EL PAíS › CRECE EL COMPROMISO ARGENTINO EN LA CRISIS DE LOS REHENES EN COLOMBIA

Un lugar reservado por Sarkozy

El gobierno de Francia invitó a Néstor Kirchner a participar como garante en la liberación de tres rehenes delas FARC. En Gobierno confirmaron la invitación y consideraron “probable” el viaje. En la definición influiría también la posición que adopte Brasil. El Gobierno ya había participado en el caso durante el traspaso de mando.

 Por Fernando Cibeira

El ex presidente Néstor Kirchner evalúa por estas horas la posibilidad de subirse a un avión para participar como garante en la liberación de tres rehenes de las FARC que se realizará en algún lugar de Colombia o de Venezuela, algo que aún debe definirse. La participación de Kirchner obedece a una invitación realizada por el gobierno de Francia que encabeza Nicolas Sarkozy, quien ya le había pedido que interviniera en el caso a través de una carta personal. En el Gobierno había hermetismo sobre la cuestión, pero se consideraba “probable” que Kirchner aceptara, según una fuente oficial. En la definición tenía que ver también la postura que adoptara Brasil.

Quienes tuvieron oportunidad de conversar con Kirchner en los últimos días aseguran que el ex presidente está convencido de que la ofensiva judicial de Estados Unidos a partir del caso Antonini Wilson tiene que ver obviamente con la relación del gobierno con Hugo Chávez, tal como sostuvo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la Cumbre del Mercosur del martes. Pero que también influyó mucho la posición tomada en los últimos días por Argentina sobre las negociaciones en torno de la liberación de rehenes de la guerrilla colombiana, con el caso emblemático de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt.

En rigor, ambas cosas tienen más de un punto de contacto. La posición argentina –que es también la del gobierno de Francia y la de familia de la franco colombiana Betancourt– es que las negociaciones que había llevado adelante Chávez estaban bien encaminadas y que deberían retomarse, tal vez con un grupo de países de la región actuando como garantes del proceso. El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, cortó esa negociación de un día para el otro cuando se enteró de que Chávez había hablado directamente con el jefe del ejército colombiano. Para algunos observadores fue una reacción de Uribe por el protagonismo que había asumido el venezolano sobre un conflicto en su país. Desde aquel momento, Chávez y Uribe empezaron a decirse de todo.

Ayer, el presidente colombiano se refirió al caso en una entrevista radial. Aseguró que la posición de su gobierno era que a los rehenes “se los entreguen a Hugo Chávez o Nicolas Sarkozy, de manera unilateral, magnífico, lo importante es que lo entreguen”.

Según la información suministrada por las FARC, en las próximas horas liberará a Clara Rojas –ex compañera de fórmula de Betancourt–, a su hijo Emanuel, nacido en cautiverio, y a la parlamentaria Consuelo González. Los guerrilleros manejan la fecha y el lugar de la liberación con extremo sigilo para evitar que se repita lo que sucedió cuando quisieron dar las muestras de vida de rehenes que les había pedido Chávez y cayeron en manos del ejército de Colombia. Allí se conocieron las fotos y las cartas que daban cuenta del frágil estado físico y mental de Ingrid Betancourt luego de más de cinco años de cautiverio que reactivaron la atención en el caso. Argentina ya había mostrado su interés en el asunto. El canciller Jorge Taiana tiene una relación personal con Yolanda Pulecio, la madre de Betancourt, nacida en los años ’90 desde cuando ambos fueron embajadores de sus países en Guatemala. Taiana recibió a Pulecio en mayo pasado y consiguió que se reuniera con el entonces presidente Kirchner y con Cristina Fernández. En los días previos al traspaso de mando, la Cancillería argentina comenzó a mover los hilos para evitar que se cayeran los avances registrados durante la gestión de Chávez, el único mediador que había alcanzado a abrir un canal de diálogo con las FARC. La intención del gobierno argentino era buscar una salida “regional” al problema, porque entendían que esa solución no podría llegar ni de la mano de Francia ni, mucho menos, de Estados Unidos.

Cristina Fernández vio la posibilidad de avanzar durante su asunción. Aquí se reunió con el primer ministro de Francia, François Fillon, con Uribe y con Chávez. Además, Yolanda Pulecio fue invitada especial a la ceremonia. En esos encuentros no pudieron registrarse avances en la situación por la posición intransigente de Uribe, pero quedó constancia de la presión de Argentina y de Brasil –Lula también se reunió con Uribe– hacia Colombia para que busque una solución certera al conflicto.

Según Kirchner, esa presión, que quedó registrada en los discursos que tanto él como su esposa pronunciaron por esos días, fue lo que más molestó a Estados Unidos, quien tiene en Uribe a un aliado y en Chávez a un enemigo. Un par de días después llegaron las primeras noticias del caso Antonini desde Miami.

Kirchner recibió una invitación para la liberación de los tres rehenes. El gobierno francés viene haciendo fuerza para involucrarlo en el proceso. Según informaban en gobierno, Cristina Fernández y Taiana estuvieron conversando ayer de la cuestión. En la decisión influirá también la posición que adopte Brasil. Lula también podría participar del acto, algo que viene negociando su asesor en materia exterior, Marco Aurelio García, que, no por nada, ayer era inhallable en Brasilia.

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A medida que se acerca la liberación de Clara Rojas, en Colombia se repiten las manifestaciones por la liberación de todos los rehenes.
Imagen: AFP
 
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