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Por Peter Popham *
Desde Roma

El presidente George W. Bush viajará a Italia el viernes próximo. Si los rumores son correctos, será el primer invitado VIP que disfrute de las nuevas construcciones de la casa de fin de semana de Silvio Berlusconi en la isla de Sardinia. Los obreros han trabajado contrarreloj para terminar un túnel bajo el mar, que dará a los invitados como Bush acceso seguro a La Certosa, la propiedad de Berlusconi. Conocido como el “Túnel de James Bond” por su semejanza al túnel en la película de Bond La espía que me amó, se dice que el acceso privado del primer ministro estará provisto con un ascensor que brindará a visitantes como Bush de un ingreso de alta seguridad a la residencia de La Certosa de Berlusconi. Ahora que el túnel está casi terminado, se está construyendo un anfiteatro al estilo griego.
Por razones de seguridad, los funcionarios del gobierno italiano no han confirmado ni negado los planes de Bush para visitar La Certosa. También se han citado razones de seguridad nacional para no dar a conocer los detalles de las nuevas construcciones. Cuando los parlamentarios demócratas de izquierda, el partido opositor, cuestionaron la legalidad de las construcciones, Carlo Giovanardi, el ministro de Relaciones con el Parlamento, respondió: “Todos los permisos y las autorizaciones están en orden. Y el primer ministro paga todos sus impuestos”. A lo cual contestó un miembro de la oposición: “Un anfiteatro y un lago artificial no tienen nada que ver con la seguridad”. En respuesta a las quejas de la oposición, el fiscal público ha comenzado una investigación. Niccolo Ghedini, el abogado de Berlusconi, prometió ir a Sardinia con los papeles para demostrar que “está todo en orden, incluyendo el anfiteatro”.
De todas las tareas que implica el trabajo de primer ministro, ninguno parece darle tanto placer a Berlusconi como el de ser un buen anfitrión. El verano pasado estuvo de visita el presidente Putin. Berlusconi y su guitarrista amigo, Mariano Apicella, quien ha lanzado un álbum de canciones que escribió con el primer ministro, estuvieron encerrados varias mañanas ensayando un recital de canciones de amor. Quedaría totalmente desprolijo no ofrecerles a George y Laura Bush un mejor entretenimiento, dada la importancia que le da a su amistad con el presidente norteamericano. Lo que llama la atención, sin embargo, es el anfiteatro de 400 butacas, ya que parece demasiado grande para el recital de un cantante y un guitarrista, incluso de un cantante con el ego del tamaño del de Berlusconi. En realidad, el anfiteatro es lo suficientemente grande como para una ópera o una obra de teatro. Se dice que el teatro fue inspiración de un viejo amigo de Berlusconi, Marcello dell’Utri, fanático de la tragedia griega. Dell’Utri fue enjuiciado en Palermo acusado de estar asociado a la mafia. Fue condenado en otro caso por extorsión. Es un muchacho realmente encantador. Berlusconi compró las primeras siete hectáreas de su casa hace unos 20 años de otro viejo amigo, Flavio Carboni, contra quien comenzó un juicio la semana pasada por el asesinato de Roberto Calvi, el banquero que se encontró colgado bajo un puente en Londres en 1981.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.