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La buena fe de Uribe

Una vez cumplida con éxito la liberación de seis rehenes en poder de las FARC y ante denuncias de mediadores de que el sobrevuelo de aviones militares puso en riesgo la operación, el gobierno de Alvaro Uribe admitió el hecho pero dijo que fue “un error de buena fe”. El jueves fue entregado el ex diputado Sigfredo López al Comité Internacional de la Cruz Roja, completándose la liberación de seis rehenes anunciada por las FARC. El domingo habían liberado a tres policías y a un soldado, y el martes, al político Alan Jara, capturado en 2002. Pero pasaron naves militares sobre el área pactada para la primera entrega, lo que estuvo a punto de arruinar el operativo, según el periodista Daniel Samper, miembro de la comisión de garantes en la liberación. “El gobierno cometió una transgresión muy delicada, muy grave de las normas del protocolo (de seguridad) con los sobrevuelos sobre el área de las liberaciones”, señaló Samper. El periodista, miembro del grupo Colombianos por la Paz –que lidera la senadora opositora Piedad Córdoba y sirvió como garante de la liberación de seis rehenes– narró que las FARC llegaron a cancelar las entregas el domingo. “El momento más crítico fue cuando la guerrilla canceló la misión debido a los sobrevuelos. ¿Cómo puede ser que se piense que con sobrevuelos militares se pueda hacer una operación tranquila de recibir a unos rehenes? Eso no se le pasa por la cabeza a nadie”, precisó. En un comunicado, el Ministerio de Defensa admitió los sobrevuelos pero dijo que se trató de un error de buena fe del comandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla. “El ministro (Juan Manuel Santos) consideró que los sobrevuelos fueron un error de buena fe, tal vez producto de la falta de definición de lo que podría ocurrir por encima del límite aprobado y así se lo hizo saber al CICR. Esto quedó totalmente aclarado para las dos liberaciones siguientes.” El martes, el ministro Santos había asegurado que el sobrevuelo de aviones militares se dio a más de 3000 metros de altura y que había sido pactado con el CICR. El funcionario admitió que el jefe de la delegación del CICR en Colombia, Christophe Beney, se comunicó con él el domingo para denunciar la situación, que dijo desconocer, y que se comprometió a resolver de inmediato. En medio de la polémica, el vocero del CICR en Colombia, Ives Heller, dijo que “sí hubo sobrevuelos y eso creó tensión. El señor Beney llamó al ministro Santos y le expresó su preocupación y los sobrevuelos cesaron inmediatamente”, agregó.

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