EL MUNDO › MASIVA MARCHA EN EL CAIRO A UNA SEMANA DE LA CAíDA DE HOSNI MUBARAK

El festejo de un millón de libres

Los egipcios vivieron un día de fiesta y de exigencias al gobierno militar. La más importante fue que se levantara el estado de excepción y se investigaran los abusos a los derechos humanos y los asesinatos.

La ya famosa plaza Tahrir se volvió a llenar ayer. Los egipcios no estaban protestando, sino todo lo contrario. Más de un millón de personas ocuparon las calles para festejar que una semana atrás lograron que renunciara Hosni Mubarak, que había estado en el poder por 30 años. Los egipcios explicaron que la jornada de ayer era el “viernes de la victoria y de la continuación”. En esa consigna, se hacía visible la preocupación sobre el futuro de ese país, que ahora está en manos del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas.

Los cánticos se volvieron una constante en la céntrica plaza de El Cairo. “Fuera el estado de excepción”, reclamaban los manifestantes, que se reunieron para rezar, como lo hacen todos los viernes. En sus plegarias estuvo el recuerdo de las cerca de 365 personas que fueron asesinadas por las fuerzas estatales y por los grupos de seguidores del ex presidente. Pero las manifestaciones no tuvieron lugar únicamente en la capital egipcia. En Alejandría, centenares de miles de egipcios salieron a las calles. Unas 20 mil personas en Al Arish, en el Sinaí, reclamaron a los militares que gobiernan el país que apliquen reformas rápidas. En Ismailia, unos 10 mil ciudadanos exigieron que se enjuicie a los responsables de los asesinatos de los manifestantes.

En El Cairo, quien pronunció la oración fue el predicador egipcio jeque Yussef al Qaradawi, que estuvo exiliado durante los últimos 30 años en Qatar. “La revolución no ha terminado. Aún debe comenzar la construcción de Egipto”, dijo el islamista de 84 años. “Sigan adelante con la revolución y manténganse unidos. No permitan que nadie se les ponga en el camino”, arengó Al Qaradawi a las familias que volvieron a la plaza Tahrir, mientras sus hijos pintaban mensajes de paz en ese lugar que fue epicentro de la revuelta que se inició el 25 de enero.

Con esa multitudinaria movilización, los egipcios procuraron darles un mensaje a los militares en el poder. “Conmemoramos a los mártires y, al hacerlo, pedimos justicia”, le dijo a la cadena Al Jazeera Mohammed Waked, uno de los organizadores de la manifestación. “Si los que fueron detenidos durante las protestas no son liberados, será una mala señal”, advirtió. “Demostraría que el ejército no es sincero cuando promete reformas políticas”, concluyó. Entre otras cosas, los militares se comprometieron a excarcelar a los presos políticos, a levantar el estado de emergencia, a redactar un nuevo texto constitucional en cuestión de días, a celebrar un referéndum en dos meses y a abandonar el poder en seis.

Por su parte, los partidarios de Mubarak no les cedieron las calles a los manifestantes que denunciaban al régimen del veterano líder, actualmente alojado en la ciudad balnearia del Sinaí de Sharm el Sheij. Varios miles de seguidores del ex gobernante se manifestaron en el distrito de Mohandissen, en El Cairo, para expresar su descontento por la dimisión del ex gobernante de 82 años. Los manifestantes, en su mayoría hombres y vestidos de negro, explicaron que querían honrar al ex mandatario que se perpetuó en el poder durante tres décadas. Quienes se manifestaron ayer fueron los que la semana pasada atacaron a los manifestantes pro democracia, a los periodistas extranjeros y a activistas de derechos humanos.

Estas protestas se produjeron después de que fueran detenidos tres ex ministros de Mubarak, incluido el ampliamente resistido titular de la cartera de Interior, Habib el Adli, a quien se lo acusa por apropiación indebida de fondos públicos. Además, fue arrestado el magnate siderúrgico Ehmed Ezz, un hombre clave de la dictadura de Mubarak y ex dirigente del entonces oficialista Partido Nacional Democrático (PND). También fueron apresados el ex ministro de Turismo Zuhair Garana y el ex titular de la cartera de Vivienda, Ahmed el Maghrabi.

Desde la Junta Militar, recordaron a los manifestantes que no tolerarán que sigan en las calles. “No permitiremos que continúen las prácticas ilegales que ponen en peligro a la nación”, dijeron a través de un comunicado que difundió la televisión egipcia. “Algunos individuos impiden que los funcionarios del Estado lleven a cabo su trabajo, lo que obstaculiza la marcha de la producción y produce que las pérdidas se dupliquen”, se quejaron los uniformados, que hasta hace unos días declaraban legítima la rebelión social.

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La plaza Tahrir, esta vez tomada por una inmensa multitud festejando sus libertades.
Imagen: EFE
 
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