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El semillero de la PNT está en las facultades de diseño y publicidad. De la Universidad de Palermo, el profesor Martín Gabriel Stortoni cuenta que “la PNT se trabaja desde la planificación de medios”. Para el mundo académico privado, la PNT no se detiene en la tele: llegan a los baños públicos, exposiciones inesperadas, promociones subterráneas. “Se busca la posibilidad de presentar nuevas ideas”. No hay mucha bibliografía, así que se trabaja con apuntes de cátedra. Stortoni cree que a veces la artística es excesiva: “los productos de Suar emiten estímulos publicitarios con resultados desparejos”.
En la Universidad del Salvador da clases de PNT Omar Tiraboschi: “Cada vez cuesta más que se perciba la publicidad”, dice. “Hay un ‘no límite’ entre tanda y programa que empieza a ser difuso. Tampoco se separa la publicidad del cine. Si la economía se mete en la vida cotidiana, la publicidad lo hace cada vez más fuerte”, opina el profesor, que cuestiona la forma de estimular el consumo. “Si las formas son cuestionables, la publicidad también”, reflexiona. Pero tiene una teoría benévola sobre el consumo superfluo. “Buena parte de la sociedad está ocupada en cosas innecesarias. Si el comercio no estimulara consumo no imprescindibles, habría menos gente ocupada”. Se trata de estimular el pensamiento lateral. Un trabajo práctico que recibió Tiraboschi planteaba una campaña insólita a favor del Colegio Militar. “La propuesta era crear un personaje en una tira de Pol-ka, un tipo que quiere ingresar al Colegio. Era un modo de mostrar a un personaje que podía optar un camino cuestionado, de una manera aparentemente normal”.