EL PAíS › FRANCO MACRI RECHAZó UNA CONSPIRACIóN DEL KIRCHNERISMO Y TAMBIéN DESCARTó LA RESPONSABILIDAD DE SU HIJO

Habló papá en el peor momento de Mauricio

Franco Macri arriesgó que “pondría las manos en el fuego” para rechazar la manipulación de los jueces por parte del kirchnerismo para procesar a su hijo Mauricio, jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 Por Nicolás Lantos

No es la primera vez que Franco Macri sorprende con declaraciones que descolocan a su hijo Mauricio. En una entrevista radial arriesgó ayer que “pondría las manos en el fuego” para asegurar que el gobierno nacional no está involucrado en la causa que investiga el aparato de inteligencia clandestino montado en el seno de la administración porteña. Este comentario llegó en el peor momento de los tres años de mandato del jefe de Gobierno porteño: el jueves pasado, los jueces que conforman la Sala I de la Cámara Federal confirmaron por unanimidad su procesamiento, que había sido dictado en primera instancia por Norberto Oyarbide. La titular de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, aliada del PRO en el Congreso, ayer también reconoció que “en el origen de la causa el gobierno nacional no tiene nada que ver” con las escuchas ilegales (ver aparte). Franco Macri contradijo explícitamente la principal –y prácticamente única– estrategia política de su hijo: acusar a Néstor Kirchner de digitar a los cuatro jueces en una presunta persecución en su contra. El empresario luego aclaró, en todo jocoso, que “Mauricio tampoco” tiene nada que ver con el espionaje paraestatal, aunque quedó en el aire el cuestionamiento a la estrategia defensiva de Mauricio.

“Estoy seguro que no es un proyecto del Gobierno para hacer que Mauricio tenga problemas”, sorprendió Franco. Si bien hasta ahora no había dudado en mostrarse políticamente más cerca del kirchnerismo que del PRO, con las declaraciones de ayer el titular del Grupo Macri metió baza en la causa por la que su hijo está acusado de formar parte de una asociación ilícita, en la que cumplía el rol de “asegurar que la matriz del aparato clandestino de inteligencia se instale en su gobierno, se nutra de recursos y, de tal suerte, pueda funcionar”, tal como describen, en el fallo unánime que confirma el procesamiento, los camaristas Eduardo Freiler, Jorge Ballestero y Eduardo Farah.

Desde que comenzó la investigación por las escuchas ilegales, el macrismo se escudó en acusaciones contra Néstor Kirchner, quien –dicen– habría ordenado al juez federal Norberto Oyarbide que direccione la causa en contra de Macri. Sin embargo, a medida que fue avanzando, las pruebas en contra del jefe de Gobierno se fueron acumulando, mientras que nunca apareció ningún indicio que respaldara las acusaciones del jefe de Gobierno (sólo el extraño testimonio de un aliado, el ex senador entrerriano Héctor Maya, que aseguró que Oyarbide, sin testigos y al encontrárselo por azar en un restaurante, le dijo que el santacruceño le había ordenado “llevarse puesto” al titular del PRO). La decisión de la Sala I de la Cámara Federal porteña de respaldar la decisión del magistrado dejó esa estrategia defensiva al borde del K.O. y al gobierno de la Ciudad en alerta roja.

“Mauricio tampoco” está involucrado en el caso, aclaró Franco, aunque a esa altura toda apostilla era insuficiente. “Por debajo del Gobierno se manejan intereses, conveniencias e inconveniencias muy grandes”, intentó corregirse, dando a entender que de ese limbo de segundas líneas podría haber surgido una trama conspirativa en contra de su hijo. También añadió que lo apoya “con todo el corazón” y pronosticó que “superará esto porque es una pavada, realmente es una estupidez, una cosa casi ridícula”. Durante la entrevista radial, también se mostró preocupado por el futuro de su heredero, y dejó caer algún reproche: “A veces preferiría que él no anduviera por caminos que está recorriendo, porque no son los más fáciles, muchas veces uno hace las cosas bien pero no evita las críticas y los ataques”.

Consultado por su rol en la trama de espionaje ilegal (una de las víctimas de las escuchas telefónicas ilegales es su yerno Daniel Leonardo, e incluso Mauricio llegó a pedir que sea investigado por esto), Franco intentó una explicación. “Se confundió mucho en todo esto el hecho de que yo siempre he protegido a mi familia, desde el secuestro de dos de mis hijos, con una empresa americana autorizada por el gobierno americano y ellos son los que han estado en todo eso”, advirtió, aunque luego aclaró que “ellos no usan gente que intercepta teléfonos ni cosas por el estilo”.

Esta no fue la primera vez que el patriarca del clan deja desairado a su hijo pródigo. Los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández han resultado beneficiosos para los negocios de Franco, en particular por el desarrollo del intercambio comercial con China, un socio por el que apostó desde fines de los 70, mucho antes del boom, tejiendo provechosas relaciones que ahora le dan fruto. Esta semana, desde Beijing, le había dicho a este diario que en un eventual ballottage entre el santacruceño y su hijo, “desde el punto de vista del afecto votaría a Mauricio”, pero “con la razón, a Kirchner”. Los elogios no se quedaron ahí: el empresario sostuvo que “desde Frondizi, éste es el mejor gobierno que tuvo la Argentina, el más adecuado a sus carencias y el más cercano a su mentalidad”, y también cuestionó la decisión de su hijo de competir por la presidencia en 2011. “Tal vez en el siguiente período puede ser”, sugirió.

Ya en enero de este año, cuando Cristina Fernández decidió posponer el viaje al gigante asiático para no dejar el Poder Ejecutivo en manos de Julio Cobos en pleno conflicto por el uso de reservas para el pago de deuda, Franco Macri había salido a respaldar el manejo de las relaciones bilaterales. “El proyecto de país que está intentando la Presidenta es el correcto, el mismo que tiene cualquier país moderno”, sorprendió en ese entonces el empresario. Volvió a usar los mismos términos elogiosos un par de meses más tarde, cuando aceptó el rol de presidente de la delegación argentina en el Consejo Empresarial Binacional de Integración e Inversiones entre Argentina y Perú, y viajó a Lima junto con la comitiva presidencial para rubricar ese acuerdo. En esa ocasión, Página/12 le preguntó por la opinión de Mauricio sobre sus relaciones con el gobierno nacional. “Mi hijo, desde que me abandonó por Boca, yo acepté que tenga su camino –recordó–. De política no hablamos y puede ser que disintamos. Para mí, estamos viviendo un proyecto de país interesante. Argentina va a recuperar el tiempo que perdió.”

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Franco Macri rechazó el principal argumento de la defensa de Mauricio, que responsabiliza de todo al kirchnerismo.
 
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