EL MUNDO › AHMET ÜZUMCü, DIRECTOR GENERAL DE LA ORGANIZACIóN PARA LA PROHIBICIóN DE LAS ARMAS QUíMICAS

“Siria puede destruir su arsenal”

El director general de la organización que en 2013 ganó el Nobel de la Paz afirma que Damasco no tiene excusa para llevar a cabo “una remoción completa de su arsenal químico” y que confía en que cumpla los objetivos.

La tarea de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) consiste no sólo en supervisar la destrucción de armas químicas, sino en asegurarse de que estos arsenales no resurjan. De esta forma resumió su trabajo Ahmet Üzumcü, director general de OPAQ, que en 2013 ganó el Premio Nobel de la Paz por evitar una intervención extranjera en Siria luego de conocerse el uso de agentes químicos contra civiles en ese país. “El caso de Siria es una oportunidad bienvenida para trabajar con uno de los últimos arsenales químicos”, destacó Üzumcü, quien fue investido como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Buenos Aires este lunes. “Algunas fechas límite no se han cumplido. Por ejemplo, había sustancias químicas prioritarias que debían ser destruidas para el 31 de marzo y eso no sucedió. Otras que debían ser transportadas y tampoco ocurrió. Se debe en parte a razones técnicas, pero mayormente a temas de seguridad en el país. En este momento, Siria cuenta con todos los medios necesarios para llevar a cabo una remoción completa”, aseguró.

A pesar de estos retrasos, Üzumcü sostuvo que el arsenal sirio deberá ser totalmente destruido, como estaba previsto, para el próximo 30 de junio. “Los sirios han presentado un cronograma supervisado por el cual deberían completar la remoción para el 27 de abril, es decir, el traslado completo de todas las armas químicas fuera de Siria. Si actúan con eficiencia pueden concluir las remociones cumpliendo con esa fecha tope. Continuaremos facilitando la concreción exitosa de esta misión. Tenemos contacto periódico con los sirios y creo que podemos cumplir con estos objetivos ya determinados”, afirmó. También disipó cualquier temor al acceso de armas químicas por parte de los grupos yihadistas que buscan derrocar al presidente sirio Bashar al Assad. “El gobierno sirio no ha informado ningún acercamiento por parte de estos grupos a esos arsenales. Nos aseguraron que sus armas químicas han sido resguardadas”, agregó.

El director de la OPAQ alertó que un mundo libre de armas químicas no es todavía una realidad, pero se mostró optimista al respecto. “Nuestra organización ha verificado la destrucción de un 80 por ciento de todas las armas químicas declaradas y hay 190 Estados que se han sumado a la prohibición”, destacó. Además, señaló que está trabajando para que aquellos países que no firmaron o ratificaron la Convención sobre las Armas Químicas –Angola, Egipto, Israel, Myanmar, Corea del Norte y Sudán del Sur– lo hagan y se unan a la OPAQ. “Hemos realizado acercamientos periódicos con estos países que aún no han ratificado la Convención. Hace poco más de un año el secretario de Estado de Estados Unidos –John Kerry– y yo enviamos cartas conjuntas a los jefes de Estado de esos países. Y hace unas semanas envié cartas a sus cancilleres para que adhirieran a esta convención cuanto antes. Y nuestros Estados parte utilizaron sus contactos bilaterales para alentarlos a hacer lo mismo”, explicó, confiando en que la destrucción de las armas químicas no es una posibilidad distante.

“Hace cien años, en abril de 1915, las armas químicas fueron usadas a gran escala por primera vez en Bélgica. Esto sucedió al final de la guerra, en la que ambos bandos usaron agentes químicos. El impacto de estas armas obligó a que en 1925 se debatiera el tema en el llamado Protocolo de Ginebra. Pero a pesar de prohibir este tipo de armamento, no se discutió su producción y posesión”, explicó Üzumcü. El uso de gases de cloro y fosgeno y del gas mostaza provocaron la muerte de 90.000 personas y más de un millón de bajas durante la Primera Guerra Mundial. El uso indiscriminado de estas armas se vio en la guerra entre Irán e Irak en los ’80. “En 1992, la Convención sobre Armas Químicas finalmente concluyó sus estudios y entró en vigor en 1997. Es el único tratado internacional que controla el armamento químico en beneficio de todos. No sólo prohíbe el uso de armas químicas, sino su construcción y retención”, sostuvo.

Üzumcü, que llamó a construir un régimen económico y de seguridad libre de cualquier tipo de arsenal químico, desestimó que la capacidad química de los países sea una estrategia disuasoria en el plano diplomático. “Una de las razones del éxito de la OPAQ es que este tema rara vez se ha hecho público. Todos los países miembros consideran este proceso como un proceso técnico para deshacerse de las armas químicas lo antes posible. Por este motivo, no creo que la capacidad química tenga nada que ver con cuestiones políticas o con ninguna negociación, a diferencia de la situación con las armas nucleares. Por otro lado, hay una iniciativa para crear una zona libre de armas de destrucción masiva en Medio Oriente, con Finlandia como facilitador. Esto incluye claramente a las armas químicas”, apuntó, al tiempo que expresó su intención de que Israel y Egipto también puedan ser contados dentro de la Convención.

Por otra parte, Üzumcü destacó el papel de Argentina para erradicar las armas químicas en el mundo. “Argentina hace grandes esfuerzos para que ésta y las próximas generaciones de científicos trabajen en el control de agentes químicos”, dijo. Asimismo, recordó que la región fue la primera zona que se declaró libre de armas de destrucción masiva. “América latina siempre ha tenido un rol pionero en el control del desarme. En todas las conferencias y organismos internacionales me he encontrado con personas muy talentosas, con diplomáticos de esta región muy activos en este campo. Fue la primera región en declarar una zona libre de armas nucleares, armas químicas y de destrucción masiva. En nuestra organización tenemos cinco regiones, como todos los organismos de la ONU, y Latinoamérica es uno de los grupos que desempeñan un papel fundamental. Y de hecho, facilita la toma de decisiones dentro de las organizaciones. Por lo que mi única esperanza es que mantenga esta misma actitud”, celebró.

Informe: Patricio Porta.

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Ahmet Üzumcü recibió un doctorado honorario en la Facultad de Derecho de la UBA.
 
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