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Kirchner viaja a Menemlandia

 Por Martín Piqué

Néstor Kirchner arribará hoy a La Rioja, la única provincia que aún no ha visitado desde su llegada al Gobierno. Allí anunciará el inicio de obras e inversiones por un monto cercano a los 300 millones de pesos. El viaje será relámpago pero tendrá una evidente lectura política. Kirchner encabezará su primer acto en la tierra natal de Carlos Menem. La escena desnudará dos cambios en la relación oficial con el menemismo: la pragmática realineación del gobernador Angel Maza en búsqueda de apoyo financiero y la intención de la Rosada de explotar las diferencias internas entre Maza y Eduardo Menem. En el kirchnerismo, además, quieren explotar la imagen de que Kirchner goza entre los riojanos –por arriba del propio Menem, según una reciente encuesta de Ricardo Rouvier– para afirmarse en el último reducto del gran adversario.
Por sus entretelones previos, el viaje de Kirchner a La Rioja se parece a la tan discutida visita oficial a Cuba. Hace tres meses, el Gobierno había deslizado que el Presidente volaría a La Rioja el 29 de septiembre. Sin embargo, el periplo se suspendió porque la preparación de la agenda –que incluía una recorrida por El Chamical para homenajear al obispo Enrique Angelelli– profundizó las diferencias entre el gobernador Maza y su principal opositor, el senador Jorge Yoma. Tras la suspensión, el viaje se postergó hasta nuevo aviso. Al Gobierno no le vino mal: en el Congreso se venía la discusión de las leyes de Presupuesto y Emergencia Económica y necesitaban los votos de los legisladores menemistas.
Los dos proyectos pasaron sin problemas por ambas cámaras. Los menemistas habían cumplido con su deber. No fue ése el primer gesto de acercamiento. Meses antes, la senadora Ada Maza –hermana del gobernador– había votado a favor de la suspensión del juez de la Corte Eduardo Moliné O’Connor. Para completar la seducción, el propio Maza prometió que en los próximos meses incorporará a dirigentes kirchneristas a su gabinete. El Gobierno devolvió gentilezas destrabando con mayor diligencia las partidas de la coparticipación que corresponden a La Rioja. La sintonía se reflejó anteayer durante el acto que Kirchner y Maza compartieron en la Rosada.
Hubo sonrisas y regalos, como el busto de Facundo Quiroga que el Presidente alzó en señal de triunfo. También se escucharon elogios que hasta hace poco parecían imposibles. “Queremos seguir teniendo ese protagonismo de la mano de su gestión para seguir contribuyendo a que Argentina siga creciendo con decisión, con coraje y con obras públicas”, ensalzó el gobernador riojano. Hablaba, claro, de Kirchner. Las palabras con las que Maza adornó a su anfitrión tenían una razón muy clara. Mejor dicho, tenían 47,5 millones de razones: ésa fue la cifra que la Nación destinó a un plan de construcción de viviendas en La Rioja. La obra fue anunciada por el ministro de Planificación, Julio De Vido, quien cometió una gaffe que evocó a un traspié similar de Menem: confundió La Rioja con Formosa. Hasta en eso parece haber acercamiento.
Cuando Kirchner aterrice en La Rioja, estará acompañado por el propio De Vido; el jefe de Gabinete, Alberto Fernández (el primer funcionario nacional que viajó a la provincia, como los viejos adelantados de la España imperial, al estilo de Solís y Alvar Núñez Cabeza de Vaca); el ministro de Salud, Ginés González García; más los senadores Jorge Yoma y Ada Maza, que oficiarán de guías turísticos. Eduardo Menem se sumará a la comitiva en el aeropuerto. Tras una recorrida en combi hasta el centro de la capital, Kirchner encabezará el acto principal. Será en el Centro Administrativo Provincial, una repartición del gobierno local, y no en el histórico edificio de la gobernación, como se hizo en las anteriores oportunidades en que un Presidente visitó La Rioja.
“Cuando vinieron Alfonsín y Menem, hablaron desde el balcón de la gobernación. ¿Por qué ahora no se hace lo mismo?”, se preguntó Yoma, el martes a la noche, en diálogo con Página/12. Ese tema, justamente, reavivó las diferencias entre el senador kirchnerista y el oficialismo de la provincia. Anteayer, el propio Yoma analizó la situación con el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. El problema es que Yoma pretende movilizar a su tropa a la plaza principal, mientras que Maza no quiere que la visita de Kirchner beneficie a sus opositores.

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Kirchner y Maza, en un acto reciente en la Casa Rosada.
 
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