EL MUNDO › ANTE EL AVANCE DE EXTREMISTAS ISLáMICOS Y TRAS LA MATANZA EN UN AEROPUERTO

Exodo de cristianos en Irak

Cien mil cristianos dejaron sus casas cuando combatientes del Estado Islámico ingresaron a Qaraqosh, la ciudad cristiana más grande de Irak, tras la retirada de las fuerzas del Kurdistán iraquí, que intentaban detener su avance.

Milicianos islamistas radicales tomaron ayer la ciudad cristiana más grande de Irak y zonas circundantes. La avanzada hizo huir a decenas de miles de familias y provocó un desastre humanitario que alarmó al papa Francisco y a la comunidad internacional. Con este avance, uno de los acontecimientos más dramáticos en la ofensiva que ya lleva dos meses, el grupo insurgente sunnita Estado Islámico (EI), considerado incluso más radical que Al Qaida, extiende su control del norte de Irak y se sitúa a un paso del territorio semiautónomo de los kurdos iraquíes, el Kurdistán iraquí, y de su capital, Erbil. Nueve personas murieron ayer, entre ellas tres niños, y más de cincuenta resultaron heridas por la explosión de un coche bomba cerca de una mezquita ocupada por desplazados en la ciudad iraquí de Kirkuk, situada a 250 kilómetros al norte de Bagdad.

El vehículo, cargado de explosivos, estalló cerca de la mezquita chiíta de Al Meshtabi, en el centro de la ciudad, y entre los heridos había niños y mujeres. Las víctimas fueron desplazadas de la ciudad de mayoría turcomana de Tel Afar, en la provincia septentrional de Nínive, y de la aldea de Bashir, al sudoeste de Kirkuk. A los atentados contra objetivos chiítas y fuerzas de seguridad se suma la ola de violencia como consecuencia de los combates entre fuerzas gubernamentales y grupos insurgentes en varias partes de Irak. Al menos 1737 iraquíes murieron y otros 1978 resultaron heridos por actos de violencia y terrorismo en julio en Irak, según datos de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas para Irak (Unami, según sus siglas en inglés).

El éxodo de cristianos se produjo después de que extremistas del EI detuvieran a unas cien familias cristianas y de la minoría religiosa yazidi en un aeropuerto en el noroeste de Irak y asesinaran a todos los hombres y secuestraran a los mujeres y niños, según denunciara ayer la Media Luna Roja.

Mientras tanto, una serie de atentados dejaron al menos 42 muertos en barrios chiítas de Bagdad en las últimas 48 horas, después de que bombardeos de la aviación iraquí sobre posiciones del EI mataran al menos a 70 rebeldes en Mosul, en el norte del país. En Bagdad, la primera explosión se produjo al anochecer cerca de una estación de servicio en Sadr City, en el nordeste de la capital, cuando una extensa fila de coches esperaban para cargar nafta, y dejó 31 muertos, según informaron fuentes médicas y policiales.

Nueve personas murieron poco después por la explosión simultánea de dos coches bomba en el barrio de Ur, en el este de la ciudad. En el sur de Bagdad, en tanto, un coche explotó en la zona de Al Nairiya, donde murió un civil y nueve resultaron heridos. Al hacerse con el control de Sinyar hace dos días, el EI desencadenó una crisis humanitaria que fue denunciada por la ONU, ya que los residentes de la ciudad tuvieron que huir a las montañas de los alrededores y permanecen atrapados allí.

Ayer, combatientes del EI ingresaron a Qaraqosh, la ciudad cristiana más grande de Irak, tras la retirada de las fuerzas de seguridad del Kurdistán iraquí, o “peshmergas”, que intentaban detener su avance, dijeron fuentes de seguridad y sacerdotes. El EI capturó localidades mayormente cristianas de la zona, como Telkif, Bertala, Al Hamdaniya y Karamlesh, entre otras, dijeron las fuentes de seguridad y el arzobispo católico caldeo de Kirkuk, Jospeh Thomas. Miles de familias abandonaron sus hogares y huyeron hacia el vecino Kurdistán en busca de sitios más seguros.

El patriarca caldeo Louis Sako, líder de la mayor comunidad cristiana de Irak, estimó que hasta 100.000 cristianos dejaron sus casas y escaparon por la ofensiva nocturna del EI, y agregó que los islamistas ocuparon iglesias, retiraron las cruces y crucifijos y quemaron más de 1000 manuscritos, según informó la cadena británica BBC. Varias de las localidades quedaron totalmente vacías, agregó la misma fuente. Desde el Vaticano, Francisco urgió a la comunidad internacional a ayudar a los cristianos de Irak, que emigraron en masa en la última década debido a sucesivos espasmos de violencia en el país árabe. En un comunicado, la Santa Sede dijo que el papa argentino vive con preocupación las dramáticas noticias que llegan desde el norte de Irak.

El gobierno de Francia, a través de una nota de su canciller, Laurent Fabius, pidió una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para que la comunidad internacional se movilice para oponerse a la amenaza terrorista en Irak y para aportar ayuda y protección a las poblaciones amenazadas.

La Unicef denunció el martes que al menos 40 niños habían muerto en las montañas como “consecuencia directa de la violencia, el desplazamiento y la deshidratación que sufrieron en los últimos dos días” y pidió ayuda urgente para los cerca de 25.000 menores “atrapados en las montañas que rodean Sinyar”. Swanson señaló que las 200.000 personas que se dirigen al Kurdistán se sumarán a los más de 300.000 desplazados y 230.000 refugiados sirios que ya se encuentran allí, lo que hace de esta situación un “desastre humanitario de proporciones inmensas”.

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Iraquíes desplazados llegan a la ciudad de Kirkuk, controlada por los kurdos.
Imagen: AFP
 
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