EL MUNDO

Una topadora judicial para las demoliciones en Gaza

La Corte Suprema israelí prohibió seguir con demoliciones de viviendas en Rafah, en Gaza, y el pacifismo levantó cabeza con una marcha de más de 100.000 personas.

La topadora fue detenida. La Corte Suprema de Israel prohibió provisionalmente que continúe la destrucción de viviendas en la ciudad palestina de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, “salvo en el marco de operaciones militares, en situación de combate”. De esta manera, el ejército israelí deberá probar que la demolición de casas en Rafah forma parte de una lucha con militantes que se refugiaban en las viviendas. El ejército israelí lanzó ayer por la madrugada varios ataques aéreos consecutivos en ese territorio para eliminar a dos jefes del movimiento radical palestino Yihad Islámica, que lograron escapar ilesos. Las oficinas de la redacción del diario del movimiento islámico Hamas fueron atacadas, un joven y un niño resultaron heridos. La decisión de la Corte coincidió con una manifestación convocada por los pacifistas en favor de una retirada israelí de la Franja de Gaza y de la reanudación del diálogo con los palestinos que logró reunir entre 150.000 y 250.000 personas en la emblemática plaza Yitzhak Rabin de Tel Aviv.
Las autoridades palestinas sostienen que las demoliciones forman parte de un plan para ampliar la zona tapón, conocida como el Corredor Filadelfia, que controla entre la ciudad y la frontera con Egipto. El vicedirector de la Agencia de Naciones Unidas para la Ayuda a los Refugiados Palestinos (Unrwa), Christer Nordahl, dijo que 88 viviendas fueron demolidas y 18 dañadas, con más de 1000 personas afectadas. Una portavoz del Ejército israelí confirmó la destrucción de “decenas de casas”, sin dar una cifra exacta, afirmando que cada una de estas viviendas había albergado combatientes palestinos que habían disparado a los soldados. El ejército habría recibido la luz verde para destruir centenares de casas para impedir que se caven túneles para el contrabando de armas. Un dirigente de la oposición de izquierda en Israel, el diputado Yossi Sarid, del partido Meretz, calificó la demolición de viviendas de “crímenes de guerra”. El viernes, el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, condenó estas destrucciones y exhortó a Israel a que ponga fin a ellas “inmediatamente”.
El canciller israelí, Silvan Shalom, acusó ayer a la presidencia irlandesa de la Unión Europea (UE) de “hipocresía e insensibilidad” por pedirle a Israel que detenga la demolición de casas en Rafá, en una semana en que murieron 13 soldados israelíes. Según el sitio de Internet del diario Yedioth Aharonoth, Shalom dijo: “En la semana en que 13 soldados israelíes fueron asesinados, la presidencia europea prefiere concentrarse únicamente en la destrucción de casas”, citando ese punto de manera selectiva en un comunicado.
Entre 100.000 y 150.000 pacifistas se congregaron en la plaza Rabin de Tel Aviv, en lo que ha sido una de sus principales demostraciones de fuerza a favor del diálogo con los palestinos y de la evacuación de la conflictiva Franja de Gaza. Bajo el lema de “Salir de Gaza, comenzar a dialogar”, los organizadores se habían puesto como meta superar los 100.000 participantes, la misma cantidad de militantes del frente nacionalista Likud, que el 2 de mayo rechazaron en un referendo interno la evacuación de Gaza que les proponía su primer ministro Ariel Sharon. “Esto no es una manifestación de la izquierda, es una manifestación de la mayoría”, aseguró el líder laborista Shimon Peres al descalificar el referendo, porque un puñado de “extremistas decidieron el futuro de todo el pueblo”. Somos aquí cuatro veces más que los militantes del Likud que votaron en contra, somos la mayoría”, subrayó Peres.
Un helicóptero de asalto israelí disparó tres misiles contra un edificio en el que se encuentra la sede de la Yihad Islámica en Gaza, hiriendo a cinco personas, pero el presunto objetivo, Mohamed Al Hindi, un dirigente político del movimiento, no estaba allí. Poco después, fue atacado el domicilio de Al Hindi en Gaza. Dos misiles alcanzaron la sede de una organización benéfica de la Yihad, hiriendo a doce personas. Unas horas más tarde, un helicóptero disparó por lo menos un misil contra la casa de un responsable de la facción armada de la Yihad en el campo de refugiados de Rafah, pero Mohamed al Cheij Jalil, jefe local de las Brigadas Al Qods, pudo escapar.
Miles de palestinos conmemoraron ayer la “Nakba”, la catástrofe que supuso para ellos la creación del Estado de Israel (proclamado el 14 de mayo de 1948), seguida del éxodo de cientos de miles de palestinos, mientras su dirigente Yasser Arafat responsabilizaba a Israel del sufrimiento de su pueblo: “El derecho al regreso de los refugiados palestinos es sagrado, confirmado por el derecho internacional. No es justo que se les prive de ese derecho”. En Ammán, el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, dijo que Estados Unidos seguía apoyando la creación de un Estado palestino en el 2005.

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Pacifistas israelíes
congregados ayer en la plaza Yitzhak Rabin de Tel Aviv.
 
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