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“No hay otro lugar en el mundo donde se tuviera viva a la prisionera para luego robar a su bebé”, dijo Estela de Carlotto ante la Audiencia Nacional de Madrid. La titular de Abuelas de Plaza de Mayo declaró como testigo en el juicio que se sigue en España contra el represor Adolfo Scilingo y presentó ante el tribunal dos gruesas carpetas con documentación sobre las maternidades clandestinas que funcionaron en distintos centros de detención durante la dictadura. “Hubo un plan sistemático de apropiación”, dijo.
Además de juzgar a Scilingo por genocidio, terrorismo y tortura, el proceso de Madrid intenta echar luz sobre el contexto en el que se produjeron las violaciones a los derechos humanos y el robo de bebés durante el terrorismo de Estado. En ese sentido, la presidenta de Abuelas aportó documentación sobre los casos de mujeres que dieron a luz durante su cautiverio en varios centros de detención, entre ellos el que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada durante los años en los que prestó servicios allí el ex capitán de corbeta.
En la documentación presentada por Carlotto ante el tribunal de Madrid se mencionan, además de la ESMA, las maternidades clandestinas que funcionaron en Campo de Mayo y en el Pozo de Quilmes, que estaba bajo la órbita de la Policía Bonaerense.
El informe detalla 20 casos de nacimientos clandestinos en la ESMA. Entre ellos, hubo 12 partos en los que los niños les fueron robados a sus madres. Además, hubo otras cinco mujeres que dieron a luz mientras estaban detenidas a las que no les fueron quitados sus bebés. Carlotto relató también el caso de un niño que fue localizado en un orfanato y el de otros dos que fueron entregados a familiares. Las madres de esos tres chicos están desaparecidas.
La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo recordó que más de 500 niños nacieron durante el cautiverio de sus madres o fueron robados durante los secuestros de sus padres, de los cuales 80 fueron recuperados. “Había un plan sistemático de robo. La gran mayoría de estos chicos tienen partidas de nacimiento falsas”, señaló.
El propio Scilingo confesó en 1997 ante el juez español Baltasar Garzón que en la ESMA había “listas y controles de apropiaciones de niños”. Aunque el represor asegura ahora que mintió en sus declaraciones, Carlotto señaló que “había una lista de postulantes de la ESMA que visitaban a las chicas embarazadas para ver si eran rubias o morenas”. Según explicó, María Marta Vázquez –aunque se trataría de otra detenida de nombre Marta- Iris García, Mirta Alonso, Cecilia Viñas, Liliana Pereira y Silvia Castilla, fueron algunas de las detenidas que dieron a luz en ese campo de concentración de la Armada.
La titular de Abuelas relató además el caso de su hija Laura, cuyo cuerpo “acribillado” le fue entregado en la comisaría de La Plata en 1978. Antes de morir, explicó, Laura dio a luz en el centro clandestino “La Cacha” que funcionó a pocos metros de la cárcel de Olmos y su hijo jamás apareció. “Las Abuelas queríamos durar poco y encontrar a nuestros nietitos: llevamos 27 años en esto y nuestro objetivo sigue siendo encontrar a estos chicos, que tienen derecho a conocer su verdad y recuperar su historia”, dijo.
Otro de los testimonios que escucharon los jueces del tribunal fue el de Nora María Gutiérrez, quien relató la forma en que fue secuestrado su hermano Alejandro, un estudiante de periodismo de 25 años que está desaparecido. “Desde entonces vivimos con esa desgracia”, dijo.