EL PAíS › ASUMIO PUIGGROS EN EL AREA DE EDUCACION BONAERENSE

A deshacer la vieja reforma

La pedagoga se hizo cargo de la Dirección de Educación y anunció que habrá seis años de primaria y seis de secundaria. La intención, dijo, es capacitar “para la universidad y el mundo productivo”.

“Queremos que los chicos que terminen la secundaria estén, a la vez, capacitados para entrar a la universidad y al mundo productivo”, sostuvo Adriana Puiggrós, la flamante directora general de Cultura y Educación bonaerense, que asumió ayer acompañada por el gobernador Felipe Solá. Puiggrós llegó con un objetivo central para 2006: dar marcha atrás con la reforma educativa del gobierno de Eduardo Duhalde. El sistema educativo bonaerense volverá a una primaria (ahora de seis años), seguida de un secundario de seis años, dividido en dos ciclos. “La reforma planteada en los noventa está agotada y debe ser cambiada. Este no es el país que pensaron los que impulsaron esa reforma: es una Argentina diferente, más empobrecida, pero con otro norte: el de la soberanía política y la independencia económica”, sostuvo Solá en el acto.
“Puiggrós no es una improvisada y ha dado muestra de compromiso con la educación”, aseguró Solá, quien sabe que su funcionaria cuenta con un extenso currículum: egresó de la UBA como licenciada en Ciencias de la Educación en 1969 y se doctoró en Pedagogía en la Universidad Autónoma de México (UNAM). En 1973 fue decana de la Facultad de Filosofía y Letras durante el breve gobierno de Héctor Cámpora. “Pertenece a la raza de las personas que pusieron su cuerpo y hasta su vida por sus ideales. Luchó contra la dictadura y tuvo que vivir muchos años afuera del país”, destacó Solá. En 1997 asumió como diputada del Frepaso. Durante el menemismo fue muy crítica de la reforma, aunque tuvo un acercamiento con una de sus impulsoras, Cecilia Braslavsky. Durante el gobierno de Fernando de la Rúa, entre marzo y diciembre de 2001, Puiggrós ocupó la Secretaría de Tecnología, Ciencia e Innovación Productiva del Ministerio de Educación.
La pedagoga asumió ayer en la escuela General Domingo Viejo Bueno, de Quilmes, acompañada por funcionarios –entre ellos, el viceministro de Educación, Alberto Sileoni– y frente a padres, docentes y alumnos. Para la designación de la directora de Educación se requería el acuerdo del Senado provincial, que se concretó el martes pasado. En el acto, Puiggrós aprovechó para aclarar que “las reformas las vamos a hacer paso a paso. No creemos en las reformas repentinas, porque no se puede tomar una medida y aplicarla de golpe en toda la provincia”.
En 1993, Duhalde fue uno de los primeros en sumar a la provincia a la reforma que impulsó Carlos Menem con la Ley Federal de Educación. Junto con la actual vicegobernadora Graciela Giannettasio, Duhalde se convirtió en un ferviente impulsor de la Educación General Básica (EGB), de nueve años, con el argumento de que se garantizaba la obligatoriedad por diez años, al evitar la deserción en el paso de la primaria a la secundaria. En los hechos, la deserción a lo sumo se postergó, pero el deterioro de la calidad educativa se fue profundizando. “Estoy acá para acompañar a Adriana en esta nueva etapa que comienza”, sostuvo ayer Giannettasio, que, paradójicamente, impulsó la reforma que ahora se retrotrae.
La provincia tiene 4,2 millones de alumnos, es decir, más de un tercio del total del país. El EGB concentra a 600 mil chicos. Según el gobierno provincial, allí es donde se registran los mayores niveles de deserción y es ahí donde se centrarán los cambios. El EGB desaparecerá y se volverá a una escuela primaria de seis años, seguida por una secundaria básica, que abarca de séptimo grado a segundo año de la ex escuela media. El ciclo se completa con una secundaria superior en reemplazo del polimodal. En síntesis, tras el cambio, se volverá a una primaria de seis años y una secundaria de seis años, como corolario de una reforma fracasada.
“Los cambios comenzarán a realizarse por distrito y se consultará a los docentes en todas las etapas”, aseguró Puiggrós, adelantándose a las críticas que hacen los gremios docentes a la falta de diálogo con Solá. El gobernador expresó su deseo de que el año próximo se cumpla con la ley que establece un mínimo de 180 días de clase –este año hubo 11 días de paro– y destacó la importancia del diálogo con los sindicatos. Recordó que, cuando logró un acuerdo con los gremios, sostuvo que la prioridad de su gobierno era la educación. “Ahora tengo que bancar esa frase”, admitió.
Desde septiembre de 2002, Puiggrós fue asesora de su antecesor en Educación, Mario Oporto, que ahora pasó a ser jefe de Gabinete de Solá. Como asesora, se ocupó de desarrollar la revisión de la reforma educativa de los noventa que ahora le tocará implementar. Ayer reconoció que el sistema educativo bonaerense no se puede separar de la Ley Federal de Educación, hasta que no sea debatida y cambiada. Se trata de una posición que sostiene públicamente desde hace tiempo: “Hay que discutir la reforma, porque desorganizó la educación media”, afirmó en un debate en mayo de este año. Con aires de cambio, Puiggrós deberá enfrentar la problemática situación de la educación bonaerense.

Informe: Werner Pertot.

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Puiggrós habló en un acto, acompañada por el gobernador Solá, frente a padres, docentes y alumnos.
 
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