EL MUNDO › EL CASO DE DENNIS KOZLOWSKI, EL EJECUTIVO QUE AMABA A MONET

Un artista del mundo de las finanzas

Nacido en un suburbio de clase obrera en Nueva Jersey, Dennis Kozlowski llegó a la cúspide de Tyco Corporation, una de las principales empresas envueltas en defraudación contable en EE.UU. Esta es la historia de cómo Kozlowski se enriqueció a costa de sus accionistas.

Por David Teather *
Desde Nueva York

Dennis Kozlowski cosechó 400 millones de dólares en salarios y opciones de compra de acciones a lo largo de los últimos cuatro años, pero no era suficiente. La avidez por el dinero del ex jefe ejecutivo del conglomerado estadounidense Tyco quedó indicada por primera vez en junio, cuando se lo procesó por evadir un millón de dólares en impuestos a obras de arte, incluyendo pinturas, de su casa en Manhattan. Ahora parece que usó otros 135 millones de dólares de los fondos de su empresa y es probable que el nombre de Kozlowski, en una época sinónimo de negociador de acuerdos redituables, se vuelva sinónimo de desenfrenada codicia empresaria.
Kozlowski usó el efectivo para financiar un estilo de vida derrochador, muy alejado de sus comienzos en un barrio de clase trabajadora en Newark, Nueva Jersey. Según una nueva investigación, usó el dinero de los accionistas para comprar una casa por 19 millones de dólares en Florida, un departamento en Nueva York por 18 millones de dólares y 11 millones de dólares en antigüedades y muebles, incluyendo una cortina de baño estampada con flores doradas y bordó por 6000 dólares. El año pasado, Tyco pagó la mitad de una cuenta de 2,1 millones de dólares por una excursión a Cerdeña. El motivo del evento era el cumpleaños número 40 de la mujer de Kozlowski, Karen, un ex camarera de Nueva Hampshire. Jimmy Buffet, un cantante, fue contratado para actuar en el evento.
Según el Wall Street Journal, Kozlowski supuestamente hizo el dinero a través de una serie de préstamos “perdonados”, pagos de la empresa por propiedades, donaciones de caridad y supuestos gastos de representación. El grado de su enriquecimiento personal ha impactado aun a aquellos que habían comenzado a sentirse habituados a las historias de lo que el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Alan Greenspan, calificó el mes pasado como una “codicia infecciosa” que se desparramó por las corporaciones norteamericanas a fines de los años ‘90.
También están surgiendo preguntas de por qué el directorio, incluyendo a Michael Ashcroft, el ex tesorero del Partido Conservador británico, no hizo nada por frenar la desenfrenada extravagancia de Kozlowski. Kozlowski, de 55 años, renunció el 2 de junio, el día antes de ser acusado de evadir impuestos a través de un esquema elaborado pero no particularmente bien ejecutado. La acusación dice que Kozlowski trató de esquivar los impuestos de Nueva York embarcando los cuadros a los cuarteles de Tyco en Nueva Hampshire, y luego los despachó nuevamente a Manhattan. Un documento de un ex colega, descubierto por la oficina del fiscal de distrito, dice: “Aquí están los cinco cuadros que van a Nueva Hampshire”.
Kozlowski, que se unió a Tyco en 1976, se hizo de una importante reputación tras asumir la posición más alta en 1992. Usó el boom de la bolsa para realizar 700 adquisiciones de empresas, convirtiéndose en uno de los operadores de fusiones más importantes de Wall Street. Los intereses de Tyco van desde rociadores de jardín a materiales para empaquetar y pañales descartables. A los cinco años había duplicado las ganancias de la empresa. Luego vino su mayor negocio, la compra por 6600 millones de dólares de ADT, fabricante de la alarma de seguridad de Ashcroft. A medida que la empresa crecía, también lo hacía la osadía de Kozlowski. El negocio de ADT fue estructurado como una compra de Tyco, permitiendo que el grupo fusionado permaneciera en Bermuda, benévola en términos de impuestos, donde estaba registrada la empresa de Ashcroft.
Kozlowski recibió un enorme aumento de sueldo y reunió 9,3 millones de dólares en los siguientes tres meses. Vio cómo su salario aumentaba a 24 millones de dólares en 1998, más otros 41 millones de dólares en opciones de compra de acciones. Tyco añadió generosamente un paquete de jubilación otorgándole 4,1 millones por año de por vida después de los 65 años. El negocio de ADT también le dio a Kozlowski la excusa para levantar los cuarteles de Tyco en Exeter, Nueva Hampshire, y trasladarlos al clima máscálido de Boca Ratón en Florida, donde la empresa de Ashcroft tenía oficinas más extravagantes.
En 1998, Kozlowski y su mujer se mudaron a su recientemente construida mansión frente al mar de 1400 metros cuadrados, con piscina, cancha de tenis y fuente, pagada con un préstamo de la empresa por 19 millones de dólares. Según el Wall Street Journal, el préstamo fue más tarde “perdonado”, como parte de un programa especial de bonificaciones. Para cubrir el impuesto a las ganancias sobre los préstamos, Tyco dio otros 13 millones de dólares. Mientras esperaban que se construyera la nueva casa, la pareja compró la anterior casa de Ashcroft por 2,5 millones de dólares, un trato que ahora está bajo escrutinio por los reguladores financieros. El informe declaraba que otros 25 millones en préstamos a Kozlowski fueron borrados secretamente en 1999.
Hijo de un detective de la policía, Kozlowski estaba preocupado por algo más que un balance bancario. Como muchos de los que pasaron su niñez con su nariz contra el vidrio del establishment, estaba ansioso por dejar su marca una vez que el dinero comenzara a entrar. Bajo su propio nombre donó millones de dólares de Tyco a entidades de beneficencia. Una escuela privada de Maine, a la que van sus hijas, recibió 1,7 millón de dólares para el Kozlowski Athletic Center, mientras que su propia alma mater, la Universidad de Seton Hall de Nueva Jersey, recibió 5 millones de dólares para el Kozlowski Hall. Y contrató a un ejecutivo de relaciones públicas para que lo ayudara. Kozlowski desarrolló un gusto por los yates, volaba su propio helicóptero y tenía una colección de motocicletas Harley Davidson. Añadió a su médico, su personal trainer y su chef favorito a la nómina de pagos de la empresa. También contrató a un experto en yates para que lo ayudara a construir un barco de 45 metros de eslora.
Tyco ha estado cada vez más bajo sospecha durante el último año por sus métodos contables. Las acciones han perdido un 80 por ciento de su valor y la empresa está siendo investigada por la Comisión de Valores y el fiscal de distrito de Manhattan. Tyco podría ahora enfrentar más cargos por haber ocultado el nivel de las compensaciones de Kozlowski. Walter Montgomery, un vocero de Tyco, dijo a los periodistas que “en el momento en que se hicieron los gastos, el directorio no tenía conocimiento de ellos. Cuando los directores se enteraron, actuaron inmediatamente”. Añadió que “nada de lo que se ha descubierto hasta hoy podría ser considerado esencial para las finanzas de la empresa”.
Los inversores claramente concuerdan con esto. Las acciones de Tyco cayeron apenas 2 por ciento después del largo artículo del Journal, que puede ser más notable como un testimonio de una época extraordinaria que como algo que pueda perjudicar a la empresa, cuyas finanzas parecen sólidas. Muchas de las acusaciones fueron negadas por un vocero anónimo en nombre de Kozlowski. Las contrataciones del médico y el personal trainer fueron explicadas como parte de una propuesta de mejoramiento del plan de salud de la empresa, mientras que el chef habría sido reclutado para servir en las reuniones de directorio. El viaje a Cerdeña, se añadió, fue oportunamente elegido para coincidir con una reunión de directores en el lugar, y Kozlowski dice haber pagado todos los gastos no relacionados con Tyco. El experto en yates era un consejero de la empresa en sus negocios en competencias alrededor del mundo, y el vocero discutió los 11 millones para amueblar el hogar de Kozlowski en Nueva York, añadiendo que en realidad Tyco le debía a Kozlowski “decenas de millones” de dólares en compensaciones diferidas.
La empresa está tratando de limpiar sus antecedentes. Un nuevo jefe ejecutivo, el respetado ex jefe de Motorola Edward Breen, está a cargo. El jefe financiero Mark Swartz fue reemplazado la semana pasada y Eric Pillmore, ex jefe financiero bajo Breen en General Instrument, fue llamado para restaurar la reputación del grupo. La empresa también está llevando a cabo una investigación interna. Con los abusos y negocios de las empresasahora bajo mayor escrutinio que nunca en Estados Unidos, es improbable que alguien tan pintoresco como Kozlowski aparezca por algún tiempo.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

Compartir: 

Twitter

 
EL MUNDO
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.