EL MUNDO › POLEMICA POR LA LIBERACION DE UN HOMBRE CLAVE

Dos justicias en Medio Oriente

Un fallo de una corte de Gaza provocó que Israel amenazara con una dura represalia. La Justicia palestina resolvió que el líder del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), Ahmed Saadat, sea dejado en libertad, lo que implicaría dar marcha atrás con el acuerdo entre Israel y los palestinos. Saadat, acusado de instigar el asesinato de un ministro, se encuentra bajo custodia de Gran Bretaña y Estados Unidos en una prisión de Jericó. El gabinete palestino aseguró que no liberará a Saadat, por temor a que Israel cumpla su amenaza de matarlo si sale de la cárcel. Mientras el jefe de la CIA, George Tenet, se encuentra en la región para intentar una enésima mediación y para, también, observar la reorganización de los servicios de seguridad palestinos, Arafat anunció que se establecerá el “Liderazgo Nacional Unificado” que estaría compuesto por los miembros del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina, líderes de las distintas facciones políticas. Pero no está claro si Hamas formará parte de este “Liderazgo”.
Israel acusa a Saadat de ordenar el asesinato del ministro de Turismo israelí, Rahavam Zeevi, en octubre pasado y que fue reivindicado por el FPLP. A partir de un acuerdo, el ejército israelí terminó sus cinco semanas de sitio de los cuarteles de Yasser Arafat en Ramalá a cambio de que el líder de la Autoridad Palestina encarcelara a Saadat y otros cuatro hombres por el asesinato de un ministro de ultraderecha del gabinete de Ariel Sharon. Los cinco fueron llevados a una cárcel palestina junto a un sexto hombre, un asistente financiero clave para Arafat. “Si el acuerdo se rompe, Israel actuará en defensa de sus intereses”, dijo el ministro de Defensa, Benjamin Ben Eliezer. Un vocero de Sharon fue más categórico, diciendo que si Saadat “no es llevado a la Justicia, nosotros llevaremos la justicia a él”.
La alta corte palestina en Gaza determinó que no había bases legales para detener a Saadat –que nunca fue llevado a juicio– y que debía ser liberado inmediatamente. La situación de Arafat es realmente incómoda: si anula el veredicto, dañará aún más su debilitada credibilidad entre los palestinos y expondrá la falsedad de su promesa de embarcarse en reformas políticas. La reconstrucción de las fuerzas policiales es una de las prioridades del jefe de la CIA, George Tenet, que llegó ayer a la región.
La decisión de Arafat de no implementar por ahora la liberación de Sadaat allana el camino para Tenet, pero la construcción de un nuevo asentamiento judío en Jerusalén Oriental y la continuidad de las incursiones del ejército israelí en Cisjordania pueden hacer peligrar su objetivo. Ayer comenzó a construirse el asentamiento Now Sahaw, junto a la zona árabe de Yebel Mukaberlar, ante la protesta de palestinos que reclaman que parte de ese territorio les corresponde. Además, el ejército incursionó en Kalkilia y en Nablus, donde detuvo a cientos de hombres, en su mayoría liberados luego, en el campo de refugiados de Ein Bet Almaa.
Mientras tanto, el gobierno de Sharon volvió a reforzarse con la reincorporación de los cuatro ministros del partido ultraortodoxo Shas que habían sido destituidos dos semanas atrás cuando se opusieron a un plan de emergencia económica, que finalmente se comprometieron a apoyar.

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