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“Les dedico todo mi amor”

Kirchner se reunió en Mar del Plata con el intendente Katz, radical pero alineado, que no fue a Rosario. El presidente ironizó sobre la UCR y su aliado criticó a correligionarios.

“Les dedico todo mi amor.” Con una sonrisa maliciosa, Néstor Kirchner miró a los periodistas que lo esperaban en la puerta del Hotel Hermitage de Mar del Plata. Le habían preguntado por la convención del radicalismo, que sesionaba en Rosario y se preparaba para crear un comité de “notables” que buscara acuerdos con otras fuerzas. Eso significaba apoyar la candidatura de Roberto Lavagna. “Hay que dejar las ambigüedades de lado y seguir discutiendo desde una visión no sectaria”, dijo. Kirchner acababa de reunirse con el intendente Daniel Katz, con quien comparte algo más que la letra inicial del apellido. “Ahora es más K que nunca”, bromeó el Presidente sobre su nuevo aliado. Katz fue uno de los pocos radicales K que ayer opinaron sobre la decisión del sector mayoritario de la UCR. Así y todo, los correligionarios que apoyan el acuerdo con Kirchner confirmaron que doscientos intendentes y cinco gobernadores se reunirán en septiembre en Córdoba para lanzar una línea interna del partido. Una línea K.

Era la clásica de todo cruce político. Como el viernes a la noche el sector mayoritario del radicalismo les había lanzado duras críticas, los periodistas esperaban la respuesta de los radicales K.

Pero salvo el intendente Katz, quien ayer a la mañana desayunó con el propio Kirchner en Mar del Plata, los demás se resguardaron en sus provincias. “Habrá algunos que prefieren cantar la marcha peronista con Lavagna y De Narváez. Cuando uno ve que los voceros son Alfonsín, Moreau, Stubrin y Jesús Rodríguez, parece que estuviéramos en el ’83”, cargó Katz.

Igualmente, el resultado de la convención radical en Rosario generó algunos reacomodamientos y reacciones. Uno de los primeros en enviar una señal hacia sus rivales internos fue el gobernador mendocino, Julio Cobos.

A pesar de ser un dirigente con proyección nacional (se especula con que podría ser candidato a vicepresidente de una coalición oficialista) Cobos sufrió un papelón en la convención partidaria de Rosario. Los 13 convencionales de la UCR que representaban a Mendoza estuvieron en Rosario a pesar de que Cobos había decidido no ir. El hecho reveló lo que muchos ya saben dentro del partido centenario: que la estructura partidaria del radicalismo mendocino responde al presidente del Comité Nacional, Roberto Iglesias, y no a Cobos. Eso explica por qué el vicegobernador de Mendoza, Juan Carlos Jaliff, convocó ayer a “un gran acto de los radicales K” que se realizará el 29 de septiembre. El objetivo del acto es anunciar el llamado a internas de la UCR mendocina. Según los allegados a Cobos, ese sector cuenta con dos tercios de los miembros del Comité Provincial.

Mientras los demás radicales K se hacían notar por su silencio –la otra excepción fue el intendente de Neuquén, Horacio “Pochi” Quiroga–, Katz no tuvo problemas en dar su opinión sobre las novedades del partido. Las circunstancias lo ayudaron. Tras compartir un desayuno con Kirchner, el intendente recibió elogios del Presidente delante de los periodistas. “El intendente no pide nada. Es un gran luchador. Hablamos veinte minutos y quince me está tirando ideas”, lo alabó Kirchner. La sintonía entre ambos se había notado en la inauguración del hotel del sindicato de camioneros, el viernes a la noche. Allí habían discutido si la definición que mejor calzaba a Katz era la palabra “peronista K” o “correligionario K”.

Ayer, el intendente de Mar del Plata se mostró confiado en que el conflicto interno del radicalismo se superará con el tiempo. “La historia del radicalismo no se agota en la convención de Rosario. Yo creo que va a seguir y mucho”, dijo Katz. Con más crudeza habló el intendente de la capital neuquina, uno de los primeros radicales que cerraron un acuerdo con el kirchnerismo (en su caso, con el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli). “La conducción del partido es tan cerrada y patética que asustaron a Lavagna”, chicaneó.

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Kirchner, Pampuro y Katz, en el Hotel Hermitage.
Imagen: DyN
 
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