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Desplazan al ultraliberal Solanet por ser ineficiente en la política

El economista de Fiel fue mano derecha de López Murphy durante años. Ahora éste lo corre de su partido por “mancha venenosa”.

 Por José Natanson

Decidido a sacarse de encima el estigma de economista ultraortodoxo, Ricardo López Murphy le pidió a su amigo Manuel Solanet un paso al costado. Aunque nadie quiere hacer ruido, lo cierto es que el ex funcionario de la dictadura, convertido en una especie de mancha venenosa para los aliados del ex ministro, dejó su lugar de responsable de Recrear en la Capital.
Ingeniero de profesión, Solanet cursó un posgrado en economía en la Universidad de Santiago de Chile. Más tarde, mientras López Murphy aprendía en Chicago las recetas neoliberales, Solanet las aplicaba en la Argentina: fue asesor de Adalbert Krieger Vasena durante el gobierno de Juan Carlos Onganía, trabajó junto a José Alfredo Martínez de Hoz en los primeros años de la dictadura y después fue secretario de Hacienda de Roberto Alemann.
Con el retorno de la democracia, Solanet volvió al sector privado. Fundó una consultora y comenzó a trabajar en FIEL, la usina ultraliberal capitaneada por el líder de Recrear. Cuando lo nombraron ministro de Economía, López Murphy, que comparte con Solanet el pasado y las ideas, lo designó secretario de Reforma Administrativa. El objetivo, reducir drásticamente la burocracia –eje del mal– mediante un plan que incluía la eliminación del 50 por ciento de la estructura administrativa y el despido de 88 mil empleados.
Volvió a convocarlo el año pasado, cuando decidió romper con el radicalismo y fundar su propia fuerza política, y le encargó una tarea clave: armar el partido en la Capital, el segundo distrito del país y en el que tenía depositadas mayores esperanzas. Además, le pidió que se ocupara de diseñar un capítulo de su programa de gobierno, que incluía –obvio– una severa reducción de la estructura del Estado.
Los problemas no tardaron en aparecer. El primero, según sostienen en Recrear, fue la incapacidad de Solanet para armar el partido. “Es absurdo. En las provincias donde sacamos el cuatro o cinco por ciento conseguimos la personería hace meses. Y en la Capital, donde todo debería ser más fácil para nosotros, fue un suplicio. Sacamos el 25 por ciento y no pudimos armar un partido como la gente”, explica un dirigente cercano a López Murphy. Y atribuye la lentitud a la falta de experiencia. “Sabrá mucho de economía, pero como político no funciona. No pudo superar las dificultades de construir un partido, buscar aliados, negociar apoyos. La verdad es que no tenía ni idea”, agregan en Recrear.
El problema se fue amplificando en simultáneo con el crecimiento de López Murphy, que durante la campaña presidencial quiso suavizar su imagen e instalarse como el nuevo referente de la clase media, a pesar de sus antecedentes de economista ultraortodoxo, y de un programa de gobierno neoliberal desde el punto de vista económico, conservador desde el político y decididamente reaccionario desde el cultural.
En este nuevo esquema, la figura de Solanet comenzó a transformarse en un peso. “Iba a las reuniones y nadie le hablaba. Le rajaban para las fotos y trataban de esconderlo”, reconoce un diputado cercano a López Murphy. Y recuerda que cada incorporación, cada nuevo aliado, protestaba en voz baja por la presencia del ex funcionario de la dictadura.
Los candidatos de Recrear en los dos distritos más importantes –el bonaerense Hernán Lombardi y la porteña Patricia Bullrich– cuestionaron la aparición de Solanet en sus actos y reuniones. Aunque la protesta es lógica, también tiene algo de injusta: los dos conocían perfectamente el lugar de Solanet antes de asociarse con López Murphy. Es más: ninguno levantó la voz cuando Fernando de la Rúa lo designó en el Gabinete de la Alianza, del cual formaron parte. Y tampoco se los ha escuchado criticar a otros ex funcionarios de la dictadura que trabajan junto a López Murphy, como Alberto Natale o Juan Lladós.
En cualquier caso, lo cierto es que Solanet se fue convirtiendo en un peso. Finalmente, López Murphy siguió el consejo de sus asesores y la semana pasada, después de pensarlo mucho, le pidió a su amigo un paso al costado. Nadie quiere hacer barullo, y la idea es buscarle una salida elegante, pero lo central es que Solanet renunció a la jefatura de Recrear Capital y ya no aparecerá más por las oficinas partidarias. “La relación personal se mantiene. Siguen siendo amigos, pero Ricardo estaba harto de tener que dar explicaciones cada vez que aparecía Solanet. Se había convertido en una carga. Nos ponía un techo a todos”, concluye un asesor del ex ministro.

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Manuel Solanet no dio pie con bola en Recrear.
No conseguía adhesiones, ni siquiera interlocutores.
 
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