EL PAíS › LO PLANTEO EN EL DESAYUNO CON KIRCHNER

¿Por qué no una quita al FMI?

 Por F. C.

“Habría que estudiar si no correspondería una quita similar que la que se hizo con los bonistas privados en la deuda con el FMI”, le dijo ayer Joseph Stiglitz al presidente Néstor Kirchner durante el desayuno que compartieron en la Casa Rosada. Kirchner y Stiglitz ya mantuvieron varios contactos desde que se conocieron en septiembre de 2003 y prometieron reencontrarse en unas semanas, cuando el Presidente viaje a Nueva York para la Asamblea de la ONU. El Nobel de Economía 2001 demostró a lo largo de la jornada su sintonía fina con el Gobierno, tanto que por momentos parece un asesor externo.
La relación de la Casa Rosada con Stiglitz viene a través del consulado argentino en Nueva York que encabeza el periodista Héctor Timerman. De allí surgió la idea de armar un encuentro donde se expusieran sobre los nuevos rumbos de la economía. Puesto al tanto de la movida, Stiglitz se mostró encantado de participar y hasta la bautizó como “El Consenso de Buenos Aires”, teniendo en cuenta el cumpleaños 15 del de Washington.
Stiglitz es docente en la Universidad de Columbia y sigue de cerca la evolución del caso argentino, por eso también es miembro del Comité Asesor del Observatorio Argentino que funciona en la New School University, una casa de altos estudios del progresismo norteamericano.
“Para los que hablan de campaña, que sepan que esto se organizó en marzo cuando ni siquiera había comenzado la pelea con Duhalde”, sostenía anoche una fuente del Gobierno. Sin embargo, es difícil despegar la llegada del autor de bestsellers como El Malestar de la Globalización y Los Felices Noventa de la campaña electoral, dado el escenario teórico de primer nivel que ayer compartió con la senadora Cristina Fernández de Kirchner, justo un día antes de su lanzamiento oficial en Rosario.
Para más, aseguraban en la Rosada, Stiglitz pagó su pasaje y el de sus colaboradores de su bolsillo. De ahí su apuro en salir anoche para Seattle, es que allí cobraba la conferencia. El economista estaba interesado en ensalzar el actual modelo dado que, según le explicó a Kirchner, “parte de mi prestigio se basa en el éxito argentino”.
El Presidente le explicó su intención de despegarse de las recetas del FMI a través de la política de desendeudamiento. El Nobel le habló entonces sobre la posibilidad de una quita similar a la de los privados pero, aclaró, era una alternativa que debía estudiarse. Kirchner repasó la situación de la economía y mencionó algunas de las que considera nuevas consecuencias de las políticas de los ’90, como ser la falta de mano de obra técnica que ocupe los puestos ganados con la reactivación.
Stiglitz le hizo un cuadro de la situación que había podido palpar en su paso por Brasil. En la Rosada admitían la satisfacción de Kirchner por la diferenciación que había hecho Stiglitz en San Pablo sobre el camino elegido por el gobierno argentino y el de Lula. Ayer, implícitamente, el economista volvió a marcar diferencias entre ambos países al considerar que la Argentina debía ocupar un rol de liderazgo entre las economías en desarrollo (ver aparte).
Desde la Rosada, Stiglitz salió al Sheraton Pilar bajo la lluvia torrencial. Compartió un almuerzo en el que estuvieron varios integrantes del gabinete como Alberto Fernández, Rafael Bielsa, Jorge Taiana, Julio De Vido y Carlos Tomada, los gobernadores Eduardo Fellner y Julio Cobos y el senador Antonio Cafiero, entre otros. Uno de los intereses de Stiglitz era saber qué estaba ocurriendo con la inflación, pero Alberto Fernández le respondió que era sólo cuestión de algunos precios de alimentos y de artículos de estación que ya estaban controlados. Luego, las preguntas cambiaron de dirección y fueron para el Nobel, que se encargó de despejar dudas teóricas.

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