Desde París

El debate público entre Ségolène Royal y François Bayrou que debía celebrarse mañana en televisión para establecer los “puntos de convergencia” entre las propuestas políticas de ambos, de cara a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas, ha sido anulado. La cadena privada Canal Plus justificó ayer su decisión diciendo que la emisión del debate incumpliría las reglas de igualdad electoral. La cadena precisó que retransmitir el debate incumpliría las reglas dictadas por el Consejo Superior del Audiovisual para los dos finalistas de estas elecciones presidenciales: Royal y el conservador Nicolas Sarkozy.

El candidato Nicolas Sarkozy, que ha rechazado la propuesta del derrotado candidato centrista –cuyos casi siete millones de votos se disputan los dos aspirantes al Palacio del Elíseo–, calificó ayer de “tragicomedia ridícula” este episodio de la campaña e insistió en que “la final” la juegan dos equipos y no tres. La candidata socialista pretendía celebrar mañana el debate –que ella misma había propuesto a Bayrou el día después de la primera vuelta– en el marco de un foro de la prensa regional francesa. Los organizadores de ese acto, el sindicato de la prensa diaria regional (SPQR, por sus siglas en francés), se negaron. Royal denunció que habían recibido “presiones” para impedírselo. “Afortunadamente, la prensa es libre, menos cuando sufre algunas presiones, lo que es totalmente perjudicial”, dijo. La SPQR lo negó tajantemente y explicó que se trata exclusivamente de un encuentro de los candidatos de la segunda vuelta con periodistas regionales.

Bayrou, cuyos electores son determinantes para la segunda vuelta, ha conseguido reintroducirse en la campaña electoral con su calculada indecisión en torno del candidato al que dará su apoyo el próximo 6 de mayo. Su conferencia de prensa del miércoles, en París, cuando anunció que no daría ninguna consigna de voto a sus electores, pero dejó claro que sus simpatías caían del lado de Royal, ha creado una profunda irritación en el campo de la derecha.

Sin embargo, la mayoría de los analistas políticos apunta que para quien realmente representa un peligro Bayrou y su nuevo Partido Demócrata es para la izquierda, especialmente si dentro de 10 días el nuevo presidente francés es Sarkozy. La derrota de Royal tendría consecuencias inmediatas en el Partido Socialista (PS), que padece desde hace tiempo una profunda fisura entre su ala socialdemócrata y su componente más cercano a la ortodoxia marxista.

En las legislativas de junio, Bayrou y su partido se convertirían en una real alternativa de oposición al gobierno de derecha y podrían aglutinar en torno suyo a numerosas figuras simpatizantes de una socialdemocracia que, de hecho, ya se han manifestado en este sentido en las últimas semanas. Los sondeos siguen dando una considerable ventaja de Sarkozy.

Ayer, el de BVA daba un 53 por ciento al candidato de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) y un 47 por ciento a Royal. Según esta encuesta, un 41 por ciento de los electores de Bayrou votarán por Royal y un 34 por ciento por Sarkozy. En el campo de la derecha, sin embargo, no se da la batalla por ganada. La consigna de esta segunda vuelta es la de denunciar en todo momento una campaña para “diabolizar” al ex ministro del Interior, como aseguraba ayer su director de campaña Claude Guéant.

El único debate que debe haber antes del voto, señalan en la UMP, es el que tendrán Sarkozy y Royal el próximo 2 de mayo.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.