EL PAíS › LA INTERPELACION A IBARRA TERMINO A LA MADRUGADA

“Va a servir para la causa”

La última sesión de virtual interpelación al jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, culminó antes de lo previsto: a las 2.30 de la madrugada de ayer los legisladores consideraron que ya no tenían nada más para preguntarle al jefe de Gobierno. Los familiares de las víctimas aplaudieron la decisión: a la salida del recinto evaluaron que había terminado “el circo” que contó con la “complicidad” de la oposición, según sostuvo el abogado José Iglesias, cuyo hijo Tomás murió en el incendio. Para el Gobierno, “la etapa de la Legislatura quedó cerrada y ahora nos vamos a poner con todo para el plebiscito, ése es nuestro norte”, afirmó el jefe de Gabinete porteño, Raúl Fernández. Desde la oposición, “ahora resta hacer un análisis minucioso de todo lo dicho a fin de poder establecer las responsabilidades”, adelantó el presidente del cuerpo, Santiago de Estrada a Página/12.
Fueron más de 20 horas de sesión y hablaron 41 legisladores ante el cansado rostro de los deudos. El cierre fue anticipado, ya que al listado de presidentes de bloques que tenían un espacio de 20 minutos para hablar no se le agregó otro de 14 diputados que se habían inscripto para hablar durante cinco minutos, con la consecuente respuesta de Ibarra. Los padres pidieron que todo finalizara: “En diez horas –evaluó Iglesias–, Ibarra dijo lo mismo pero de 20 maneras distintas” y ya no se podía “seguir reformulando preguntas cuando los familiares se quebraban”. La macrista Florencia Polimeni se hizo eco del pedido, dio una vuelta por las bancadas para negociar la propuesta y todo terminó al minuto de que Ibarra le terminara de contestar al diputado Diego Santilli. La cara del jefe de Gobierno no fue de alivio ni sorpresa. No bien se paró, una madre le dijo “mirame a los ojos”, e Ibarra la miró durante un largo segundo. Luego caminó hacia la salida ante la mezcla de llantos, insultos y gritos que bajaban desde la tribuna, mientras la sesión terminaba con el estremecedor “Los chicos, presentes. Ahora y siempre”.
“Los padres hicimos un gran esfuerzo para llegar al final y no explotar”, aseguró Iglesias, al tiempo que destacó que “de las preguntas que alcanzamos a los diputados, (Ibarra) no contestó absolutamente ninguna” y eso “va a servir para la causa” penal.
Luego del discurso y posterior cuestionario de María Soledad Acuña, sobrevino el período de la sesión “en que más nos movimos”, admitió un asesor del jefe de Gobierno. Ante la disconformidad de las respuestas de la legisladora y sus camaradas, se votó una modificación que estableció que las preguntas fueran leídas por secretaría y contestadas una por una. Eso hizo que ante cada una de las preguntas del macrismo los colaboradores entraran y salieran aceleradamente por la puerta que conducía al despacho de la presidencia del cuerpo, donde estaba el equipo que ayudaba a Ibarra en sus respuestas.
Una buena parte de las preguntas fueron –de alguna manera– contestadas, pero el disconformismo persistió. Entre las repreguntas, algunos legisladores leyeron expresiones de indignación prolijamente escritas en discursos, algunos de los cuales llegaban al periodismo antes de que fueran leídos.
Tres legisladores fueron los más insultados: las ibarristas Laura Moresi, que discutió desde su banca con la tribuna de padres, y Alicia Caruso, que apeló al slogan supermercadista “yo te conozco” para resaltar las virtudes éticas de su jefe político, y el Chango Farías Gómez, por no haber hecho uso de la palabra e “ir a dormir una siesta a su despacho”, según los familiares.

Informe: Adrián Figueroa Díaz.

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