Con cada hora que pasa se agrava la crisis europea por el aumento en los precios de los combustibles. En Portugal, el desabastecimiento producido por la huelga de transportistas afectó a supermercados, estaciones de servicio y al aeropuerto de Lisboa. Las protestas también llegaron a Polonia, donde miles de camioneros se sumaron a las manifestaciones que se vienen dando en España, Portugal, Francia, Irlanda y Escocia. En un intento por destrabar la tensión generada por la suba del precio del petróleo, la Comisión Europea instó a sus miembros a adoptar medidas para “ayudar a los más desprotegidos”.

Después de tres días de huelga de transportistas, ayer faltó combustible en Portugal. El aeropuerto de Lisboa dejó de reabastecer de carburante a los aviones que tenían programado pisar sus pistas, con la excepción de los vuelos de emergencia. Para llenar sus tanques, las aeronaves estuvieron obligadas a hacer escala en Oporto o en Funchal, antes de proseguir vuelo hacia su destino.

Pero no fue en la capital donde más fuerte se sintió el desabastecimiento. Las más afectadas fueron algunas ciudades del centro y del sur del país, como Coimbra, Evora, Baja, Faro y Portimao, en donde muchas estaciones de servicio debieron suspender la venta de nafta. Ayer, las que todavía contaban con reservas abastecían prioritariamente a ambulancias y autobombas. Los transportes públicos y privados de Coimbra y de toda la región meridional de Algarbe anunciaron que sólo disponen de combustible hasta hoy.

La huelga de los transportistas portugueses también afecta al sector alimentario. Varias cadenas de supermercados manifestaron ayer su preocupación por la ausencia de productos frescos, sobre todo de leche. La paralización de las actividades sectoriales empezó el lunes y se de-sarrolla con graves incidentes. El martes por la noche, dos manifestantes que participaban de los piquetes murieron atropellados y dos camiones fueron incendiados.

Los reclamos por el alza del barril de crudo también llegaron a Polonia, aunque las protestas fueron más calmas. Varios miles de conductores de camiones se manifestaron en las rutas. Para los organizadores fueron 100 mil. Para la emisora de televisión privada TVN24 fueron 50 mil. Lo cierto es que la medida no provocó inconvenientes porque los camioneros detuvieron sus vehículos en estacionamientos o al borde de los caminos.

Esta serie de protestas a nivel continental, que involucra a transportistas y pescadores, se inició a mediados de mayo, en Francia, con el objetivo de ejercer presión sobre el gobierno para que tome medidas que permitan cubrir los costos generados por el aumento del petróleo. En ese país la huelga perdió sustento. Sin embargo, continúa en algunas ciudades del sur con las llamadas “operaciones caracol”, que consisten en bloquear los caminos o los puertos por un lapso de una o dos horas. El conflicto también llegó a Irlanda, donde 60 pescadores de la ciudad sureña de Cork habían bloqueado la entrada al puerto, impidiendo el acceso de los barcos. En Escocia 60 camiones protestaron en una caravana desde Glasgow a Edimburgo.

Con el conflicto como telón de fondo, ayer se reunió la Comisión Europea. Los países “pueden y deben adoptar medidas concretas para apoyar a los más desprotegidos”, señaló el portavoz del organismo, Johannes Laitenberg, en un intento de apaciguar los ánimos continentales.