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El 24 de marzo de 2004 los HIJOS llevaron claveles rojos al acto en el que se formalizó el anuncio de la conversión de la ESMA en un museo para la memoria. Una vez que el presidente Néstor Kirchner y el jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra, firmaron el acta y salieron del predio, los HIJOS fueron los primeros en entrar. Dejaron las flores en el piso, junto a la puerta de madera del edificio principal. Luego se sumaron fotos y poemas. Dos integrantes de la agrupación hablaron en el acto. “Este lugar todavía contiene el horror y el espanto, pero también la enorme dignidad de los que han muerto por amor. Por amor a los compañeros, por amor a la patria grande, por amor al pueblo, por amor a este país que la lucha de ellos estaba construyendo. Y por amor a nosotros, sus hijos”, dijeron antes de reclamar, entre otras cosas, que los militares queden detenidos en cárceles comunes, que el Estado redoble sus esfuerzos para recuperar a los jóvenes que siguen desaparecidos, que se abran los archivos de la represión y que no se pague la deuda externa.