EL MUNDO › REPORTAJE A GONZALO MARTíNEZ FRESNEDA, ABOGADO DEL JUEZ GARZóN

“Un escándalo sin parangón”

Aunque la decisión del Tribunal Supremo de seguir adelante con el juicio contra el magistrado no permite ser optimista, el abogado se resiste a creer que Garzón pueda ser condenado por indagar sobre crímenes de lesa humanidad.

 Por Adrián Pérez

Su claridad y precisión transmiten confianza al otro lado del teléfono. Uno de los abogados de Baltasar Garzón hace un espacio en una agenda por demás ajustada para atender el llamado de este diario. Y aunque reconoce, de entrada, que la decisión del Tribunal Supremo de seguir adelante con el juicio contra el magistrado no permite ser optimista, Gonzalo Martínez Fresneda se resiste a creer que el juez pueda ser condenado por indagar en España sobre crímenes de lesa humanidad como los cometidos en otras latitudes, donde fue acompañado por el aplauso del mundo entero. “Quiero agradecer el interés con el que la sociedad argentina está siguiendo este proceso –señala–. Garzón es un hombre afectivamente muy vinculado al mundo jurídico latinoamericano y, en particular, a países del Cono Sur como Chile y Argentina”, agrega el abogado penalista.

Con cuarenta años de experiencia jurídica en España, Martínez Fresneda ha intervenido en asuntos vinculados con los derechos humanos y lleva la defensa del suspendido juez de la Audiencia Nacional desde mayo de 2009. El abogado adelanta que, llegado el momento de presentar aquellos escritos que respalden su trabajo como magistrado, Garzón tiene pensado aportar documentación al juicio que lo tiene sentado en el banquillo de los acusados, relacionada con las sentencias que la Corte Intera-mericana de Derechos Humanos promulgó en América latina.

–Luciano Varela, magistrado que llevó adelante el proceso, instruyó a Manos Limpias y a la asociación Libertad e Identidad para que corrigieran los escritos presentados en su contra. Pero el fiscal Luis Navajas criticó al magistrado calificando su actuación como insólita e insostenible.

–La posición de la Fiscalía del Tribunal Supremo español, desde que se interpusieron las querellas por organizaciones de extrema derecha contra el juez Garzón ha sido siempre la misma: pedir el archivo de las querellas por falta manifiesta de fundamento. Y, en consecuencia, durante el juicio, el fiscal mantiene la misma postura que viene sosteniendo desde hace tres años. Desde las elecciones del 20 de noviembre hay un gobierno de derecha aquí, lo cual no ha significado que la Fiscalía haya cambiado su posición, afortunadamente.

–¿En qué se apoyó aquel pedido de la Fiscalía?

–Manos Limpias, organización de ultraderecha que acusó a Garzón por investigar los crímenes del franquismo, presentó un escrito ina- ceptable; una copia literal de una resolución que había dictado el instructor (por Luciano Varela) cuando nos negó la posibilidad de archivar el expediente.

–¿Y qué hizo el juez Varela?

–Cuando vio que el escrito presentado era una copia y que se estaba leyendo a sí mismo, en lugar de rechazar esa acusación y decir que Manos Limpias no mantenía una posición autónoma como parte acusadora, lo cual habría conllevado al archivo inmediato del caso, el instructor indicó a Manos Limpias cómo tenía que hacer su escrito. Que un juez le diga a una de las partes lo que tiene que escribir en su papel para sentar a otro juez en el banco de los acusados es un escándalo que no tiene parangón en ningún país del mundo. Lo que dijo el fiscal en el primer día del juicio, donde se plantearon nulidades previas, es que en 35 años de profesión no había visto nada parecido. Con esta intervención del fiscal, y la que nosotros sostuvimos, casi nadie en España esperaba que el juicio fuera a continuar. Pero para sorpresa de casi todos, el Tribunal Supremo decidió seguir adelante.

–¿Qué otras nulidades ve ?

–A pesar de la ayuda del instructor, el segundo escrito presentado por Manos Limpias tampoco es válido para sostener una acusación. Se trata de un texto que se pronuncia en términos generales y viene a decir que Garzón lo hizo todo mal. Eso puede servir para un titular de prensa, pero no para que Garzón sepa frente a qué tiene que defenderse. Es una acusación demasiado vaga y global, no tiene la precisión que exige la ley española.

–Esta arremetida contra Garzón es por haber manifestado su competencia en la investigación de los crímenes del franquismo.

–La Audiencia Nacional es competente en aquellos delitos contra la forma de gobierno, y lo crímenes del franquismo fueron cometidos en conexión con un golpe de Estado. Aquellos delitos, en gran parte, consistieron en desapariciones forzadas de miles de personas que hoy día continúan desaparecidas. Por lo tanto, la Ley de Amnistía de 1977 no puede aplicarse a los hechos del futuro. Esos crímenes no pueden prescribir porque son delitos permanentes; porque mientras una persona esté desaparecida, el delito se sigue cometiendo.

–Usted señalaba, en una entrevista con el diario Le Figaro, que incluso si resultara absuelto en las otras causas Garzón no volverá a ser juez en España.

–No podrá trabajar con la seguridad e independencia que exige la clase de asuntos que él llevaba como juez si siempre tendrá sobre su cabeza la amenaza de una o varias querellas presentadas por las personas que resulten afectadas por esas investigaciones. Además, esas querellas pueden ser admitidas por el Tribunal Supremo, como lo han sido en este proceso. El juez Garzón, con toda la tristeza en el corazón, sabe que está abocado al exilio.

–Pero en las últimas audiencias se lo vio entero, de buen semblante. ¿Cómo está de ánimo?

–La palabra que define su ánimo es tristeza por ver que en España ha recibido esta respuesta por querer investigar lo que había investigado antes en otros países. Eso lo ha llevado a sentarse en el banco de los acusados. Cuando el Tribunal nos comunicó anteayer que el juicio iba a continuar tuvo un momento de decaimiento, se quedó abatido. Pero a las pocas horas se repuso y contestó a las preguntas que le hicieron en el juicio, de manera clara y contundente.

–Es de esperar que en caso de ser condenado apelarán la decisión del Tribunal.

–Vamos a interponer un recurso ante el Tribunal Constitucional español. Si ese recurso no es aceptado habrá que acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Ahí se acaban las posibilidades de anular la sentencia condenatoria.

–Garzón recibió apoyo de prestigiosos juristas del mundo. ¿Cuál es la situación en España?

–Acá la sociedad está dividida: una parte es muy favorable a él y otra está muy en contra. Hay que decir que no se responde con la división tradicional entre derechas e izquierdas. Un sector de la izquierda está en contra de Garzón.

–¿A qué sector se refiere?

–A aquellos socialistas del PSOE que estaban en el gobierno cuando Garzón investigó al terrorismo de Estado perpetrado por GAL (N.d.R.: Grupos Antiterroristas de Liberación), la organización parapolicial que luchó contra ETA en los ’90. Un sector del Partido Socialista no le perdona aquello porque la investigación que él llevó a cabo afectó a José Barrionuevo, ministro (del Interior) de Felipe González, y a otros mandos policiales.

–¿Cuál es la situación legal de Garzón en las otras dos causas?

–Sólo lo patrocino en este juicio. Aunque en esas causas lo defienden otros abogados puedo decirle que, a mi juicio, ya no como abogado sino como espectador, considero que tampoco tienen una base sólida como para condenarlo.

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El juez Garzón, con toda la tristeza en el corazón, sabe que está abocado al exilio.
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