EL PAíS › OTRO GENERAL RETIRADO CRITICO LA DECISION DEL PRESIDENTE

Con la doctrina de Ricardo Brinzoni

Mugnolo, que cesó como jefe de Estado Mayor, dijo que lo sorprendieron los relevos decididos por Kirchner y que la movida presidencial “podía haber sido mejor”. Fue durante la asunción de su sucesor, Jorge Chevallier.

El brigadier Jorge Chevallier asumió ayer como nuevo jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas y trató de aplacar el malestar que provocó entre los jefes militares la decisión del presidente Néstor Kirchner de relevar a la cúpula castrense. “Vivir una situación de cambio no debe causar preocupación, pues no significa más que una instancia en la vida militar”, señaló en su primer discurso en el cargo. Sin embargo, las declaraciones que al término de su propio acto de asunción formuló su antecesor, Juan Carlos Mugnolo, acerca de que el cambio ordenado por el santacruceño lo “sorprendió” y que “podría haber habido otro mejor” método dejaron en claro que el enojo persiste. Aun así, la reestructuración se concretó en el Ejército, con el anuncio de la nómina de hombres que acompañarán a Roberto Bendini en la conducción de esa fuerza.
“Toda nueva etapa debe comenzar con optimismo, la cual debe estimular el protagonismo de todos y cada uno de nosotros y no sumirnos en el desaliento y mucho menos quedarnos inmóviles ante ella”, destacó Chevallier al hacerse cargo del Estado Mayor Conjunto durante una ceremonia que se desarrolló en la plaza de armas del edificio Libertador y que fue encabezada por el ministro de Defensa, José Pampuro. El militar se comprometió a “orientar” a sus subordinados “hacia los objetivos que permitan cumplir con la misión asignada para el bien de las instituciones y el país” y agregó: “La tarea no será fácil; los procesos de reestructuración que se llevan a cabo se deben afrontar con ingenio, sacrificio y una voluntad indeclinable de acción para alcanzar el éxito”.
La asunción de Chevallier marcó también el pase a retiro de Mugnolo, cuyo discurso no fue precisamente el mismo de su sucesor. El saliente jefe del Estado Mayor Conjunto no se privó de decir que le “sorprendió” el pase a retiro de los altos mandos de las tres Fuerzas Armadas, ni de señalar que “podría haber habido otro mejor” método para producir el recambio de las cúpulas castrenses. Mugnolo buscó despegarse del ahora ex jefe del Ejército Ricardo Brinzoni, quien en su despedida de la fuerza advirtió que “la intriga política” había regresado a los cuarteles, y dijo no compartir su visión sobre ese tema a pesar de considerarlo un “buen amigo”. “Creo que los militares no tenemos que opinar de política”, manifestó, aunque acto seguido relativizó sus propias palabras: “De política partidista, cuidado, porque hay una política de defensa donde nosotros podemos actualizarnos y podemos opinar, como yo he opinado. Es nuestra responsabilidad, como asesores del poder político, decir: ‘Miren, señores, esto no es lo adecuado, esto está superado’. Esto es una cuestión administrativa”.
En tono muy parecido al de Brinzoni, el saliente jefe del Estado Mayor Conjunto agregó que, “si el Presidente opta por elegir a quien quiere, tendrá que recomponer la cadena de mandos”. Y hasta se quejó de que “pensé que mis hijas iban a estar en otra situación, ahora no sé si mis nietas van a seguir con el tema de los antagonismos. No se puede seguir así”.
Pero así como el Gobierno recibió reproches de los militares, también obtuvo nuevos apoyos. A favor de la determinación de Kirchner se pronunció una vez más el ex jefe del Ejército Martín Balza que afirmó compartir “totalmente” las afirmaciones del santacruceño referidas a que a los miembros de las Fuerzas Armadas no les corresponden analizar las conductas del “poder político”. Balza consideró que “acá hay una cadena de mando fijada por la Constitución Nacional: el comandante en jefe es el señor presidente y se acata lo que él dice, porque estamos subordinados al poder civil”. Además enfatizó que “el señor presidente quiere un determinado perfil para las Fuerzas Armadas y necesita hombres que gocen de su confianza. Eso no es hacer política, ocurre en todos los países”.
También la líder del ARI, Elisa Carrió, ratificó su respaldo a la “facultad presidencial sobre las Fuerzas Armadas” y expresó su “rechazo” al discurso de Brinzoni en su despedida del Ejército.
Del lado de Kirchner también se alineó Estela Carlotto. La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo consideró que era necesario “poner gente nueva, que al criterio del Presidente va a dirigir las fuerzas al destino que tienen que ir, que es el de defendernos y el de someterse a la Constitución”.
En medio de la polémica, el Ejército definió su nueva conducción. Bendini será secundado por Mario Chretien. El secretario general será Jorge Tereso y el director general, Gonzalo Palacios.
En Defensa evitaron precisar el número de oficiales que pasan a retiro. “Debe informarlo el Ejército”, dijeron, mientras en esa fuerza indicaron que “se desconocen hasta el momento esos datos”. Las especulaciones, de todos modos, eran que los pases a retiro serían 19, con lo cual la poda no sería tan profunda, sino que se habría impuesto el criterio de Pampuro.

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Chevallier, el entrante; Mugnolo, el saliente, y Pampuro, ministro de Defensa en el medio.
 
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