EL PAíS › LA LEGISLATURA DE NEUQUéN TRATABA ANOCHE LA EXPROPIACIóN DE LA FáBRICA DE CERáMICAS

Para ir hacia la gestión obrera de Zanon

Al cierre de esta edición, tras más de ocho años de reclamos, los legisladores provinciales se preparaban para votar la entrega de la fábrica a la cooperativa de trabajadores Fasinpat. El Estado neuquino se haría cargo de las deudas.

 Por Elio Brat

Desde Neuquén

Cientos de trabajadores neuquinos, acompañados por delegaciones de todo el país, esperaban anoche la expropiación de la ex fábrica de cerámicos Zanon, la más grande en su tipo de toda América latina. La Legislatura de Neuquén debatía desde la tarde el proyecto presentado por la gobernación provincial y que, según se estimaba, contaba con los dos tercios necesarios para su aprobación, con lo que se cerraría un larguísimo proceso que comenzó hace más de ocho años, cuando 271 obreros decidieron tomar la fábrica que pretendía cerrar el empresario italiano Luigi Zanon y la hicieron producir “bajo gestión obrera”. Entonces nació Fábrica Sin Patrones (Fasinpat), una cooperativa que supo ser reconocida a nivel nacional e internacional y que hoy cuenta con 470 obreros y obreras ceramistas, esperanzados con tomar posesión legal de la fábrica.

Anoche se esperaba que la aprobación llegara con los votos del oficialista Movimiento Popular Neuquino, sus aliados peronistas y los partidos de centroizquierda.

El proyecto preveía que la provincia afronte el pago de 23 millones de pesos a los “acreedores privilegiados” de la quiebra de la firma. Los obreros ceramistas rechazan ese pago, argumentando que “la deuda es de la familia Zanon y ellos la tienen que pagar, no el Estado neuquino”. El propio gobernador Jorge Sapag previno desde un principio que “la provincia cumplirá las deudas de la empresa”, aclarando que lo que ayer resolvía la Legislatura era la expropiación “y no la estatización”, hecho que siguen reclamando los trabajadores del Sindicato de Obreros y Empleados Ceramistas de Neuquén.

Desafiando el viento patagónico, que llegó a soplar a más de 60 kilómetros por hora, en la tarde una gruesa columna de más de tres mil personas marchó desde el centro de la ciudad de Neuquén hasta la explanada de la lujosa Legislatura. “Carlos Fuentealba Presente”, decía un inmenso cartel que encabezada la marcha. Detrás estaban las históricas Madres de Plaza de Mayo neuquinas Inés Ragni y Lolín Rigoni, además de dirigentes del Hospital Garrahan, de los subterráneos de Buenos Aires, de los docentes de Bahía Blanca, de los ferroviarios de Buenos Aires y de muchos otros sindicatos del país que no quisieron faltar a la cita.

“Este es un capítulo muy importante en la lucha de los obreros de Zanon, que lleva nueve años en la calle. Primero intentaron desalojarnos y luego rematar la fábrica, pero la lucha de los trabajadores y de toda la comunidad hizo que se llegara a tratar esta expropiación en la Legislatura”, dijo a Página/12 Raúl Godoy, el líder histórico de los ceramistas neuquinos. El mismo dirigente se apuró en aclarar: “La expropiación es una solución parcial, aunque rescatamos que es muy importante, porque es un paso que nos permitiría seguir por nuestra lucha de fondo, que es la estatización definitiva de la fábrica. Nosotros queremos a Zanon definitivamente al servicio del pueblo y no vamos a parar hasta que esto se logre, aunque reconocemos que sacarle la propiedad a un capitalista como Luigi Zanon y que la fábrica quede en manos de los trabajadores es un paso gigante”.

Los obreros de Zanon tienen conciencia de las implicancias de la expropiación: “Esto es terminar de una buena vez con los intentos de desalojo y con los problemas legales –dijo Godoy–, pero ahora tenemos la batalla para poner la fábrica a full, sumando y multiplicando los puestos de trabajo. Y en esto no tenemos que olvidarnos que debe haber un plan de obras públicas para construir las miles de viviendas que se necesitan en la provincia”, continuó el actual secretario adjunto del Sindicato Ceramista de Neuquén.

Durante la sesión parlamentaria, algunos diputados hablaron de exigirles a los obreros de Fasinpat que “garanticen la paz social”. Para los trabajadores, “la paz social la quiebran los empresarios y los gobiernos cuando echan a cientos de obreros como perros a la calle”, dijo Godoy. “Ellos, los capitalistas, todo el tiempo nos declaran la guerra con los tarifazos, con las privatizaciones y con los despidos. Ante eso, lo que hacemos los trabajadores es defendernos y nosotros asumimos el compromiso de seguir defendiéndonos, en la calle, como tiene que ser.”

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“Que la fábrica quede en manos de los trabajadores es un paso gigante”, se esperanzaban los obreros.
 
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