EL MUNDO › LA CAPITAL ITALIANA CONSAGRó COMO ALCALDE AL NEOFASCISTA GIANNI ALEMANNO

Cuando Roma volvió a su peor pasado

El candidato ultraconservador de Silvio Berlusconi triunfó ayer en la segunda vuelta de las municipales. La centroizquierda perdió un bastión a quince días de haber sido derrotada en las generales. Como consuelo, mantuvo Pisa y Sondrio y arrebató a la derecha Massa y Vicenza.

 Por Miguel Mora *

Desde Roma

Sesenta y cinco años después de la caída de Mussolini, la mística fascista volvió ayer al poder en Roma. Gianni Alemanno, el delfín ultra del posfascista Gianfranco Fini (Alianza Nacional) y candidato del Pueblo de la Libertad de Silvio Berlusconi, obtuvo el 53,5 por ciento de los votos en la segunda vuelta de las municipales y derrotó a Francesco Rutelli, candidato del Partido Democrático, que logró un 46,5 por ciento, según los resultados definitivos. La baja participación, del 62,5, concede a la derecha su primera victoria electoral en la capital en treinta años. Mientras los taxistas romanos celebraban el resultado con un desfile espontáneo y haciendo sonar las bocinas, la decepción de la izquierda, que suma a la derrota en las legislativas la pérdida de su ciudad talismán, era ayer por la tarde absoluta. El Laboratorio Roma, la ciudad donde en 1993 el alcalde Francesco Rutelli inició la experiencia de gobierno de coalición que alentó el nacimiento del Olivo y después de la Unión, vivió un final doloroso y que dejará secuelas. La victoria de Berlusconi en las generales ha completado un vuelco electoral en toda regla: a la inesperada victoria en la capital, el PDL suma el triunfo del movimiento “anti Roma” en el norte del país, donde la Liga Norte, que aboga por el fin del centralismo, creció hasta los tres millones de sufragios en las generales.

El ultraconservador Alemanno había caído en la primera vuelta de hace quince días por cinco puntos, pero logró forzar una segunda votación; ayer no sólo remontó, sino que se impuso con holgura: cerca de 100.000 votos y siete puntos de ventaja. Rutelli perdió casi 100.000 votos respecto del primer turno, mientras Alemanno subió más de 100.000, desde 677.000 a 781.000. El líder neofascista convenció a más de la mitad de los votantes con su discurso simple, claro y anticomunista, basado en un punto programático casi único: ser más duro con los inmigrantes y devolver la limpieza y el orden a la capital. “Seré el alcalde de todos los romanos, el veneno de la campaña es cosa del pasado”, afirmó ayer Alemanno.

La derrota de Roma abrirá heridas profundas en la izquierda, cuyo desencanto se tradujo en una fuerte aumento de la abstención: en la capital, la participación cayó 10,5 puntos respecto de la primera vuelta.

La operación reformista diseñada por el ex alcalde de Roma Walter Veltroni ha sufrido el peor revés imaginable. Tras ser reelegido para dirigir el ayuntamiento en 2006 con el 61,4% de los votos frente al propio Alemanno, Veltroni decidió presentarse en solitario como candidato del nuevo Partido Democrático en las legislativas y perdió por casi 10 puntos frente a Berlusconi. Ahora, el PD ha perdido también Roma, aunque Rutelli comandaba una coalición similar a la que integró el Gobierno Prodi, con una docena de partidos, entre ellos la Izquierda Arcoiris y los radicales de Emma Bonino.

Alemanno (Bari, 1958) es una figura controvertida y llena de aristas que entró en política siendo muy joven en el Movimiento Social Italiano (MSI), partido nacido de las cenizas del fascismo y que fue fundado por su suegro, Pino Rauti, un político y periodista vinculado con Ordine Nuovo, un grupo acusado de varios atentados terroristas. Líder del Frente de Juventud, agitador callejero, antiamericanista virulento y orador de verbo encendido, Alemanno sucedió en ese puesto a Gianfranco Fini, su jefe actual en Alianza Nacional. “Es la victoria más bonita del centroderecha”, dijo ayer Fini al conocer el resultado. “Una victoria histórica de Alianza Nacional.”

La votación de ayer decidía además cinco gobiernos provinciales y las alcaldías de otras seis capitales. Casi seis millones de electores estaban llamados a las urnas. Además de Roma, el PDL de Berlusconi se hizo con el poder local en Viterbo y Udine, mientras la izquierda mantuvo Pisa y Sondrio y arrebató a la derecha Massa y Vicenza. Fue su único consuelo en un día pésimo para la izquierda italiana, que ha pagado muy caras las broncas internas que sacudieron al Gobierno Prodi y su torpeza para responder a la sensación general de crisis, degradación e inseguridad ciudadana.

* De El País, de Madrid. Especial para Página/12.

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Alemanno convenció a más de la mitad de los votantes con su discurso duro con la inmigración.
Imagen: AFP
 
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