EL PAíS › LOS PROXIMOS PASOS DEL GOBIERNO TRAS UNA JORNADA CON MERCADOS AGITADOS

El día después, el turno del dólar y la city

Tras el anuncio de cancelación de la deuda con el FMI, el dólar subió 4 centavos: cerró a 3,07, después de tocar 3,11 y de que el Banco Central debiera intervenir para frenar la escalada. Inversores del exterior vendieron bonos en pesos para comprar dólares y darse a la fuga. En el Gobierno aseguran que lo ocurrido era una reacción esperada y que no hay motivos para preocuparse.

 Por Maximiliano Montenegro

El día después del anuncio de la cancelación de la deuda con el Fondo Monetario, la respuesta de los “mercados” fue destemplada: el dólar subió 4 centavos –cerró a 3,07 después de tocar en algunas casas de cambio 3,11– mientras los bonos en pesos se desplomaron junto con la Bolsa. El temblor que sacudió a la city se explica por la actitud de inversores del exterior que optaron por vender activos financieros locales (títulos en pesos y acciones) para comprar dólares y darse a la fuga. El Banco Central tuvo que intervenir vendiendo dólares a futuro para frenar la escalada.
En el Gobierno aseguran que lo ocurrido era una reacción esperada y no descartan que la turbulencia reaparezca durante la próxima semana. Pero afirman que “no hay condiciones objetivas” para que el dólar se dispare, que hay instrumentos de sobra para calmar las aguas de ser necesario, y confían en que, a partir de enero, el problema será de nuevo cómo impedir que la cotización caiga demasiado.
La prioridad en la agenda oficial de los próximos días no serán los mercados sino las medidas contra la inflación. El Gobierno pretende garantizar que la canasta de 228 productos con descuentos en los supermercados se mantenga durante todo 2006. Y entre el lunes y el martes anunciará nuevos acuerdos sectoriales: medicamentos, cemento y siderurgia, con rebajas de entre el 10 y el 15 por ciento.
“No hay ningún motivo objetivo para que suba el dólar: hay reservas suficientes en el Banco Central, hay una avalancha de divisas de exportación por ingresar al país a partir de enero, y en última instancia podríamos adoptar medidas para que esos dólares ingresen más rápidamente”, cuenta un alto funcionario de Gobierno, con conocimiento del paño. “Si todas las medidas cambiarias que tomamos hasta ahora fueron para retrasar el ingreso de dólares al país para que el tipo de cambio no se nos caiga, si quisiéramos podríamos hacer lo contrario”, agrega. Según los cálculos oficiales, en el 2006 dólar no faltarán: habrá un superávit comercial (exportaciones menos importaciones) de 10.000 millones de dólares, excedente de divisas que el Central deberá comprar, engordando las reservas, para evitar que la divisa se desplome. Las liquidaciones fuertes de exportaciones empiezan en enero. Pero diciembre no es un mes en el que a los argentinos le sobren pesos en la mano para correr al dólar: la gente usa los pesos para cubrir los gastos de fin de año.
El funcionario se preocupa por aclarar que “no vamos a tomar medidas por un día. Este es un movimiento lógico de algunos especuladores del exterior después de una noticia como la que anunció el presidente”, insiste.
–¿Por qué? Si para el Fondo Monetario y para la administración Bush no hay mejor noticia que Argentina cancele su deuda en una sola cuota...
–Pero el mercado esperaba que fuésemos a acuerdo con el Fondo, con la imposición de que el dólar cayera a 2,20, que aumentaran las tarifas y que les pagáramos a los holdouts (los acreedores privados que quedaron fuera del canje de la deuda). Ahora, los holdouts están más preocupados que nunca. A los que hacen negocios financieros les conviene que tengamos 27.000 millones de reservas con un dólar a 2,20. Pero para nosotros sería un desastre: menos fábricas, menos recaudación por retenciones, menos superávit fiscal. Ahora tenemos más margen de maniobra.
–¿Con 10.000 millones menos de reservas en el Central, el Gobierno está más fuerte que antes frente a los mercados? –insistió este diario.
–Estamos más fuertes que antes. Porque el anuncio de la cancelación está acompañado de toda una red de garantías financieras.
Dicho respaldo se compone del ahorro fiscal del 2005, unos 2000 millones de dólares, depositados en el Fondo Anticíclico. “Es muchísimo: si quisiéramos intervenir en el mercado con ese dinero (a través del Banco Nación), no sería necesario vender un dólar de las reservas”, dice la fuente. Además, en Gobierno aseguran que está acordada una línea de financiamiento de 2000 millones de dólares con Venezuela. Y que en el Presupuesto 2006 habrá un ahorro corriente de otros 2000 millones de dólares –que irán a parar también al Fondo Anticíclico– como resultado de la cancelación de la deuda con el FMI con reservas. Finalmente, según cuentan en la Rosada, “España se comprometió a apoyar en todo lo que haga falta” y varios bancos internacionales se habrían ofrecido para colocar títulos argentinos en los mercados internacionales.
Una explicación menos épica de la suba del dólar, aunque no contradictoria con la mencionada, es la siguiente. Como el Central dio la señal de que hasta fin de año tiene la intención de comprar la mayor cantidad posible de dólares para acumular reservas antes del gran pago, los especuladores prefirieron adquirir dólares “baratos” convencidos de que la divisa tiene margen para remontar vuelo.
Como sea, en el equipo económico no se desvelan por el impacto que un repunte transitorio del dólar pueda tener sobre los precios. “Los precios de los alimentos están fijados con un dólar a 4”, repiten.
La inflación volverá a estar entre las prioridades del Gobierno en los próximos días. Si logramos disciplinar a los grandes formadores de precios, la mayor parte del problema estará resuelto”, afirman cerca del despacho presidencial.
La apuesta es que el descuento del 15 por ciento para los 228 productos de la canasta oferta por los supermercados se prolongue durante todo 2006. En paralelo, se busca acordar con todas las industrias de insumos de uso difundido con estructuras oligopólicas o monopólicas. Esta semana se cerraron pactos con los sectores de aluminio y petroquímica. Entre el lunes y el martes se sellaran rebajas de entre el 10 y el 15 por ciento en cemento y siderurgia. Y habrá además un anuncio de repercusión más inmediata en la gente: se presentará el acuerdo con los laboratorios para desinflar los precios de un amplio grupo de medicamentos.

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“Este es un movimiento lógico de algunos especuladores del exterior. No vamos a tomar medidas por un día”, afirman en Gobierno.
 
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