EL PAíS › KIRCHNER Y SU PAR CHILENO HABLARON
DEL GAS PARA “DESGASIFICAR” LA RELACION

Para descargar la mochila de Lagos

El tema del fluido fue central en la visita de Estado que el argentino realizó ayer a Chile. Kirchner se metió en la política interna chilena y desacreditó al derechista Joaquín Lavin. Y también discutió fuerte con legisladores de ese sector político. Acuerdos para fortalecer las opciones progresistas de la región.

 Por Victoria Ginzberg

El conflicto por el recorte en el suministro de gas fue el tema predominante en la visita que Néstor Kirchner hizo ayer a Chile. El Presidente quiso dejar en claro su posición desde el inicio. Por la mañana, en un desayuno con los empresarios –la primera actividad oficial de la jornada–, se salió del libreto. Más bien pareció salirse. Una vez terminado el discurso preparado sobre los índices económicos y los montos de intercambio comercial de ambos países, bajó el tono y se explayó sobre el conflicto del gas. Situó la responsabilidad en las empresas que no hicieron las inversiones correspondientes y señaló que había voluntad de entregar todo el gas posible a Chile, siempre y cuando se complete el abastecimiento interno. Casi lo mismo repitió luego del encuentro con el presidente Ricardo Lagos. Pero en esa oportunidad agregó: “No hay mejor relación que la que se lleva sin hipocresías, no es golpeando la mesa como se solucionan los problemas –eso lo hace cualquiera–, sino diciendo verdades”. Era un mensaje hacia la política interna chilena, una respuesta al candidato de la derecha Joaquín Lavin.
En un año electoral, el presidente argentino quiere que su par trasandino saque el menor costo posible de la crisis del desabastecimiento del gas. En una reunión a solas que duró una hora los presidentes hablaron también de fortalecer las opciones progresistas en el continente.
A diferencia de la Concertación, que aún tiene que elegir su candidata entre la socialista Michelle Bachelet y la democristiana Soledad Alvear (ambas ex integrantes del gabinete de Lagos), Lavin no tiene adversarios en su espacio y ya lanzó su campaña para las elecciones presidenciales de diciembre. Ante la visita de Kirchner, el líder de la derecha chilena señaló que Lagos debía “golpear la mesa” cuando hablara con su par argentino. Por eso el Presidente afirmó que ese gesto lo hacía “cualquiera”. Lo dijo cuando ambos mandatarios estaban informando el resultado de su reunión privada y los acuerdos alcanzados en distintas áreas frente una importante cantidad de medios chilenos para quienes el tema del gas es –junto con la detención en el Gran Buenos Aires del nazi pedófilo Paul Schaefer (ver página 2)– la noticia de la semana. Cuando Kirchner aludió, sin mencionarlo a Lavin, hubo gestos de aprobación entre los integrantes del gabinete chileno que estaban presentes. “Fue una cachetada en la cara”, señaló a Página/12, conforme, un funcionario cercano al presidente Lagos.
La interna chilena volvió a colarse en una reunión que Kirchner tuvo con legisladores en la sede del ex Congreso. El opositor presidente de la Cámara de Senadores, Hernán Larrain, insistió con sus reclamos sobre el abastecimiento de gas. Como no se conformaba con las explicaciones que le ofrecía Kirchner, el Presidente se hartó y le dijo: “Si quiere llamamos a un arbitraje para definir la situación”. Después de aconsejarle en que se fijara en la responsabilidad de las empresas privadas, senaló que su pretensión era tratar la problemática de una manera solidaria. “Cuando digo solidaria tengo en cuenta mi amor por Chile, mi madre es chilena, tengo un primo socialista y otros que están equivocados”, retrucó, causando las risas de los presentes.
Quedó claro que el objetivo era fortalecer a la Concertación y más precisamente al socialismo. Miembros de la comitiva señalaban que así se debía interpretar la presencia de casi todo el gabinete kirchnerista, dos legisladores y tres gobernadores en Chile.
Una crisis volátil
El conflicto del gas se inició el año pasado, cuando Argentina recortó el suministro a Chile para asegurarse la provisión del mercado interno. Los chilenos argumentaron que se trataba de un incumplimiento de los contratos y Lagos y Kirchner estuvieron un par de meses sin hablarse por este tema. La posición del gobierno argentino fue la que se plasmó ayer: en todo caso los que no respondieron a los acuerdos fueron las empresas privadas, el Estado se limitó a hacerles cumplir la ley que establecía que el suministro interno tenía prioridad. Y cargó contra las compañías que no previeron la crisis u optaron por no hacer las inversiones pertinentes.
“Lo que pasó es que se hicieron acuerdos como si Argentina fuera un país gasífero y petrolífero y Argentina no lo es, Argentina tiene petróleo y tiene gas, pero sus reservas están en baja. Las empresas tenían que haber previsto la crisis”, repitió ayer Kirchner.
La administración chilena aún sostiene que, de acuerdo con su legislación, no se puede “discriminar” a un proveedor por el hecho de ser extranjero y que, de saber que existía una condición para recibir su suministro, no habrían firmado los acuerdos que ya tienen diez años. Pero actualmente su mayor preocupación es resolver el problema. Por eso ambos presidentes acordaron en compartir la información sobre las reservas, lo que permitirá a los chilenos conocer exactamente la situación y la posibilidad objetiva de incrementar su suministro. Por otro lado, el gobierno argentino prevé que luego de algunos arreglos que se están efectuando en Loma de la Lata y Atucha, este invierno el problema quede solucionado.
También llegaron noticias que involucraban al gas desde Buenos Aires. En este caso, el retiro de una demanda ante el Ciadi de la empresa Gas Natural (ver página 6). La comitiva argentina no escondía su satisfacción por la novedad, que era esperada a raíz de la intervención del jefe de Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero. “Se trata de algo lógico, quienes quieran quedarse a largo plazo como inversores en el país no pueden estar sosteniendo demandas ante tribunales internacionales”, dijo a Página/12 un miembro del gabinete.
Encuentro progresista
Aunque el gas impregnó prácticamente todas las reuniones bilaterales que los ministros y funcionarios tuvieron con sus pares chilenos, Kirchner y Lagos también tuvieron tiempo para hablar de la situación en la región y acordaron en la necesidad de potenciar la alianza entre los gobiernos llamados progresistas o de izquierda de Latinoamérica. En ese marco es que se está organizando para fin de mes un encuentro entre los socialistas chilenos, los frenteamplistas uruguayos y los kirchneristas.
Quedó claro ayer que, más allá de los roces, ambos presidentes buscan incrementar las relaciones bilaterales y regionales. “Argentina y Chile tienen un destino común. Debemos ser buenos tejedores de ese destino”, señaló ayer Kirchner.

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Kirchner y Lagos, dándose la mano en La Moneda. Se concretó una visita postergada en dos oportunidades.
 
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