EL MUNDO › LOS BOCA DE URNA EN PAKISTáN DABAN POR GANADOR AL EX PREMIER SHARIF

Alta participación pese a la violencia

Sharif podría acceder por tercera vez al puesto de primer ministro, un record, después de haberlo ocupado en 1990-1993, hasta que cayó por corrupción, y entre 1997 y 1999, cuando fue derrocado por un golpe de Estado militar.

Los paquistaníes acudieron ayer a las urnas para participar de las elecciones legislativas. La Comisión Electoral registró una participación en torno del 70 por ciento, un aumento considerable respecto de las últimas elecciones de 2008, en las que la participación fue del 44 por ciento de la población. En los anteriores comicios resultaron electos partidos progresistas, pero ahora los pronósticos se inclinan hacia la centroderechista Liga Musulmana (PLI) del magnate del acero Nawaz Sharif, que ya fue primer ministro en dos ocasiones durante la década de 1990. Más de 86 millones de personas estaban habilitadas para votar a 342 diputados y a representantes en cuatro asambleas provinciales de Pakistán. Estas elecciones son históricas, ya que permitirán a un gobierno civil pasar el testigo a otro después de haber llegado al final de un mandato de cinco años, toda una novedad en este país con una historia marcada por golpes de Estado.

De acuerdo con un recuento no oficial divulgado por el Express Tribune, uno de los principales diarios paquistaníes, el PLI, contabilizaba 1.199.894 sufragios con el escrutinio de alrededor del seis por ciento de las boletas. A continuación se situaba el Pakistan Tehrik e Insaf (PTI), liderado por el ex deportista Imran Khan, también derechista, que lograba 519.623 sufragios. El tercer lugar lo ocupaba el Partido Popular de Pakistán (PPP), del presidente Asif Ali Zardari, de centroizquierda y que conseguía 438.167 votos. El partido que obtenga un mayor número de votos tratará de formar una coalición mayoritaria junto a otros partidos apta para gobernar el país. Si no lo consigue, el segundo mejor posicionado intentará hacerlo, gracias a un sistema que abre la puerta a numerosas posibilidades de alianzas más o menos previsibles. Sharif podría acceder por tercera vez al puesto de primer ministro, un record, después de haber ocupado el puesto entre los períodos de 1990-1993, hasta que cayó por corrupción, y entre 1997 y 1999, cuando fue derrocado por un golpe de Estado militar. Tanto Sharif e Imran Khan apoyaron la idea de dialogar con los talibán para intentar poner fin a la violencia y criticaron los disparos de drones estadounidenses contra los islamistas en el noroeste del país. Pero ninguno de los dos precisó cómo harían para lograr la paz sin molestar a Washington, primer socio del país.

En sus primeras declaraciones tras conocerse la orientación del voto, Nawaz Sharif afirmó que su partido se había revelado como la mayor fuerza política del país. “Dios nos ha dado una nueva oportunidad de servir al pueblo”, proclamó el ex primer ministro ante un grupo de seguidores.

De confirmarse, estos resultados ratificarían la tendencia que predecían las encuestas, que colocaban como favoritos al PLMN y el PTI, ambos hasta ahora en la oposición. Según medios locales, la Comisión Electoral no divulgará los primeros datos oficiales del escrutinio hasta el martes o el miércoles, cuando ofrezca el resultado final de los comicios.

Durante la jornada electoral, el islamista Jamaat-e-islami (JI) y el PTI acusaron ayer al MQM, el primer partido político de Karachi, al sur del país, y miembro de la coalición saliente, de fraude durante las legislativas. “Son falsas elecciones, miembros armados del MQM aterrorizan a la población local y amañan los resultados”, acusó Muhamad Husain, alto responsable del PTI. La Comisión Electoral reconoció que no fue capaz de garantizar unos comicios limpios en Karachi. “Fuimos incapaces de llevar a cabo elecciones libres y justas en Karachi”, señaló a través de un comunicado. Por su parte, Khan se comprometió a resolver las numerosas quejas registradas en la capital de la provincia de Sindh. De igual modo, cuestionó la labor de algunas cadenas de televisión privadas que proporcionaron información sobre los resultados durante el período ampliado de votación. Los responsables, aseguró, serán llevados ante la Justicia.

Aunque la nota en los comicios de ayer fue la violencia. Dos horas después del comienzo de las votaciones, una primera bomba explotó en Karachi, al sur del país. El artefacto estaba dirigido contra el coche de un candidato del Partido Nacional Awami (ANP), uno de los objetivos predilectos de los Talibán de Pakistán (TTP), que reivindicaron el ataque. Al menos 11 personas murieron y 36 resultaron heridas. En la provincia de Balutchistan, al suroeste, seis personas murieron, incluidos dos miembros de los paramilitares, en diferentes ataques, elevando al menos a 17 el número de muertos. En el noroeste, otra bomba colocada ante un colegio electoral reservado para las mujeres hirió a ocho personas, según los médicos. A continuación, una tercera bomba, de potencia media, explotó en Mardan, cerca de Peshawar, hiriendo a cuatro personas. Más de 130 personas murieron durante esta campaña electoral considerada por los observadores como la más mortífera de la historia del país, unos episodios violentos reivindicados en gran parte por el Movimiento del TTP opuestos al proceso democrático que consideran “no islámico”. El TTP había anunciado una cascada de ataques para el día de la votación, cuando más de 600.000 miembros de las fuerzas de seguridad están encargados de proteger los colegios electorales.

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Simpatizantes del ex primer ministro Nawaz Sharif celebran el triunfo electoral en Lahore
Imagen: EFE
 
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