EL PAíS › ALFONSIN, CITADO A DECLARAR POR EL JUEZ DE MENDOZA

Entre Isabelita y las Juntas

El juez de Mendoza Héctor Acosta, que hace una semana pidió la captura de Isabel Perón, decidió citar al ex presidente Raúl Alfonsín en carácter de testigo. El magistrado investiga la desaparición de Héctor Fagetti y el secuestro y torturas sufridos por Jorge Berón –en febrero de 1976– y “quiere saber”, según fuentes judiciales, si el ex presidente radical acordó con el Partido Justicialista el respaldo al Juicio a las Juntas militares a cambio de no involucrar a la viuda de Perón en los crímenes de lesa humanidad ocurridos durante su gobierno.

La decisión del juez Acosta estaría motivada por los dichos del actor y ex diputado nacional Luis Brandoni, quien dijo en declaraciones a la prensa que Alfonsín se vio “limitado” por el PJ para investigar el accionar de la Triple A. Al ex mandatario, que ayer finalmente no asistió a un homenaje al ex presidente Arturo Illia como tenía planeado, le llegaría la citación una vez que se verifique su domicilio real.

Para el juez, el aporte del ex presidente podría ser clave en la investigación que lleva adelante y que busca establecer la relación del gobierno de Martínez de Perón con las desapariciones durante su gestión constitucional. Otro radical, Leopoldo Moreau, sorprendió al contar que el ex ministro José Ber Gelbard le pidió a Fidel Castro en 1974 que hiciera gestiones para “sacar del país” a “algunos opositores”, antes de que “fueran eliminados” por la Triple A, según se había hablado “en una reunión de gabinete”.

Alfonsín declaró en agosto del año pasado durante el juicio contra el represor Miguel Etchecolatz. En aquella oportunidad, el ex mandatario volvió a justificar la aprobación de las leyes de obediencia debida y punto final, argumentando que se promulgaron debido a “las presiones” que soportaba su gobierno. “Dictamos esas leyes con dolor. Queríamos evitar la interrupción del orden constitucional. Se buscaba la pacificación del país”, afirmó. Aunque durante su declaración negó haber sido extorsionado por los jefes del Estado Mayor del Ejército, admitió: “No podíamos llevar a mil militares en actividad a proceso, no teníamos la fuerza necesaria”. El testimonio de Alfonsín había sido solicitado por la defensa del represor, que también requirió a la viuda de Perón y a Italo Luder, candidato del PJ en las elecciones de 1983. Ambos se excusaron de asistir por problemas de salud.

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