EL MUNDO › GEORGE BUSH PREMIA A INDIA DESTACANDOLA COMO POTENCIA REGIONAL

Cómo aumenta la familia nuclear

En un histórico acuerdo de dos dimensiones, económica y militar, EE.UU. firmó ayer con India la transferencia de tecnología nuclear para usos civiles. Nueva Delhi ya tiene un pequeño arsenal nuclear y no ha firmado el Tratado de No Proliferación.

 Por José Manuel Calvo *
Desde Nueva Delhi

India separará sus instalaciones nucleares civiles y militares y someterá la mayor parte de su producción nuclear al control de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). A cambio, tendrá acceso a tecnología nuclear de EE.UU. y otros países y al combustible necesario para sus reactores. El acuerdo, calificado de histórico por George W. Bush y el primer ministro Manmohan Singh, deberá ser ratificado por los congresos de los dos países.

Singh celebró “el liderazgo” del presidente de EE.UU. y dijo: “Hoy hemos hecho historia”. Bush coincidió en calificar el pacto de histórico, aplaudió “el coraje” del primer ministro y admitió que la ratificación será complicada en ambos Congresos. El presidente no ocultó su satisfacción por este éxito, que ha realzado su visita a India y que supone un cambio que “hará al mundo más seguro”. El acuerdo, que se deriva del pacto al que los dos líderes llegaron en julio de 2005 en Washington, es criticado por aquellos que consideran que debilita el Tratado de No Proliferación Nuclear, que India nunca ha firmado, y que se corre el riesgo de que, a pesar de los controles, pueda haber transferencias secretas de la nueva tecnología nuclear civil a la militar y estimule a países como Pakistán a buscar uno similar.

El primer ministro Singh fue poco explícito. Dijo que el acuerdo cumplía los objetivos trazados hace ocho meses y que lo más importante era “haber completado el plan de separación entre nuestro programa nuclear civil y nuestro programa militar”. A partir de ahora, “debatiremos con la AIEA sobre la mejor manera de poner en pie un acuerdo de control específico para India”. El gobierno también tiene que negociar con el Grupo de Proveedores Nucleares el intercambio de material nuclear y de combustible. Los partidos izquierdistas criticaron el acuerdo porque lo entienden como una rebaja de la independencia; ayer y el miércoles hubo manifestaciones de rechazo que reunieron a varios miles de personas en Nueva Delhi. En el otro extremo, la Bolsa –que ganó un 50 por ciento en 2005– conoció ayer su máximo histórico: India, en pleno proceso de crecimiento económico, tiene una urgente necesidad de multiplicar sus fuentes de energía.

India, sometida a sanciones desde sus ensayos con armas nucleares de 1998, cuenta con 22 reactores que producen 3300 megavatios. El problema mayor estaba en separar el programa civil del militar y establecer la lista de las instalaciones que estarán bajo control. Nick Burns, número tres del Departamento de Estado, explicó que el 65 por ciento de la capacidad nuclear india quedará bajo control entre 2006 y 2014. De los 22 reactores que hay, en funcionamiento o en construcción, habrá 14 que quedan calificados como civiles y que se someterán a control, y ocho militares exentos, entre ellos el de alimentación rápida. Los futuros reactores que se construyan de este tipo estarán bajo control de la AIEA. Burns aseguró que el pacto es bueno para la no proliferación, porque India estaba fuera del Tratado y ahora “habrá un grado de transparencia y de control sobre sus instalaciones que no eran posibles en los últimos 30 años”, y bueno para las oportunidades económicas de EE.UU. y otros países, en el horizonte de la expansión nuclear civil de India.

Burns dijo que Mohamed El Baradei, presidente de la AIEA, apoyaba el acuerdo y que es preferible el control sobre el 65 por ciento de la producción nuclear india que sobre nada, como ocurría hasta ahora. En su opinión, el pacto “no tiene por qué ser imitado por otros países”. Stephen Hadley, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, afirmó que “lo importante es que el acuerdo se aplicará a los nuevos reactores”.

Bush asumió los obstáculos en el horizonte: “Siempre dijimos que al primer ministro le iba a ser complicado lograr que el Parlamento lo apruebe, y también será difícil para mí, porque hay gente que se resiste al cambio”. Lo que el gobierno le dirá al Congreso es que “la relación de EE.UU. con India está cambiando” en interés de los dos países y que aunque es comprensible la preocupación por la proliferación, “hay gestos de buena voluntad de India”. Además, “interesa a nuestra economía que India tenga una industria de energía nuclear para que se alivie la demanda global de energía”. En síntesis, el acuerdo logra “una menor dependencia de combustibles sólidos, contribuye al desarrollo de las dos economías y es bueno para la no proliferación”. El presidente confió en que el Congreso cambiará las leyes que prohíben la cooperación nuclear con los no firmantes del TNP.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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George W. Bush con el primer ministro indio, Manmohan Singh, tras el acuerdo.
 
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