EL PAíS › EDUARDO DUHALDE HABLA DEL
PRESIDENTE Y DEL FUTURO POLITICO EN SU PROVINCIA

“Cristina Kirchner podría ser una muy buena gobernadora”

El ex presidente sostiene que el peronismo tiene que hibernar porque debe priorizar la acción de gobierno y la pelea que se viene con el FMI. El cambio necesario en el peronismo. Opina sobre los transversales. Las maniobras. Los gobernadores.

 Por Diego Schurman

Odia las corbatas. Y después de una gira europea que lo obligó a usarlas, Eduardo Duhalde encontró su emancipación en una camperita y una camisa a cuadros con sus primeros botones desprendidos. No importa que la sensación térmica orille los 4 grados. No está dispuesto a resignar esa libertad de hacer lo que quiere. Y al parecer tampoco de decir lo que quiere. Por eso impone una discusión sobre el volante Nery Cardozo y el técnico Carlos Bianchi, a quienes admira, a pesar de su declarado fanatismo por Banfield. Su remanso dura lo que la luz de un fósforo: sin proponérselo acababa de ofrecer una excelente excusa para desviar la charla hacia el terreno político.
–¿Admira de la misma forma al presidente de Boca, Mauricio Macri?
–El sabe que lo aprecio. Yo le llevé una virgen a su padre (Franco) cuando estuvo secuestrado... Es uno de los dirigentes más importantes del centroderecha de la Argentina.
–El no descartó en estos días una alianza con usted.
–Yo en Capital nada que ver. Y en provincia Macri no tiene ni partido.
–¿El PJ y Compromiso para el Cambio no pueden llegar a un acuerdo?
–Vamos a derrumbar algunos mitos: Macri no es bonaerense, y por lo tanto no puede presentarse en la provincia. Lo mismo que Scioli, que se anda diciendo que puede ser candidato a gobernador bonaerense.
–¿Descarta totalmente la posibilidad de una alianza con Macri?
–Yo no descarto nada porque en la provincia el PJ hizo alianzas históricas con otros partidos, de derecha y de izquierda.
–¿Entonces?
–En la provincia ha hecho alianzas con 30 partidos. Yo hice acuerdos con Oscar Alende (el fallecido líder del Partido Intransigente), que fue mi maestro. También hice acuerdos con la UCeDé. Si Macri tuviera partido en la provincia y quisiera apoyar nuestros candidatos no me voy a negar. Pero hoy por hoy no tengo ninguna conversación con Macri en ese sentido.
–Mencionó a Scioli. Al vicepresidente lo han medido algunas encuestas, pese a que usted ahora lo saca del juego.
–Si se lo midió no tiene sentido, porque ni nació ni vive en provincia. Es un imposible. Son globos de ensayo, no sé de dónde salen.
–Le aseguro que del duhaldismo.
–Ufff... se dicen tantas cosas. Dicen, por ejemplo, que habrá un nuevo encuentro de gobernadores en San Vicente. Otra ridiculez. Yo estoy en otra dimensión, que es lograr la unidad latinoamericana a través del Mercosur. No sé por qué me inventan cosas.
–Ahora me va a decir que la prensa inventa y que en verdad...
–...Nooooooooo. Lo que yo digo es que no hay que vehiculizar especulaciones por los medios.
–¿No ayudó a ello con la foto del “Grupo Mausoleo” de San Vicente?
–(Se ríe a carcajadas) Esa definición fue una humorada de Kirchner.
–Pero la foto existió. Y pareció una respuesta a otra foto, la de Kirchner con un grupo de transversales.
–Muchos funcionarios del Gobierno supieron del proyecto del Mausoleo antes que Obeid y De la Sota.
–Pero lo de San Vicente fue justo después de la foto de Kirchner con Aníbal Ibarra, Luis Juez, Miguel Lifschitz y Hermes Binner.
–Tengo un enorme respeto por el Lole y por Obeid... y lo mismo con De la Sota. Hay que respetar a los dirigentes y hacer que sean respetados. ¿Sabe por qué se le dio importancia a esa foto? Porque no hay oposición.
–Creo que se le dio importancia por los cruces de Kirchner con De la Sota y Obeid. El Presidente la consideró “una foto vieja”.
–Foto vieja es las que nos tomamos ahí mismo con Kirchner y Cristina, y que publicó Página/12, durante la campaña (se ríe).
–No se haga al distraído. Usted sabe bien qué quiso decir Kirchner cuando hablaba de “foto vieja”.
–De la Sota y Obeid tienen la misma edad que Kirchner y son personas de muchísimo respeto.
–Me sigue esquivando. El Presidente les da lugar a los transversales por sobre algunos gobernadores del PJ que no considera de su palo.
–En eso coincido con Miguel Bonasso. La transversalidad es la idea de movimiento. Pero para mí el problema es otro. Yo realmente creo que el peronismo tiene que hibernar. Y tiene que hibernar todo lo que quiera armar, porque lo que debe hacer el peronismo es go-ber-nar. Argentina se estaba yendo a la mierda y yo me imagino este año como un año de despegue.
–¿Entonces?
–Para mi generación ésta es la última oportunidad de salir. Que estemos pelotudeando con el partido y con los transversales me parece una pérdida de tiempo que nos hacer gastar energías, nos hace enojar a unos y a otros.
–¿Pero respalda un acuerdo transversal o no?
–Qué me van a decir a mí, si yo he metido en el partido desde Alende hasta otros. Yo estoy totalmente de acuerdo con que se sumen transversales. Lo que no estoy de acuerdo es que se empiecen a pelear.
–Fue Cafiero el que lo hizo públicamente primero al decir que la transversalidad está “enfermita”.
–No apoyo lo que dijo Cafiero ni lo que después salieron a decir algunos de estos muchachos nuevos, que algunos son muy valiosos. Mire, estamos en un momento histórico, donde lo viejo no terminó de morirse, y hay que enterrarlo, y tiene que nacer lo nuevo. Y lo nuevo no puede nacer de esta manera, como un conventillo. No se lo merece.
–Más allá de su acuerdo a sumar a los “transversales”, ¿tiene una idea formada sobre ellos?
–El chico de Capital Federal (Ibarra) es muy buen dirigente. No sé si buen administrador... eso no lo tengo claro... Pero es una persona muy seria. Lo mismo Binner. Juez.... Juez me parece un poco hablador.
–Y cuando habla no habla bien de usted.
–...ni le presto atención... Eso de hablar y hablar me hace acordar a la Alianza. Priorizo la gestión por sobre las habladurías.
–En aquella foto de San Vicente aparece Francisco De Narváez, aquel empresario que trabajó para la campaña de Menem.
–Vino porque ofreció donar cosas para el museo. Y un adelanto de dinero para seguir con las obras. La verdad nos sorprendió con su actitud.
Los pies en el plato
Una pausa obligada. Lo llama su hija al celular. Habla mirando por la ventana. Desde el piso once del Instituto Argentino para el Desarrollo Integrado (IADI) se ve una postal del Congreso. Vuelve sobre sí mismo. Corta. Y otra vez empieza a hablar de lo que quiere, o sea, de Boca. Ahora para ensalzar a Bianchi, haciendo un guiño de ojo al otro testigo del reportaje, Carlos Ben, quien además de su vocero es dirigente del club de Macri. “¿En qué estábamos?”, propone retomar el reportaje.
–En saber si está enojado con Kirchner.
–¡¡¡Nooooooo!!! Yo estoy atado a él. Yo no tengo futuro político. Soy una cara visible de lo que yo mismo condeno: la vieja política.
–Igual usted es la persona sin cargo más poderosa del país.
–(Largo silencio) Hay muchísima gente que me respeta y que me da confianza. Pero los que me apoyan deben apoyar a Kirchner.
–¿El duhaldismo puede prescindir del kirchnerismo y viceversa?
–Si fracasa el Gobierno fracasamos todos los peronistas. No hay uno sin el otro. Acá se viene la pelea con el FMI. Por eso hay que estar todos juntos. Esa es la gran pelea, la que se plantea contra el Fondo. Esto no es Kirchner o no Kirchner. ¡Somos todos o el FMI nos come! Kirchner es un episodio de ocho años, pero el peronismo va a seguir. Y los estúpidos que creen que no hay que sostener a los partidos políticos es porque no entienden la democracia. Un montón se fueron pensando que a Menem se lo podía sacar por afuera. Y lo sacamos de adentro.
–Entonces el mensaje es “no toquen a Kirchner”.
–El peronismo es así. Está concebido como una herramienta electoral. Tenemos que acompañar al Gobierno. No intranquilizarlo.
–¿Sigue diciendo que el presidente del PJ debe ser Kirchner?
–El tema está en la Justicia. Y si no nos obligan mejor dejarlo así, como dije, hibernando. Yo propuse que Néstor fuera presidente del PJ desde el primer día. Y me dijo que no quería. Pero después leí en los diarios que lo estaba repensando. Entonces yo volví con mi propuesta. Y si él fuera presidente igual creo que el PJ va a hibernar porque no se va a ocupar del partido. El está con cosas más importantes.
–Un kirchnerista puro, como el gobernador de Santa Cruz, Sergio Acevedo, dijo que en la conducción del PJ no aceptaría a alguien como De la Sota.
–Menem no quería que estuvieran Kirchner ni Reutemann ni Obeid. Para mí tienen que estar todos. Yo fui el único que cuando Menem decía que había que sacar de escena a Reutemann bombardeando a su candidato Obeid, fui a hacer campaña por Obeid. Después me fui a Santa Cruz, con el menemóvil, a hacer campaña por Néstor.
–Un clásico contenedor... o paternalista.
–Un liderazgo de respeto. Hay que hablar con todos. Yo desplazaría a un dirigente por deshonesto, no por rebelde, como era Néstor, o porque tiene futuro, como era el caso de Reutemann.
–¿Qué cree que pasó con Reutemann?
–A mí Néstor me dijo que si el Lole era candidato, él no se presentaba. No se llevaba mal con él. Y con El Gallego (De la Sota) no sé qué pasó.
–Hay un problema ideológico y de caja. Por un lado, De la Sota sostiene la teoría de los dos demonios. Por otro, está peleando por un refinanciamiento de la deuda provincial.
–Puede ser, puede ser. Pero el peronismo tiene que aceptar que haya gente que piensa distinto. Tenemos que convivir.
–Su mujer Chiche y Cristina Kirchner no parecieron comulgar con esa idea en el Congreso peronista de Parque Norte.
–Cristina expresó el pensamiento de la mujer peronista de toda la vida, que se queja en cada reunión de barrio porque suele suceder, por la historia del justicialismo, que la mujer de cualquier intendente trabaja a su lado en el área social. Y en el período siguiente es concejal, y así. Son cosas menores.

Cristina gobernadora

Irrumpe Norberto Rafetti, uno de sus secretarios. Le acerca un mensaje. Y Duhalde se despega unos minutos del mullido sillón. Afuera lo espera Eduardo Amadeo, colaborador en la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur. El tiempo del reportaje expira. Pero el ex presidente ofrece un bonus de diez minutos antes de partir. “Sigamos, sigamos”, apura.
–¿La ve a Cristina como gobernadora bonaerense?
Hace silencio y piensa cada una de las palabras que va a decir.
–¿Sabe lo que me parece a mí? –arranca, mientras sigue pensando su respuesta–. Anote bien. Me parece que sería una muy buena gobernadora. Tiene fuerza y decisión –sorprende.
–Sus hombres la ven como una intromisión de Kirchner.
–Mire, si ella tiene voluntad o ganas de participar, ¿por qué no? Y ojo que Cristina les tapó la boca a muchos. Los Kirchner no son poses. Son como se ven. No hay fachada.
–¿Pero usted la promueve para candidata a gobernadora?
–Siempre promuevo al que está mejor con la gente. Y ella está muy bien.
–Muchos duhaldistas se quejan de ella.
–Porque no la conocen ni se ocuparon en saber cómo hago las cosas yo. Cuando propicié a Ruckauf era porque con Ruckauf se ganaba. Cada vez que elijo no elijo el que está más cerca mío. Si llega el 2007 y Cristina quiere ser candidata a gobernadora y, siguiendo la suposición, es la que está mejor en las encuestas, va a ser la candidata.
–¿Y si es candidata para legisladora el año que viene?
–¡¡¡Claro!!! El año que viene se van a poder presentar los que quieran porque terminan las listas sábana. Cristina también y será bienvenida.
–No se va a poner celosa su mujer, ¿no?
–Si mi mujer aparece mejor en las encuestas promoveré a mi mujer. Hoy es fácil saber qué piensa la gente. Uno tiene que adelantarse y ofrecer lo que la gente quiere en vez de pelearle a quien está mejor. En la última elección yo medí y me dio que estaba mejor Chiche y segundo Felipe (Solá). Chiche no quiso, fue Felipe. Así es la historia.
–¿No va a haber pelea con el kirchnerismo cuando se hagan las listas para las legislativas del año que viene?
–Primero quiero decir que hay que terminar con esta historia de las listas sábanas. No dan para más. Los legisladores de mi provincia que voten en contra de la lista sábana, si depende de mí, no van a estar en ninguna lista. ¿Con cuál proyecto? El brasileño, el alemán, no importa. Hay que terminar con la lista sábana. Basta de bla bla. Hay que ejecutar.
–¿No importa si es el proyecto que presentó Alfredo Atanasof o el que prepara el Gobierno con Aníbal Fernández?
–Con cualquiera. Yo ya hablé con Aníbal. Que sea lo que los especialistas consideren mejor. Hay que terminar con las listas sábanas. Y hay que consultar a los dirigentes de Capital, Santa Fe y Córdoba, donde hay listas sábanas. Así nadie se va a esconder detrás de otro.
–Mabel Müller, dirigente duhaldista, reivindica en público a los justicialistas en desmedro de los transversales, asegurando que a la hora de votar aquéllos se encolumnan siempre y éstos se revelan.
–Es cierto. El PJ es un partido de gobierno y ejecución. Y tiene que haber disciplina, que crea en la capacidad y la intuición. Ahí no estamos de acuerdo con el Presidente. Si somos todos librepensadores no hay capacidad de gestión en un gobierno.
–¿Cómo evalúa el año de gestión de Kirchner?
–Kirchner se planteó discutir y recuperar el Estado, que pelea contra la concentración de las riquezas, que era sumiso con los poderosos y era bravo y enérgico con los pobres. Y para ello necesitamos los votos. Por eso no quiero peleas ni con Santa Fe ni con Córdoba.
–¿Y usted, qué papel tendrá como auxiliar de Kirchner?
–Juntar los votos.
–¿Kirchner lo llamó después de la famosa foto de San Vicente?
–Sí. Quedamos en vernos, porque yo creo que Kirchner se está inmolando.
–¿Cómo?
–Creo que Kirchner se está inmolando. Todos el día va al choque con una cosa, va al choque con la otra. Y para mí no le puede dedicar mucho tiempo a la política, porque una cosa es decir lo que quiere hacer pero después faltan los actos administrativos. Y yo quiero ayudarlo a hacer las cosas. Kirchner debe tomar otros ritmos. Ojo que igualmente veo algunas decisiones en esa dirección, como por ejemplo cuando dice que si lo llama López Murphy lo va a atender sin que eso signifique que comulgue con él. Son gestos que indican que va entendiendo y creciendo.
–¿Se siente afectado cuando Kirchner desplaza a gente suya del PAMI, como Horacio Pacheco, o de Repsol-YPF, como Carlos Tempone?
–No. No lo tomo ni como una cuestión personal ni de estilo. Es lo que tiene que hacer el Presidente. Tiene que nombrar a gente de confianza de él, no mía. Son lugares muy peligrosos.
–¿Le va a pedir mayor coparticipación para la provincia?
–El justicialismo en la provincia perdió 9 puntos en la época de Alfonsín. Y después se lo devolvían con aportes no reintegrables. Después se fue Alfonsín y no hubo más aportes. Eso es irrecuperable. Creo que la provincia no puede tener menos coparticipación que durante el gobierno de Menem. De todos modos (el jefe de Gabinete, Alberto) Fernández me hapedido colaboración en ese aspecto y mi colaboración es no tirar más de las sábanas.
–Solá igual sigue pidiendo públicamente
–Sí, pero sabiendo los límites. Nosotros a Kirchner lo vamos a ayudar.

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