Los momentos cruciales en el relato de Mario Pontaquarto a la hora de repartir roles son tres: una reunión realizada en el despacho presidencial de la Casa Rosada a fines de marzo de 2000; el 18 de abril de 2000, cuando el ex secretario parlamentario del Senado recibía el dinero destinado a los sobornos; y unos días más tarde, cuando los sobornados recibían la coima. A continuación, el detalle de los acusados, sus roles y los cargos que enfrentan, según la elevación a juicio.

- Fernando de la Rúa: entonces presidente, habría avalado el pago de las coimas a los senadores peronistas para conseguir los votos necesarios para aprobar la reforma laboral exigida a su gobierno por el Fondo Monetario Internacional. “Eso arréglenlo con De Santibañes”, dijo Pontaquarto que De la Rúa le respondió en aquella reunión a José Genoud, jefe de la bancada radical en el Senado, cuando éste insinuó que los legisladores opositores necesitarían “otras cosas” para apoyar la norma. El ex presidente está acusado de cohecho activo agravado y malversación de fondos.

- Fernando de Santibañes: afronta la acusación por el delito de cohecho y malversación de fondos por haber puesto a disposición los recursos de la Secretaría de Inteligencia del Estado, entonces a su cargo. De la cuenta de gastos reservados de esa institución salieron, según Pontaquarto, los 4,3 millones de pesos/dólares destinados a los senadores peronistas y los 700 mil pesos/dólares que se habrían repartido Genoud y el entonces ministro de Trabajo, Alberto Flamarique. Según la elevación a juicio, no solo estuvo atento al retiro y el traslado del dinero, sino que también arregló con Genoud su retención durante una semana e intentó contener a Pontaquarto durante ese tiempo.

- Alberto Flamarique: la voz del Ejecutivo en la negociación de la ley. Sobre él también recaen las acusaciones de cohecho y malversación de fondos.

- Los supuestos sobornados, Tell, Alasino, Costanzo y Branda, hoy todos fuera del juego político, son también acusados de cohecho. Cantarero habría recibió el dinero de parte de Pontaquarto en su casa el 26 de abril de 2000 y allí mismo lo distribuyó entre los demás senadores. La coima se tradujo rápidamente en un vuelco de postura respecto de la norma que derivó en su aprobación.

- Mario Pontaquarto espera que la pena que el tribunal le destine sea atenuada debido a su arrepentimiento, que derivó en la revelación del caso por completo.