No será un sábado más el de hoy para el boxeo argentino. Por la tarde, en el Stadt-halle de Rostock, en Alemania, el invicto noqueador santafesino Marcos René Maidana irá en procura del título welter junior de la Asociación Mundial ante el campeón ucraniano Andreas Kotelnik. Y casi en la madrugada del domingo y en el Nuevo Palacio Aurinegro de Puerto Madryn, Chubut, Omar Narváez hará la 15ª exposición de su corona mosca de la Organización Mundial frente al estadounidense Rayonta Whitfield. De ganar, Narváez inscribirá su nombre en la historia del pugilismo nacional porque dejará por detrás el record de catorce defensas exitosas que Carlos Monzón alcanzó en los años ’70. TyC Sports transmitirá ambos combates: el de Maidana, en diferido a partir de las 19, y el de Narváez, en vivo desde la 0.30 del domingo.

Maidana (63,500 kg) no perderá el tiempo. Ya anticipó que saldrá a correrlo a Kotelnik por todo el ring y a tratar de imponer el vigor de sus ganchos al cuerpo y de sus manos cruzadas a la cabeza para terminar rápido la tarea. La incógnita, en todo caso, pasará por determinar si en el primer nivel internacional las manos de Maidana pesan como han pesado hasta aquí. Su record impresiona: ganó sus 25 peleas, 24 de ellas antes del límite. Pero ha sido construido a partir de rivales de escasa exigencia.

Kotelnik (63,400 kg), de 31 años, no es ningún crack. De sus 33 combates, ganó 30 (apenas 13 por nocaut y dos de ellos a los argentinos Juan Alberto Godoy y Marcelo Saucedo), perdió 2 y empató 1 y hace poco menos de un año que ganó su título. Es un típico exponente de la escuela europea de boxeo, con su estilo largo y prolijo, y a eso apostará hoy. El ucraniano sabe que no deberá prenderse en los intercambios, que tendrá que hacer valer su jab de izquierda y que sus chances crecerán a medida que vaya avanzando la pelea. Habrá que ver si le sobra fortaleza física y solidez espiritual para soportar el asedio al que lo someterá Maidana, no bien suene la primera campanada en Alemania.

Por la noche y ante su gente, Narváez (50,500 kg) deberá aprobar un desafío exigente. Whitfield (50,600 kg) está invicto como él, pero es diez centímetros más alto y los hará valer trabajando desde afuera y apelando a los golpes largos para mantener a raya al argentino. Narváez, que dice haber alcanzado su mejor preparación de los últimos tiempos, estará obligado a oponerle la velocidad de sus piernas y la flexibilidad de su cintura para meterse en la corta distancia y anular la superioridad física del estadounidense.

El talento, las variantes, la rapidez física y mental de Narváez, sumadas a su condición de local, lo transforman en candidato. Pero Whitfield, con su record de 22 triunfos, 11 por fuera de combate, es, quizás, el mejor retador que ha enfrentado y eso obliga a tomarlo con respeto. De todos modos, Narváez nunca ha tenido motivación mayor a la hora de subir a un cuadrilátero. Más allá de la victoria, lo espera la historia que lo pondrá, al menos en lo estadístico, un paso por delante de la leyenda del gran Monzón.