EL PAíS › DIFUNDIERON LOS FUNDAMENTOS DE LA SENTENCIA CONTRA VON WERNICH

“Fue un torturador calificado”

Los jueces que condenaron a reclusión perpetua al ex capellán de la Bonaerense señalaron que por su condición de sacerdote tuvo un rol “específico” y “trascendente” en el plan criminal. Hablaron de genocidio. Mandaron una copia al cardenal Bergoglio.

 Por Victoria Ginzberg

“Es tan torturador el que enchufa el cable en la pared como el que enciende la radio para que no se escuchen los gritos, el que pasa la picana por los genitales de la víctima o el que llega después a ‘aconsejarle’ que hable para no ser torturado nuevamente. Ahora bien, cuando el que llega después a dar esos consejos es además un sacerdote que se maneja con autoridad ante los carceleros entrando y saliendo a su antojo de las celdas no es un torturador cualquiera, es uno calificado.” Así definieron los jueces Carlos Rozanski, Norberto Lorenzo y Horacio Isaurralde al ex capellán Christian von Wernich al dar a conocer los fundamentos del fallo por el que condenaron al cura a reclusión perpetua.

El juicio contra Von Wernich que llevó adelante el tribunal oral número 1 de La Plata terminó el 9 de octubre pasado. Ese día, los jueces anunciaron que el sacerdote recibía la pena máxima por ser considerado culpable de 34 secuestros y 31 casos de torturas, además de la privación ilegal de la libertad y el asesinato de siete personas. Fue el primer miembro de la Iglesia Católica condenado por violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura. Ayer, el tribunal difundió los fundamentos de ese fallo y dejó en claro que las pruebas acumuladas dan cuenta de la participación acabada del sacerdote en los crímenes del terrorismo de Estado que los magistrados calificaron como “genocidio”.

Von Wernich fue capellán de la Policía Bonaerense que comandaba el represor fallecido Ramón Camps, quien contó con el cura –según el escrito elaborado por Rozanski al que adhirieron sus colegas– “para integrar la patota de torturadores itinerantes”. El acusado no escuchó los argumentos del tribunal. Unos minutos después de que comenzara la lectura del fallo, pidió retirarse de la sala.

A diferencia de los abogados de otros represores, la defensa del sacerdote no cuestionó que la dictadura hubiera llevado adelante un plan de exterminio de personas. La estrategia de Juan Martín Cerolini y Marcelo Peña fue buscar desligar puntualmente al cura por esos hechos. Uno de sus argumentos fue que Von Wernich llegaba “después de la tortura”. Pero los jueces los rebatieron al sostener que la tortura no se limitaba al uso de la picana eléctrica, sino que ese instrumento era parte de un sistema y, además, las condiciones de vida en los campos ya eran de por sí un tormento.

Los defensores también intentaron justificar la presencia de Von Wernich en los centros clandestinos en su rol de “asesor espiritual” de los detenidos. “La lógica más elemental indica que la pretendida función pastoral no pasa de un intento de la defensa de mejorar la comprometida situación procesal del nombrado”, señalaron los jueces. Y agregaron que “es obvio que Von Wernich no sólo tenía pleno conocimiento del exterminio en curso, sino que además participó activa y entusiastamente de él como verdadero ‘cuadro’ que era”.

El hecho de que el represor fuera un sacerdote mereció más de una mención en los fundamentos del fallo: “Piénsese –señalaron los magistrados– que su calidad de religioso le permitió tanto la utilización de los hábitos y símbolos característicos, como los conocimientos que la formación de su oficio le brindaron. (...) La combinación de la imagen física de un sacerdote sin uniforme policial pero con los atributos religiosos –sotana o clerigman y cruz– en un ámbito como el de los centros clandestinos es irreemplazable. (...) El rol que tuvo en el plan criminal fue específico y trascendente y en distintos aspectos, más importante aún que el de muchos de los demás criminales que actuaron en los centros clandestinos de detención o exterminio”. Y finalmente: “Es un torturador y asesino que para llevar adelante su tarea utilizó los hábitos sacerdotales de la Iglesia Católica Apostólica y Romana”.

El escrito alude también al pedido de las querellas para que el cura sea condenado por genocidio. El mismo tribunal, al juzgar al ex comisario Miguel Osvaldo Etchecolatz, señaló que correspondía calificar a los crímenes de la última dictadura como un “genocidio”, pero no condenó al represor por ese delito, ya que no había sido indagado bajo esa figura. Lo mismo ocurrió esta vez. El fallo habla nuevamente de crímenes cometidos “en el marco de un genocidio”, pero profundiza la reflexión al respecto. En base al trabajo del sociólogo Daniel Feierstein, se menciona a la última dictadura como ejecutora de un “genocidio normalizador” que tenía como objetivo la “destrucción y refundación de las relaciones sociales”. Los jueces decidieron enviar una copia del fallo al obispado de 9 de Julio, del que depende el reo, y al cardenal Jorge Bergoglio. Luego de la condena, la Iglesia dijo que revisaría “oportunamente” la situación del represor, que sigue preso en Marcos Paz. Von Wernich sigue autorizado para celebrar misa, casar, bautizar y confesar.

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El ex capellán de la Bonaerense Christian von Wernich, condenado por torturador y asesino.
Imagen: Télam
 
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