EL MUNDO › LLAMO A RELANZAR LA COALICION INTERNACIONAL COMPROMETIDA CON LA SALIDA HUMANITARIA

Ingrid convocó a Chávez, Correa y Cristina

Un día después de ser liberada, Ingrid Betancourt llamó a reparar los vínculos entre su país y sus vecinos, dañados a partir de los diferentes enfoques para enfrentar la amenaza guerrillera. La ex rehén fue muy cálida en su agradecimiento a Cristina.

La ex candidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt resucitó ayer la posibilidad de apoyo internacional para negociar la libertad de los rehenes en poder de las FARC. Según la ex candidata, para esa meta es necesario que los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Ecuador, Rafael Correa, “ayuden a restablecer sus vínculos de amistad, de fraternidad, de confianza” con su colega colombiano, Alvaro Uribe.

“Pienso que tenemos que invitar a otros actores regionales a que nos ayuden a que esto se mueva. Pienso en la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y otros jefes de Estado. Como decía ayer, con el entendimiento que nos ayuden a la liberación de los secuestrados, no a fortalecer la guerra en Colombia”, comentó.

Un día después de ser rescatada en una operación de inteligencia militar, Betancourt anunció que trabajará por la liberación de personas en cautiverio en todo el mundo y se pronunció por el armado de una “liga de países” que impulse la salida de rehenes que aún están en manos de la guerrilla.

Por la mañana de ayer, en una entrevista radial, Betancourt sostuvo que “hay que pensar en nuevos actores regionales” para tratar la situación colombiana. Betancourt destacó que Cristina Kirchner “ha estado tan pendiente de nosotros, me envió unos mensajes tan hermosos que logré oír” y agradeció la participación de la mandataria en una marcha por su liberación durante una visita a Francia. “Yo quiero, con todo cariño, con todo afecto, decirles que les agradezco tanto a ustedes, a los argentinos; al ex presidente Kirchner y, obviamente, a vuestra presidenta a quien yo quiero, no la conozco, pero es como si la conociera, Cristina Kirchner’’, insistió la mujer liberada.

La política franco-colombiana pasó la primera noche en casa de su madre en Bogotá relatando detalles de su secuestro y pidió este jueves desayunar con naranjas, dijo su esposo Juan Carlos Lecompte. “Llegamos a la casa muy entrada la noche y nos enfrascamos en una larga conversación donde nos narró los detalles de su triste cautiverio. Ella quiso desayunar con naranjas, tenía ese antojo, y ahora su prioridad es salir a encontrarse con sus hijos”, señaló Lecompte.

“Ella está muy bien, generosa de espíritu y muy lúcida. Su cuerpo tiene algunas secuelas del cautiverio pero nada grave. Su alma está muy fortalecida. Y ahora su prioridad es encontrar a sus niños”, añadió el esposo de la política. Un rato después llegó al aeropuerto militar de Catam junto a su madre, Yolanda Pulecio, y su esposo, Juan Carlos Lecompte, para recibir a sus hijos, su hermana y su ex marido Fabrice Delloye y al canciller francés, Bernard Kouchner, que también era parte de la comitiva.

Betancourt, vestida con un discreto conjunto de chaqueta y pantalón negro, una blusa blanca y con su larga cabellera recogida en una delicada trenza, estaba acompañada por su madre, Yolanda Pulecio, el canciller Fernando Araújo, quien hace más de un año también fue rescatado tras un largo secuestro, y el embajador francés en Bogotá, JeanMichel Marlaud.

Betancourt no se contuvo: subió apresurada las escalinatas y abrazó a sus hijos en la puerta de la aeronave. No alcanzó a contener las lágrimas. También abrazó a su ex esposo Fabrice Delloye y al canciller Kouchner.

Luego, ingresó al avión en donde permaneció por diez minutos antes de bajar para hablar con la prensa.

“Estoy muy orgullosa de ellos que lucharon solitos y dieron una batalla hermosísima” por mi libertad, dijo Betancourt tras abrazarlos y recordar que la última vez que los había visto eran apenas unos niños. En el avión viajaba una delegación de 30 personas, entre ellos la hermana de la ex rehén, Astrid Betancourt, varios diplomáticos y médicos. Cuando aparecieron en la escalerilla del avión, Betancourt y sus hijos se confundieron en un solo y estrecho abrazo, que mantuvieron incluso mientras ofrecieron declaraciones a los periodistas.

“Cuando los vi lloré y los abracé. Les dije que estaban grandes y que me tenían que soportar porque iba a comportarme como un chicle y me los iba a comer a besos, que quiero abrazarlos en la cama”, señaló emocionada la política, a la vez que besaba entre frase y frase a cada uno de sus hijos. En sus declaraciones los tres no dudaron en celebrar la “perfección” de la operación militar que permitió el miércoles el rescate de Betancourt y catorce rehenes más. Sin embargo, coincidieron también en que seguirán luchando por la libertad de al menos otros 24 rehenes que quedaron en las selvas colombianas.

“Seguimos pensando en las familias de quienes siguen secuestrados. No los olvidamos y vamos a seguir luchando por ellos”, aseguró Melanie en declaraciones a periodistas. Lorenzo, por su parte, dijo que “hemos ganado un combate por la libertad. Pero quedan secuestrados en la selva y por ellos no vamos a parar, porque la libertad es muy importante”, concluyó.

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La ex rehén Ingrid Betancourt junto a sus hijos, Melanie y Lorenzo Delloye, durante el reencuentro ayer en Bogotá.
Imagen: AFP
 
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