EL MUNDO › EN TúNEZ SE CELEBRARON LAS PRIMERAS ELECCIONES LIBRES DESDE BEN ALí

Los islamistas moderados lideran el cómputo

El partido islamista moderado Ennahda, liderado por Rached Ghannouchi, aseguró que se encuentra al frente en el recuento de votos, después de que se celebraran las primeras elecciones libres en Túnez desde la caída de Ben Alí. Durante una rueda de prensa, Abdelhamid Jlasi, jefe de campaña del movimiento islamista –diseñado a imagen y semejanza del moderado Partido de la Justicia y el Desarrollo (APK) que gobierna Turquía– estimó que su partido obtuvo más del 25 o 30 por ciento de los sufragios. El jefe de la Comisión Electoral de Túnez, Kamel Jendoubi, adelantó que hoy se conocerán los resultados oficiales.

Los tunecinos eligieron el domingo a los candidatos que integrarán una Asamblea con 217 escaños disponibles que trabajará durante un año en el borrador de una nueva Constitución. Además, nombrará a un nuevo presidente y a un Gobierno interino para dirigir el país hasta que se celebren nuevas elecciones, a fines del próximo año o principios de 2013.

Más allá de las predicciones, las primeras elecciones libres en Túnez se realizaron en forma pacífica, sin los violentos enfrentamientos entre la policía e islamistas de línea dura que algunos esperaban; choques que tuvieron lugar en la capital tunecina una semana antes de los comicios. Los observadores europeos señalaron que las elecciones fueron las más limpias que hayan visto y llamaron a todos los partidos a aceptar los resultados. “No hay forma de discutir la legitimidad del resultado, ni siquiera si es decepcionante”, dijo el parlamentario suizo Andreas Gross, jefe de la delegación de observadores del Consejo de Europa. “Llamamos a los principales líderes políticos a reconocer los resultados y comenzar a trabajar rápidamente en la Asamblea Nacional Constituyente”, añadió. Muchos de los partidos habían acusado a Ennahda de haber violado la ley electoral con recomendaciones hechas a sus electores cómo votar, hasta comprar votos. Sin embargo, los observadores internacionales rechazaron esas denuncias.

“No vimos evidencia alguna de acusaciones por compra de votos”, dijo el parlamentario italiano Riccardo Migliori. “Ellos no deberían hacer esas acusaciones si no tienen evidencias”, agregó. La ola de revueltas que sacude al mundo árabe comenzó en Túnez a fines de diciembre de 2010, cuando Mohamed Buazizi, un vendedor de verduras en la ciudad de Sidi Buzid, se prendió fuego a lo bonzo en una protesta que se convirtió en una rebelión a nivel nacional.

Unas semanas más tarde, el entonces presidente Zine al Abidine Ben Alí se vio obligado a huir a Arabia Saudita tras 23 años en el poder. La Primavera Arabe contagió a las poblaciones de otros países árabes con problemas similares: pobreza, desempleo juvenil y gobiernos represivos. Las revueltas estallaron entonces en Egipto, Libia, Yemen, Bahrein y Siria, aunque también hubo protestas más suaves en Marruecos, Argelia, Jordania, Kuwait y Omán. Durante décadas, Túnez fue conocido por su gobierno represivo, pero también por sus legislaciones progresistas en materia de derechos de las mujeres y las familias, algo que algunos tunecinos seculares temen que Ennahda eliminará si consigue un número considerable de escaños en la nueva asamblea.

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Rached Ghannouchi, líder del partido Ennahda.
Imagen: EFE
 
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