EL MUNDO › EL BOMBARDERO NIGERIANO DEJó PERPLEJOS A LOS EXPERTOS EN TERRORISMO

Umar sigue siendo un misterio

Los servicios sabían que era peligroso, pero no lo detuvieron. También, que hace tiempo que Al Qaida busca trasladar sus estructuras a la Península Arábiga, pero no hicieron nada.

 Por Eduardo Febbro

Desde París

Umar Faruk Abdulmutallab sigue siendo un misterio. Su breve comparecencia –cinco minutos– ante el tribunal de Detroit no ha permitido sacar de la sombra varios puntos oscuros sobre su verdadera trayectoria ni su intento de hacer volar el avión de la compañía norteamericana Northwest. También persisten otras incógnitas: ¿por qué los servicios secretos no detuvieron al nigeriano antes de que tomara el avión cuando en realidad ya disponían de sólidas informaciones sobre su peligrosidad? ¿Por qué dejaron prosperar en Yemen las células de Al Qaida cuando, aquí también, se sabe desde hace mucho que ese país ofrece una apacible retaguardia a los herederos de Osama bin Laden y que, casi desde su creación, Al Qaida buscó trasladar sus estructuras a la Península Arábiga?

El presidente norteamericano acusó al sector de Al Qaida que opera en la Península Arábiga (AQPA) de haber “entrenado” y “equipado” en Yemen a Umar Faruk Abdulmutallab. Desde sus inicios, Al Qaida nunca ocultó su ambición de trasplantar el ojo del terrorismo global a la Península Arábiga, que es la tierra sagrada del Islam. Después de haber sido duramente golpeada en Arabia Saudita (2006), Al Qaida se reencarnó en Yemen, que es la cuna de la familia de Osama bin Laden.

Con dos rebeliones en su territorio, una en el norte y la otra en el sur, y un sólido enjambre de tribus armadas que tradicionalmente preservan su autonomía, delimitan sus sectores y secuestran regularmente a extranjeros, las autoridades yemenitas son impotentes para controlar un país inmenso cuyo relieve montañoso ofrece numerosos escondites.

Dominique Thomas, especialista francés de los movimientos insurgentes árabes en la Escuela Superior de Ciencias Sociales (Ehess), señala al respecto que “Yemen es una tierra para todos los tráficos, un país que ningún poder central jamás logró controlar eficazmente”. El experto francés recuerda que la rebelión yemenita del sur del país siempre coincidió con las tesis jihadistas y ello le valió a Al Qaida la adhesión de las tribus, que le ofrecen apoyo y protección. Thomas recalca además que “Bin Laden siempre se rodeó de yemenitas, en particular los que venían de las regiones del sur, de donde es oriundo su padre. Es cultural, los entiende y tiene confianza en ellos (...). Y, por otra parte, los sauditas jamás lo consideraron realmente como un saudita sino como un yemenita”.

Con la colaboración de Estados Unidos, el gobierno de Saná lanzó hace poco una serie de ofensivas contra las bases de Al Qaida. El canal estadounidense ABC News reveló incluso que buques de guerra estadounidenses habrían lanzado misiles de crucero contra bases islamistas. Los gobiernos y los medios de comunicación dan signos de empezar recién a conocer el papel que desempeñan los extremistas yemenitas. Sin embargo, esta historia consta de episodios conocidos por los expertos en la región.

La facción yemenita de Al Qaida es hoy el núcleo central de esa agrupación en la Península Arábiga (AQPA). AQPA inició su reorganización en 2006, luego de que Arabia Saudita le asestara un duro golpe a raíz de los atentados que cometió en territorio saudita a lo largo de 2003. AQPA terminó de forjarse a principios de 2009 con la unión de las ramas sauditas y yemenitas. El eje de comando de AQPA está compuesto por muchos radicales y terroristas yemenitas que se fugaron de una cárcel de Saná en 2006, entre ellos el actual jefe de AQPA, Nasser Al Wahichi, o fueron excarcelados por las mismas autoridades de Yemen en los dos últimos años.

Los analistas en cuestiones terroristas saben que Al Qaida, decapitada en Afganistán, golpeada en Irak y en Pakistán, ve en países como Somalia y Yemen una alternativa de terreno operacional semejante al que posee en las zonas tribales de Pakistán. Al Qaida en la Península Arábiga está muy bien implantada en las provincias orientales de Yemen. Estas regiones están fuera del control del presidente Yemen Ali Abadallah Saleh. La zona es un semillero de turbulencias. Somalia, separada de Yemen por el Golfo de Adén y sacudida por rebeliones y movimientos radicales, ofrece un territorio ideal de redespliegue para los grupúsculos extremistas.

El caso de Umar Faruk Abdulmutallab responde sin embargo a lo que los norteamericanos llaman lone wolves, lobos solitarios, y que Jean-François Daguzan, especialista en terrorismo islámico y jefe de investigaciones en la Fundación para la investigación estratégica, definió en el diario Libération como “terroristas exteriores a un grupo organizado que se exaltan, se radicalizan y encuentran sus blancos, incluso las técnicas que utilizan, en Internet”. La evolución de Al Qaida muestra que, desde hace unos años, la “red” se ha convertido en una suerte de marca registrada adoptada sea por esos lone wolves o por grupos regionales a imagen y semejanza de AQPA o Al Qaida en el Magreb islámico.

Jean-François Filiu, historiador y especialista del islamismo, cree, no obstante, que la red de Osama bin Laden está en crisis. Según explicó Filiu a la prensa francesa, los dirigentes de Al Qaida efectúan una “puesta en escena. Invierten mucho en Internet, exageran su presencia y su impacto real. Lo que vemos desde la Navidad es que, sin llegar a tener éxito con un atentado, llegan a suscitar la misma tempestad mediática y las mismas angustias en torno de la seguridad”.

Daguzan resalta no obstante que, por más exagerada que sea, esa amenaza es latente: “A pesar de los golpes recibidos, el núcleo central de la nebulosa de Osama bin Laden existe siempre, incluso si el sistema se alimenta en adelante con grupos nacionales o regionales (...). El gran éxito de bin Laden con el 11 de septiembre consistió en golpear la imaginación. Incluso si desde entonces la nebulosa acumuló fracasos, su brillo persiste entre quienes suenan con una jihad global”.

Esa estrategia del lobo solitario tal vez pueda explicar las incongruencias que rodean la trayectoria de Umar Faruk Abdulmutallab. Daguzan anota al respecto que “la presión en torno de la seguridad ejercida por Occidente explica el recurso a esos individuos aislados que, la mayoría de las veces, nacieron en los países concernidos o están instalados desde hace tiempo. Todos tienen perfiles similares: jóvenes capacitados, ingenieros o médicos, aparentemente integrados, que se excluyen dentro de una lógica cercana a la de las sectas y se radicalizan hasta pasar al acto”.

Pero, ¿quién entrenó y armó al solitario nigeriano que abordó el avión de la Northwest? Las autoridades yemenitas intentan deslindar a Yemen de toda relación con el nigeriano Umar Faruk Abdulmutallab. Rached al Alimi, viceprimer ministro encargado de la defensa y la seguridad, aseguró hace unos días que “según las informaciones que nos fueron suministradas, Umar Faruk Abdulmutallab se unió a los rangos de Al Qaida en Londres”. Gran Bretaña afirma que el proceso se llevó a cabo en Yemen y en la misma Nigeria. El nigeriano relató al FBI que fue entrenado en Yemen en la red de Osama bin Laden.

El joven llegó a mediados de agosto a Yemen y siguió cursos de idioma árabe en un Instituto de Saná. Desapareció en septiembre y reapareció el 7 de diciembre. Según la versión de Rached al Alimi, se habría “escondido” en la provincia de Chabwa (este), donde conoció al imán radical Anwar al Aulaqi y a uno de los jefes de Al Qaida, Mohammed Umir. El ministro británico del Interior, Alan Johnson, reconoció “la posibilidad de que la radicalización de Abdulmutallab pudiera haber comenzado o haber sido alentada durante sus estudios en el University College London”, entre 2005 y 2008. Alain Chouet, ex jefe de los servicios secretos franceses, opinó que la transformación de Abdulmutallab debió plasmarse en Londres, “donde él mismo se alimentó con Internet y con dos o tres predicadores”.

Thomas, el especialista de Ehess, sigue pensando que el Reino Unido ofrece aún una plataforma para “formarse” porque “existen aún pequeños centros radicales, que reúnen en particular a los partidarios del imán radical Omar Bakri”.

El viceprimer ministro yemenita aclaró que “según elementos de la investigación los explosivos venían de Nigeria y no de Yemen”. Pero Nigeria recalcó que esto era imposible: su ministra de la Información, Dora Akunyili, afirmó que Abdulmutallab, que fue de Accra a Nigeria en vísperas de Navidad, había pasado menos de media hora en el aeropuerto de Lagos antes de volar a Amsterdam y luego a Detroit. “Se puede encontrar pentrita en cualquier lugar. Pero es un explosivo militar que no se fabrica de manera casera, alguien tiene que habérselo dado”, comentó Chouet. Los expertos recuerdan que los explosivos son similares a los utilizados en una tentativa de atentado en agosto en Yeddah, perpetrado por un miembro de AQPA que se encontraba en Yemen.

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Umar Faruk Abdulmutallab, detenido por terrorismo.
 

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