EL MUNDO › TENSA REUNION EN SAN PETERSBURGO POR UNA PELEA POR OBRAS DE ARTE

Putin y Merkel disputan un botín

La demanda de Alemania de que Rusia devuelva las obras de arte que el ejército soviético se apropió durante la Segunda Guerra Mundial enturbió el encuentro entre ambos líderes. Merkel suspendió su visita al museo del Hermitage.

Putin y Merkel sonríen en San Petersburgo a pesar de la disputa por las obras de arte.
Imagen: AFP.

El presidente ruso, Vladimir Putin, y la canciller alemana, Angela Merkel, se reunieron ayer en San Petersburgo en medio de una disputa por un botín de guerra. La demanda de Alemania de que Rusia devuelva las obras de arte que el ejército soviético se apropió durante la Segunda Guerra Mundial enturbió el encuentro entre ambos líderes. “Este es un asunto muy sensible, creo que para ambas sociedades. No merece la pena iniciar una discusión, ya que por parte rusa podrían aparecer personas que valoren los daños causados a nuestro arte durante la Segunda Guerra Mundial” por los nazis, dijo Putin. Merkel había suspendido su visita al museo del Hermitage, donde se encuentra parte de las piezas en disputa, según informó Steffen Seibert, portavoz del gobierno alemán. Se especulaba con que era un mensaje de descontento hacia Moscú por parte de la canciller.

Al parecer, Merkel tenía planeado reiterar la exigencia alemana de que Moscú devuelva el botín de guerra, aunque en su mayoría éste ya fue entregado a las autoridades de Alemania oriental por las autoridades soviéticas a mediados del siglo pasado. Al respecto, Putin desmintió horas después que la canciller hubiera cancelado su visita al Hermitage para inaugurar una exposición. “No hemos cancelado nada. Simplemente, nos preguntamos si nos daría el tiempo. Y ahora comprendemos que sobra el tiempo. Así que, no existía ningún problema”, afirmó el mandatario.

La exposición incluye 1700 objetos –600 de ellos trofeos de guerra–, entre los que se destacan las piezas de oro llevadas a Rusia por soldados soviéticos desde Eberswalde, considerado uno de los mayores hallazgos alemanes de la Edad del Bronce. Alemania siempre ha reclamado la devolución de las piezas de arte que se encuentran en Rusia como botín de guerra, mientras Moscú se niega a ello, argumentando que son la compensación moral por las atrocidades cometidas por los nazis y la reparación económica por las pérdidas ocasionadas por la contienda.

Putin, quien estuvo destinado en Alemania oriental cuando trabajaba en el KGB, llamó a no dilatar el problema y buscar una vía para su solución. Según el Ministerio de Cultura ruso, Rusia conserva menos del 10 por ciento de las obras de arte que los soldados soviéticos sacaron de Alemania por orden de Stalin.

Entre 1955 y 1960 la URSS devolvió a Alemania oriental 1,5 millones de piezas, entre las que se destacan 1240 obras maestras del Museo de Dresde. Además, Moscú recuerda que una comisión estatal estableció que los nazis saquearon 427 museos y 4000 librerías, mientras más de 110 millones de libros y publicaciones fueron quemadas. En 1997 la Duma (Cámara de Diputados) declaró que esas obras eran propiedad permanente de Rusia, aunque un tratado bilateral suscripto en 1990 obliga a ambas partes a devolver los botines de guerra.

Al respecto, la directora del Museo de Bellas Artes Pushkin de Moscú, que reúne una gran parte del botín, Irina Antonova, mantiene que la negativa rusa es una cuestión ética, más que económica. “Uno no puede invadir un país y destruir las raíces de su cultura como hicieron los alemanes. Esta es una lección de historia para todo el mundo”, había dicho Antonova a la prensa alemana en 2012.

El Kremlin ha relacionado el incremento de la retórica antirrusa en Alemania en torno del tema del botín con la proximidad de los comicios federales alemanes, que se celebrarán en octubre próximo.

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