EL PAíS › EL TRAFICO DE ARMAS PODRIA ENCONTRAR UN PRESO

Palleros se calló la boca

Por A. M.

Pareció muy locuaz cuando llegó al país, pero ayer prefirió callar. El coronel retirado Diego Palleros, pieza clave del contrabando de armamento a Ecuador y Croacia, se negó a declarar ante el juez en lo Penal Económico Julio Speroni. En entrevistas periodísticas había responsabilizado al ex presidente Carlos Menem por este caso, pero su abogado le aconsejó que se negara a responder preguntas en la indagatoria que le tomaron, cuya fecha ya había sido postergada. Más allá de su actitud, el magistrado podría procesarlo en los próximos días por contrabando calificado, un delito no excarcelable. Si bien Palleros volvió a Argentina cuando la Cámara de Casación le otorgó la exención de prisión, esa medida tendría validez sólo hasta que se defina su situación procesal. Por lo tanto, Speroni estaría habilitado para dictarle la prisión preventiva y Palleros terminaría tras las rejas.
Este militar de 78 años de edad se refugió en Sudáfrica en 1995, cuando el juez Marcelo Aguinsky ordenó su captura, sin importarle perder la fianza de 500 mil dólares que le habían impuesto. La sala I de la Cámara de Casación le había otorgado la exención de prisión con el argumento de que así volvería al país a testimoniar y aportaría un avance en el expediente. Los camaristas tomaron esa decisión a pesar de que está acusado de un delito no excarcelable, y de que había evitado la acción de la Justicia al escapar. Por eso, si bien es su derecho negarse a declarar, su determinación de no hablar causó malestar y, contrariamente a lo que se suponía iba a ser su estrategia, beneficia a Menem y a otro imputado del caso, su ex cuñado Emir Yoma, que por ahora tiene falta de mérito. Quedó sin respuesta un centenar de interrogantes centrados en la ruta del dinero de las coimas que, según la acusación, distribuyó cuando actuó como intermediario en las operaciones.
Durante el escándalo de las armas, Palleros era directivo de la empresa fantasma Debrol. El juez Jorge Urso libró una segunda orden para la captura internacional. Por decisión de la Corte Suprema, los expedientes de Aguinsky y Urso se acumularon en un único sumario que quedó a cargo de Speroni. Palleros sólo estuvo preso algunas semanas en una cárcel de Pretoria, pero recuperó la libertad porque Sudáfrica rechazó el trámite para su extradición. El traficante francés Jean Bernard Lasnaud contó que Palleros, que fue su socio, negoció con funcionarios del gobierno de Menem las operaciones para el envío clandestino de armas. Según su abogado Isaac Wieder, Palleros “es ajeno a la parte política” del contrabando de armas, que se produjo en flagrante violación con compromisos asumidos por Argentina ante la comunidad internacional, en favor de la paz. “Su función era la venta como intermediario”, explicó el letrado.
Wieder planteó que la indagatoria no debía realizarse porque el delito del que se acusa a su cliente estaría prescripto, además de negar que haya existido contrabando. Palleros no sólo permaneció en silencio, sino que tampoco presentó un escrito que reflejara sus argumentos.
Si bien Menem fue sobreseído por Speroni, esta decisión fue apelada por la Aduana y por el fiscal de Cámara en lo penal económico Ramiro Rodríguez Bosch. La sala B de la Cámara está analizando esa apelación, y ante especulaciones sobre el momento en que será dada a conocer la resolución, Página/12 pudo saber que los camaristas piensan seguir ajenos a lo que ocurre en el expediente de Speroni.

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