EL MUNDO

Sobre llovido mojado para la gente de Nueva Orleans

Tres mil empleados públicos, la mitad de la fuerza laboral de la municipalidad de Nueva Orleans, serán despedidos porque no hay fondos para pagar sus sueldos. La medida es un nuevo golpe tras la devastación causada por el huracán Katrina.

 Por David Usborne *
Desde Nueva York

Casi toda la devastada Nueva Orleans fue abierta ayer cuando regresaron los residentes desplazados para inspeccionar los estragos en sus hogares, pero la ciudad seguía en ruinas y su alcalde, Ray Nagin, anunció los planes para despedir a la mitad de la fuerza laboral porque no tiene fondos para pagar sus sueldos. Sólo pequeñas secciones del empobrecido Noveno Distrito –partes del cual todavía permanecen inundados más de un mes después que el huracán Katrina golpeara la ciudad de la Media Luna– seguían anoche con la entrada prohibida. Muchos de los edificios ya han sido condenados por las autoridades como imposibles de salvar.
Funcionarios de rescate han declarado formalmente que la búsqueda de cuerpos terminó, aunque algunos equipos siguen en el lugar para el caso de que se descubran más. El número de muertos en Nueva Orleans ahora es de 972 –una cifra desgarradora, pero mucho menor que la estimada originalmente–. En los días después de la tormenta, Nagin sugirió que la cifra podría alcanzar a tantos como 10.000 muertos. La tragedia de muchos sobrevivientes está empeorando por las largas demoras que hay en la ciudad para identificar a los muertos y entregar los restos para el entierro. Hasta ahora, el Estado entregó sólo 61 cuerpos, mientras sólo los nombres de 32 víctimas se han hecho públicos, informó el New York Times ayer.
Nagin reconoció que bajar el hacha sobre unas 3000 personas de la fuerza laboral de la municipalidad le causaba una “gran tristeza”. Pero con una base impositiva en proceso de colapso, no tenía elección. “Ojalá que no tuviera que hacer esto”, dijo a los periodistas. “Ojalá que tuviéramos el dinero, los recursos para mantener a esta gente. El problema es que no tenemos ninguna fuente de ingresos.” Los despidos serían más o menos permanentes, añadió el alcalde. Todos los trabajadores esenciales, como los bomberos y los policías, escaparían a la purga.
En muchos casos, los trabajadores ya se habían dispersado mucho más allá de Nueva Orleans por la tormenta. Otros se las arreglaron para volver a la ciudad para reanudar sus labores. Los esfuerzos para encontrar financiación pública y privada a fin de reconstruir la base de fondos de la ciudad no llegaron a nada. “Hablamos con bancos locales y otras instituciones financieras, pero no pudimos reunir la financiación necesaria para continuar manteniendo al personal de la municipalidad en sus niveles actuales”, dijo el alcalde.
Aunque la mayoría de las calles están secas y los diques rotos han sido reparados, la crisis fiscal en la municipalidad es sólo otro recordatorio del esfuerzo extremadamente duro que enfrenta Nueva Orleans para reconstruir su infraestructura, sus casas y su golpeada base económica. Si bien algunas escuelas en los límites de la ciudad estaban comenzando a reabrir esta semana, las que se encuentran dentro seguirán cerradas por lo menos hasta noviembre, dijeron funcionarios. Mientras tanto, cifras dadas a conocer por primera vez por la industria de seguros ayer muestran que los reclamos por pérdidas de propiedades personales y comerciales después de Katrina probablemente lleguen a 34.400 millones de dólares.
El ex presidente Bill Clinton expresó su estupor después de visitar el martes partes de la ciudad así como refugios en Baton Rouge. “Vi cosas que pensé que nunca vería”, declaró, después de entrar al Noveno Distrito, que sigue siendo un embrollo de maderas rotas y ladrillos tirados. Clinton, junto con el ex presidente George Bush Sr., está supervisando la creación de un fondo de desastre para las víctimas por valor de 100 millones de dólares. Clinton intentó dar confianza a los evacuados en un refugio todavía atestado en Baton Rouge. “Mi propósito es escucharlos y considerar cómo gastar el dinero que tenemos de la mejor manera”, le dijo a aquellos adentro.

* De The Independent de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère

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Un residente que volvió, con una bandera estadounidense.
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