliminación de impuestos indirectos y avanzar en los que graven la renta, la ganancia y la riqueza, lo que haría que el sistema tributario fuera mucho más redistributivo y no existiera esta situación de indigencia obscena por un lado y de ganancia obscena por otro.

Jorge Altamira, legislador porteño, PO: La medida más importante es la nacionalización de la banca y de las AFJP sin indemnización. El sistema bancario debe servir para centralizar recursos para una planificación económica y no como ahora, que absorbe alrededor de 16 mil millones a través del Banco Central para mantenerse en pie. Sin el cese del pago y el desconocimiento de la deuda externa no hay reactivación. La deuda pública del gobierno con los bancos se canjea con el bono en dólares de los ahorristas y pretenden que ellos salven esta deuda pública. Esta es una medida de pago de la deuda externa con los ahorros nacionales, los ahorristas lo pagan en forma compulsiva. Somos partidarios desde siempre de que no se pague la deuda externa, y que no se confisque compulsivamente los ahorros que los depositantes se negaron de pesificar a 1,4 peso. Por último, propongo reducir la jornada laboral y habilitar un nuevo turno en las empresas, con lo cual se ocuparía mano de obra y se reactivaría el consumo interno sin reducir el salario. Con esto se generaría una reactivación económica. Como hoy las empresas no van a invertir, todo lo que de sus ganancias se derive a salarios es un factor reactivador que alienta el consumo.

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