EL MUNDO › BANGLADESH OBLIGó AL NOBEL A DEJAR LA DIRECCIóN DEL BANCO QUE FUNDó

Destituyen al banquero Yunus

Muhammad Yunus, reconocido en el mundo por su trabajo en microfinanzas, debe dejar Grameen por “incumplir regulaciones”. Desde la entidad respondieron que luchará por su puesto. Fue el último de los encontronazos entre él y el gobierno.

 Por Andrew Buncombe *

El anuncio fue recibido con rabia. El Premio Nobel Muhammad Yunus, internacionalmente reconocido por su trabajo en microfinanzas, fue obligado por las autoridades de Bangladesh a dejar el puesto de director del banco que él fundó. En el último episodio de una serie de encontronazos de larga data entre el hombre de 78 años y el gobierno liderado por la primera ministra Sheikh Hasina, un funcionario del Banco Central informó que Yunus había sido destituido de su cargo en el Banco Grameen por incumplir regulaciones. Desde Grameen respondieron que Yunus se quedará y luchará por su puesto. No está claro qué delito habría cometido.

En una carta enviada al consejo de administración de Grameen y firmada por KM Abdul Wadud, gerente general del Banco de Bangladesh, se pide a la entidad que nombre a otro director. Un agente estatal dijo a la prensa que Yunus habría infringido una ley que establece que la gente debe jubilarse a los 60. Otro funcionario afirmó que la edad no era el problema, sino que el pionero de las microfinanzas habría violado las propias regulaciones del Banco Grameen al ser nombrado director de esa entidad sin el previo consentimiento del Banco Central de Bangladesh.

Yunus fundó en 1983 el Banco Grameen con la intención de otorgarle microcréditos a la población empobrecida de Bangladesh que no podía acceder a los préstamos de las entidades comerciales o gubernamentales.

El banco tiene 2500 sucursales y presta mensualmente unos 100 millones de dólares a unos 9000 usuarios. De ésos, cerca de un 97 por ciento son mujeres. El banco inspiró a otras organizaciones alrededor del mundo y cosechó el apoyo de figuras de alto perfil como Mary Robinson, la ex presidenta irlandesa y alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Pero en los últimos meses, Yunus se encontró a sí mismo en el centro de la controversia. No sólo se señaló a los prestamistas con fines de lucro de explotar a sus clientes a través de una suba en los intereses, también al propio Yunus lo acusaron en un documental noruego de cometer irregularidades porque su banco transfirió 100 millones de dólares en fondos de ayuda a otra entidad sin respetar los procedimientos establecidos por los donantes, entre ellos el gobierno de Oslo. Pero una investigación llevada a cabo por el Ejecutivo no-ruego lo limpió de culpa y cargo. Yunus siempre negó haberse enriquecido ilícitamente y haber incurrido en actos de corrupción, y atacó a las organizaciones de microcrédito que quieren obtener ganancias a base de los pobres.

Algunos analistas estiman que la intentona para desalojar a Yunus del Banco Grameen, en el que el gobierno tiene una participación del 25 por ciento, se debe a la animosidad existente entre el padre del microcrédito y la premier Hasina. El encono data de los años en que Yunus habló de la necesidad de reformas políticas y consideró la posibilidad de formar su propio partido. Hasina podría codiciar el ímpetu político que el control del banco trae aparejado. En diciembre, la jefa de gobierno acusó a Yunus de “chupar la sangre de los pobres” y de evadir impuestos. En los últimos años, el sistema, muy elogiado al principio por incluir a aquellos excluidos del sistema de crédito comercial, ha sido criticado por fomentar el endeudamiento excesivo mientras se acrecentaban los márgenes de ganancia.

“Hasina cree que se merecía el Premio Nobel, sabe que Yunus es el bengalí más famoso y quizá se proyecta en él. Tal vez lo ve como un potencial rival político que cuenta con la base de todos los (9000) miembros del Grameen”, disparó David Roodman, del Centro de Desarrollo Global en Wa-shington. No se sabe quién ganará esta batalla de poder y cómo terminará esta disputa. Anoche, el Banco Grameen confirmó que Yunus seguía en su cargo. “Esta es una cuestión legal. Lo reconoció el ministro de Finanzas. El Banco Grameen está siendo aconsejado en materia legal”, decía una declaración de la entidad.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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Yunus siempre negó haberse enriquecido ilícitamente.
 
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