EL PAíS › LAS RAZONES DE LA OFENSIVA ESTRATEGIA DE CHAVEZ

No hay lugar para descuidos

Por Martín Piqué

Algunos hablan de diplomacia petrolera. Otros, de los petrodólares bolivarianos. Son visiones que intentan demostrar, con evidente recelo, una supuesta estrategia de expansión política por parte de Venezuela. Pero las explicaciones parten de hechos concretos. En los últimos años, el gobierno de Hugo Chávez está diversificando las inversiones de Pdvsa con la mira puesta en Sudamérica y los países del BRIC: Brasil, Rusia, India y China. El grupo de naciones a las que el banco Goldman Sachs les pronosticó un crecimiento vertiginoso. ¿Qué motivos lo llevan a buscar mayor equilibrio en la economía monoproductiva de su país? El proceso, potenciado por el valor inédito del crudo, tiene explicaciones políticas y económicas.
“Venezuela está en condiciones de garantizarle a toda Suramérica energía y gas durante los próximos 200 años”, dijo Chávez en la Comunidad Sudamericana. Aunque la frase suene grandilocuente, no es una exageración: Caracas tiene las reservas de petróleo más abundantes del mundo. Sin embargo, la riqueza en hidrocarburos no terminó con la pobreza y la indigencia. Por las características de la industria petrolera, que produce muchísima riqueza pero no genera trabajo en la misma proporción, Chávez se propuso abandonar gradualmente la economía monoproductiva.
La búsqueda de un equilibrio no implica un descuido de la principal riqueza del país. Por el contrario, Chávez quiere fortalecer la industria petrolera y garantizar que las subsidiarias de Pdvsa –la empresa Citgo que opera en territorio estadounidense con ocho refinerías y una vasta red de estaciones de servicio– produzca divisas para el Estado. “Este año, por primera vez, le dará dividendos al Estado nacional”, contó anteayer Chávez sobre Citgo. Chávez atribuyó esa situación extraña, que se repitió con activos de PDVSA en Europa, a los intereses de Washington.
Con esos antecedentes, para Chávez es vital encontrar nuevos compradores para el petróleo venezolano. Ante un agravamiento de la relación con Estados Unidos, Washington podría privilegiar a otros proveedores de crudo. En Caracas lo saben y tratan de anticiparse. En ese marco se entienden los acuerdos con China, país al que Chávez privilegia en su política exterior, y el reciente convenio entre Pdvsa y Petrobras, que implica una inversión conjunta de 4700 millones de dólares.
Pero no todo son cuestiones de geopolítica: aunque en la faja del Orinoco tenga los pozos más productivos del mundo por sus características naturales, Venezuela está preocupada por la falta de tecnología de punta y la productividad de sus yacimientos. En términos globales, la producción de Pdvsa cayó en los últimos años. La asociación con Petrobras y Repsol podría contribuir a revitalizarla.

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