Luego de la derrota demócrata en una elección crucial la semana pasada, el presidente Barack Obama reunió ayer a su equipo económico para definir medidas en favor de la clase media, tema que debería dominar su discurso sobre el Estado de la Unión mañana por la noche ante el Congreso.

Tradicionalmente este discurso es la ocasión para que el presidente presente a los estadounidenses su programa para el año próximo. La primera comparecencia de este tipo para Obama adquiere una urgencia particular luego de la derrota del 19 de enero. En efecto, un republicano ganó en Massachusetts la banca que ocupó durante casi medio siglo el fallecido Edward Kennedy, figura señera de la izquierda estadounidense, haciendo perder a los demócratas la mayoría calificada que tenían en el Senado, que les permitía evitar una traba por parte de la oposición.

Este desenlace pone en el limbo el ambicioso proyecto de reforma del sistema de salud impulsado por Obama, que el viernes reaccionó afirmando que continuará “luchando” para mejorar las condiciones de vida de los estadounidenses que tienen dificultades para pagar sus cuentas en este período de crisis económica.

Obama analizó junto a su vicepresidente y encargado del equipo denominado “Fuerza de choque para la clase media” Joseph Biden, su presentación, que incluirá la “creación de buenos empleos, el abordaje del déficit y la lucha por las familias de clase media”, según la oficina de prensa de la Casa Blanca. “Luchamos todos los días para que los estadounidenses encuentren trabajo, por crear buenos empleos y fortalecer nuestra economía a largo plazo”, afirmó ayer antes del inicio de la reunión, el presidente, cuya gestión de la economía es criticada por la mayoría de sus compatriotas, un año después de su asunción.

Obama detalló una serie de medidas destinadas a aliviar la carga de las familias con niños, estudiantes o ancianos a cargo. Entre ellas, destaca el aumento de la desgravación fiscal por hijo o familiar dependiente, que se doblará para las familias que tengan ingresos menores a 85 mil dólares al año y se creará un programa que limite los pagos de los préstamos a estudiantes al 10 por ciento de sus ingresos por encima de “un nivel de vida mínimo”. Además, se planteó la ampliación de los créditos fiscales para que éstos coincidan con los ahorros de jubilación, entre otras iniciativas.

Desde que se creó este equipo, hace casi un año, Biden se dedicó a viajar por todo el país para reunirse con diferentes actores con el fin de escuchar sus situaciones y sus necesidades tras que el país se viera golpeado por la peor crisis financiera desde la década del ’30.

El desempleo constituye un rompecabezas mayúsculo para Obama y su administración. Pese a que Estados Unidos salió de la recesión en el verano boreal pasado, la economía perdió 85.000 empleos en diciembre y la tasa de desempleo oficial se mantiene en el 10 por ciento. Incluyendo a los desempleados considerados “desanimados”, el porcentaje llega a 17,3 de la población económicamente activa del país.

“Los estadounidenses de clase media son afectados de lleno por la crisis económica y trabajan cada vez más para ganar menos”, declaró el domingo a una cadena de televisión David Axelrod, uno de los principales consejeros de Obama. “Existe una sensación de inseguridad económica y la Casa Blanca planea hacer todo lo posible a corto plazo para generar empleos y que la economía crezca”, dijo a CNN.

En busca de un efecto de apalancamiento en el mercado laboral, Obama parece privilegiar ahora medidas poco costosas para el contribuyente. Visto el colosal déficit presupuestario –cerca de 1400 millones de dólares–, la administración se muestra poco dispuesta a preparar un nuevo plan de reactivación como el de 787.000 millones aprobado 11 meses atrás. Según la Casa Blanca, esta reunión anticipa “uno de los temas principales del discurso del presidente, el de la creación de empleos estables, la reducción del déficit presupuestario, el cambio en Washington y el combate por las familias de clase media”.