En su página web, el lunes después de las primarias, usted escribió que más allá del 50 por ciento que obtuvo el oficialismo, sigue considerando que este gobierno no es progresista. ¿En qué puntos?

–Por ejemplo, el tema de la inflación. Es el impuesto más injusto que existe: cae sobre los pobres, sobre el ingreso fijo, sobre los jubilados y pensionados. No hay impuesto más retrógrado.

–Con una política de desinflación, que en tres años nos lleven a un dígito de inflación. No es sustentable tener un 26 por ciento de inflación cuando los países limítrofes tienen 4, 5 o 6 por ciento.

–Hay tres medidas básicas: primero, devolver la confianza a la gente para financiar un proceso de industrialización del país. En lo que va del año, se fueron 9800 millones de dólares del país, ¿sabe cuántas fábricas se podrían levantar con eso? Segundo, el ajuste fiscal, que no es ir a la Anses, dejar un pagaré y llevarse la plata. Tercero, un Estado que contribuya a afianzar el Estado de Bie-nestar para el trabajador: que en el lugar cercano a su fábrica tenga escuelas, hospitales, vías de comunicación e Internet.