EL PAíS › EL GOBERNADOR “K” DE SANTIAGO DEL ESTERO, RADICAL ALIADO DEL GOBIERNO, FUE REELECTO CON CERCA DEL 84 POR CIENTO

Se va la segunda para Gerardo Zamora

Con una afluencia de votantes del 67 por ciento, record histórico en la provincia, los primeros cómputos oficiales le daban a Zamora el 84 por ciento de los votos. El gobernador dedicó su triunfo a la presidenta Cristina Fernández.

 Por Emilio Ruchansky

Desde Santiago del Estero

Con más del 80 por ciento, según los primeros resultados oficiales, el Frente Cívico por Santiago del gobernador santiagueño Gerardo Zamora renovó ayer su mandato en una elección que se desarrolló normalmente y cuya mayor sorpresa fue la gran cantidad de votantes. El dirigente, un aliado K que compartió fórmula con su compañero radical Angel Niccolai, festejó el aplastante triunfo con una caravana por la ciudad y prometió que “lo mejor está por venir”. En la elección de diputados provinciales, donde había varias listas de radicales y kirchneristas prendidas a Zamora, se beneficiaron los primeros en lo que fue primer test electoral desde la asunción de Cristina Kirchner.

El gobernador llegó al Instituto Santa Lucía a las 11.25 de impecable camisa blanca a cuadros y jean. La escuela pertenece al Obispado local y no se destaca mucho de los ranchos pobres que la rodean en el barrio Smata. Había al menos siete cámaras y una veintena de periodistas. Gerardo Zamora entró rápido, se lo veía mal dormido y no disimuló su preocupación por el accidente automovilístico que sufrió el sábado el subsecretario de prensa, Carlos Argañaraz y su familia. Luego se arrimó a la mesa 176 y antes de votar esperó que las autoridades de mesa constataran su nombre; mientras, se cruzaba de brazos, se tomaba la pera, miraba el reloj a cada rato. Había sólo 15 votantes en medio de la turba de curiosos.

“La asistencia a las últimas elecciones nacional fue del 63 por ciento, esperamos igual o mayor cantidad de votantes”, informó el gobernador luego de votar, arrinconado por las cámaras, grabadores y celulares al costado de la escuela. Hubo algunas demoras por la falta de autoridades de mesa, pese al incentivo de 50 pesos anunciado en la semana. Sin embargo, los dos motivos centrales que podrían haber ahuyentado a los electores locales siguen siendo el calor y la lluvia que en esta provincia son implacables. El primero no era excusa porque ayer la temperatura no pasó de los 30 grados. “Tenemos mucho miedo por las tormentas porque la lluvia ya afectó a ciudades y parajes del interior”, explicó el mandatario sobre el segundo motivo.

“¿Lo llamó la Presidenta?”, preguntó una periodista local. “No, me llamó para saludar recién el doctor Kirchner”, dijo orgulloso Zamora, quien dio unos pasos y fue detenido por la prensa. “Se dice que estas elecciones van a ser fáciles para usted, ¿está de acuerdo?”. “Ninguna elección es fácil”, contestó, y aprovechó para mandar saludos a sus oponentes aclarando que “están representados todos los partidos”. Luego sermoneó: “Lo importante es la unidad, seguir trabajando con respeto, fortaleciendo la democracia. Después será la voluntad sagrada del pueblo en las urnas la que elija”.

El mandatario se despidió, dio unos pasos y nuevamente fue frenado por los periodistas. Página/12 consultó sobre su pertenencia a la Concertación Plural kirchnerista, teniendo en cuenta el posible frente opositor si se alían la UCR y la Coalición Cívica en la ciudad de Buenos Aires y la aparición en escena de quien fue un radical K, como el gobernador, y ahora se opone abiertamente al oficialismo: el vicepresidente Julio Cobos. “Yo tengo un profundo respeto por todos los sectores políticos, más allá de cuál sea la opinión. Y en cuanto a la Concertación, yo soy parte. Y me gusta estar en algo que existe, si no, no estaría”, respondió.

Pasado el mediodía, se hablaba de un 20 o 25 por ciento de participación del total de electores (unos 600 mil). Por el Canal 4, se veía a varios candidatos, opositores y oficialistas, relamiéndose unos por la escasa participación y otros por un triunfo que prometía ser avasallante. El primero fue el candidato a gobernador Francisco Cavallotti padre, del Frente Cruzada y Lealtad, históricamente liderado por el viejo caudillo autoritario Carlos Juárez y su mujer, la ex gobernadora Mercedes “Nina” Aragonés. También vestía camisa blanca a cuadros.

“Yo llegué a las 11.30 y no había autoridades de mesa”, chicaneó el candidato, parado en el pasillo vacío de un colegio. Luego invocó a “la memoria y a la hombría de bien” como pilares de la sociedad y dijo sentirse orgulloso de participar de esta votación que es “una obligación y un deber”. Su hijo encabeza la lista de diputados y fue abogado del matrimonio Juárez en las causas judiciales que se les siguen por violaciones a los derechos humanos y corrupción.

“Venimos de cuatro años de una demonización conceptual horrorosa. Nosotros reivindicamos nuestra historia, nuestro pasado para proyectarnos hacia el futuro”, reflexionó Cavallotti, quien lamentó: “Si hay muy poca participación, es de esperar que la indiferencia nos gane”. Antes de irse, deslizó que pretende “reorganizar el peronismo y el juarismo” y se quejó por “el despliegue terrible” del aparato oficialista, un aparato que los Juárez manejaron a gusto durante 50 años.

Después, el conductor de Canal 4 anticipó al próximo personaje, Vicente Lo Brunno, el primer candidato que representa al PRO de Mauricio Macri en la provincia, de camisa a rayas. “Somos nuevos. No sabemos cómo actuar, no hicimos sondeos, no es nuestra preocupación. Lo que queremos es instalar al partido en el medio, no importa si sacamos 1, 15 o 100 mil votos, vamos a ganar algo igual”, se sinceró. “Lo que queremos es transmitir nuestra experiencia”, se contradijo y continuó: “Hay que generar un recambio permanente en la política porque es la única forma de evitar la corrupción”.

El siguiente candidato que salió por la pantalla mientras los santiagueños dormían la siesta de rigor fue el candidato a diputado Carlos “Pololo” Anauate, impulsado por el partido que encabeza Alberto Rodríguez Saá. “Tengo muchas elecciones encima y veo que hay poca movilidad de votantes –se ufanó–, y eso que pusieron autos oficiales para trasladar gente, debe haber un bajo caudal de votantes.” La escasa cantidad de votantes preocupaba en las filas oficialistas que esperaban, como reconoció el candidato a diputado kirchnerista Juan Manuel Sufloi, “espero que después de almorzar la gente se descuelgue y vaya a votar”.

Acto seguido vino la tanda y en la tele apareció un pibe caminando por la calle que ve una tienda, en cuyas vidrieras hay seis televisores prendidos en distintos canales. El flaco se sienta en el piso y se queda mirando, hace un llamado por celular y viene un camión que descarga un sillón para él. Se hace de noche y sigue ahí mientras suena un funk instrumental acelerado, como el de las películas blaxplotation de fines de los ’70. En el clímax de un solo de saxo se apagan las teles del local y el pibe implora: “¡No, dejamelo ver un cachito más!”. El locutor le aconseja “mejor, quedate en casa”. Era una propaganda de una distribuidora de canales de cable.

Sin embargo, el “mejor quedate en casa” no pareció funcionar ayer donde la voluntad de un pueblo que ha pasado por dos intervenciones federales y un largo período caudillista se plasmó en las urnas. Desde el correo local, ya se hablaba ayer de una concurrencia de un 67 por ciento de votantes del total del padrón, todo un record histórico.

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El ministro Randazzo y el gobernador de Río Negro, Miguel Saiz, acompañaron a Zamora en los festejos.
Imagen: Leandro Teysseire
 
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