EL MUNDO › A LA HORA DE FORMAR GOBIERNO

Trabas para Bibi

El primer ministro israelí, Benjamin “Bibi” Netanyahu (foto), ganó por estrecho margen las elecciones del martes. El empate electoral a 60 escaños entre el frente derechista del primer ministro y el resto de los partidos obligará al bloque oficialista a buscar socios en los grupos de centro, izquierda y los árabes. Tras conocerse los primeros resultados, el premier dijo ayer que quiere constituir un gobierno lo más amplio posible. En tanto, el presidente Shimon Peres tiene previsto comenzar hoy reuniones informales con los dirigentes de las formaciones electas para estudiar a quién encomienda la misión de formar gobierno.

Con el 99,5 por ciento de votos escrutados, los partidos de derecha y de centroizquierda empataron en las elecciones legislativas israelíes, según los resultados publicados ayer por la Comisión electoral central. El partido centrista Yesh Atid (Hay futuro), creado hace menos de un año, se convirtió por sorpresa en la segunda fuerza del país con 19 de los 120 diputados del Parlamento y Netanyahu tendrá que contar con su líder, el ex periodista Yair Lapid, para formar gobierno. Con estos resultados, el bloque de derecha nacionalista liderado por Netanyahu y el de centro-izquierda, que incluye el partido centrista Yesh Atid, obtienen cada uno 60 escaños. La coalición Likud Beitenu formada por el Likud del premier y el partido Israel Beitenu liderado por su ex ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman, obtuvo 31 escaños, once menos que las anteriores elecciones. Entre los otros partidos considerados como aliados potenciales de Netanyahu, la formación ultranacionalista y religiosa Hogar Judío de Naftali Bennett obtuvo once escaños. El ultraortodoxo sefardí Shas gana once escaños y Judaísmo Unido de la Torá, una formación ultraortodoxa askenazi se llevó siete.

El Partido Laborista ganó 15 escaños y el nuevo movimiento centrista Hatnuá de la ex ministra de Relaciones Exteriores Tzipi Livni obtuvo seis escaños. Por su parte Meretz (izquierda) consiguió seis bancas, los partidos árabes 12 y Kadima dos.

Si consigue aunar su bloque de derecha y religioso con el partido Yesh Atid, Netanyahu podría gobernar con una confortable mayoría de 79 diputados. Pero el ex periodista Lapid planteó que las obligaciones nacionales deben repartirse por igual entre todos los ciudadanos para fortalecer a la debilitada clase media, lo que choca con los partidos judíos ultraortodoxos, que quieren mantener los privilegios de sus votantes, entre ellos, subvenciones y exención del servicio militar.

Los 15 asientos del laborismo podrían darle mayor estabilidad a Bibi, pero su líder, Shelly Yajimovich, aseguró durante la campaña que no formaría un gobierno con él. La ex canciller Tzipi Livni tampoco parece una socia muy factible. “Los resultados de las elecciones ofrecen una ocasión de proceder a cambios que piden los israelíes. Tengo la intención de realizar este cambio y para ello formar el gobierno más amplio posible”, declaró Netanyahu ante sus seguidores en Tel Aviv. Por su parte, Lapid rechazó ayer participar en un frente común de oposición de izquierda para evitar que Netanyahu permanezca en el poder y desactivó la propuesta planteada por la líder laborista de aprovechar el empate para cambiar de primer ministro. Una vez que Peres asigne la formación de gobierno a un candidato capaz de consolidar una mayoría de al menos 61 diputados, éste dispondrá de 28 días para hacerlo.

Ante los resultados, el movimiento islamista Hamas, que gobierna en la franja de Gaza, afirmó ayer que los partidos “más fanáticos y racistas”, que apuestan por la colonización de Palestina, fueron los que triunfaron. Mientras que la Casa Blanca felicitó al pueblo israelí y anunció que el presidente Barack Obama pronto llamará al primer ministro de ese país.

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Imagen: AFP
 
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