EL PAíS › COBOS ORDENó NO SALIR A RESPONDERLE A CARRIó

Como enemigos íntimos

 Por Sebastian Abrevaya

La llamativa reaparición pública de Elisa Carrió el viernes pasado denunciando un agazapado intento golpista por parte del ex presidente Eduardo Duhalde, con la complicidad de Julio Cobos, no pasó inadvertida en las filas del vicepresidente. Pero lejos de entrar en la lógica de la líder de la Coalición Cívica, Cobos les pidió a sus hombres que no respondan a las acusaciones y se pongan “por encima” para no entrar en un desgaste. “Nosotros vamos a tomar posición en los temas de políticas públicas que les interesan a la gente”, retrucó el intendente de Junín, Mario Meoni, desmereciendo las filosas palabras de la chaqueña. Con este precedente, en el cobismo auguran una convivencia difícil en el Parlamento cuando Carrió asuma su banca de diputada.

La estrategia del cobismo responde a una convicción profunda del vicepresidente: los liderazgos de Lilita y de Néstor Kirchner son –según considera– muy “agresivos” y ya forman parte de una etapa terminada. Según sus declaraciones, ahora la sociedad reclama menos “crispación” y más “consenso”. Por eso Cleto tomó distancia del conflicto en el Acuerdo Cívico y Social después de que se lo tratara como un conspirador.

Detrás de aquel silencio oficial, las palabras de Lilita cayeron muy mal entre los cobistas, al igual que la actitud que consideran “complaciente” de su socio político, el jefe de la UCR, Gerardo Morales. “Me tiene cansado Carrió, que desaparece como si fuera una estrella de Hollywood y después viene a pontificar mientas estuvo descansando en un spa. Si tiene tantas convicciones me hubiera gustado que estuviera en el Congreso luchando contra la ley de medios”, se sinceró ante este diario uno de los hombres más cercanos al vicepresidente.

El mendocino y ex vicegobernador de Cobos, Juan Carlos Jaliff, consideró que la vuelta de Lilita “fue bastante traumática” y agregó que su presencia “es un condicionante muy fuerte para la reunificación del radicalismo”. “Gerardo está muy pegado a ella y en algún punto la usa para molestarlo a Cobos”, asegura. Otros dirigentes cobistas son más directos y le achacan a Morales que “permanentemente va a ponerle la alfombra roja a su servicio cuando tendría que ser al revés”. Lo cierto es que la sociedad del jefe de la UCR con Carrió es un fuerte impedimento para la reunificación, igual que el inminente lanzamiento de la línea interna Renovación Federal, que se realizará el sábado en Rosario.

“Es la renovación federal que integran personas bastante mayores y con bastante historia en el radicalismo”, ironizó un dirigente de Consenso Federal que había amagado con la preparación de una contraofensiva para pelear la conducción del partido en diciembre. Lo cierto es que en Santa Fe se concentrarán dirigentes como Angel Rozas, Mario Negri, Ernesto Sanz, Roberto Iglesias y Morales, que si bien no pertenecen a la línea de la ex Coordinadora Nacional, tampoco son nuevos en la estructura de la UCR.

En el entorno de Cobos apuntan directamente contra el jefe radical, su enemigo interno número uno. Le achacan que no reconoce públicamente su enemistad con el ex gobernador de Mendoza. “Tiene todo el derecho del mundo de no querer que Cobos sea el candidato a presidente, pero que sea sincero y lo diga”, exigen.

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Cobos recibió de nuevo estocadas de Carrió en su reaparición.
 
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