PSICOLOGíA › LOS JOVENES “DES-CIUDADANIZADOS”

Mortificación en la escuela

Por Monika Arredondo *

La “reestructuración del aparato productivo” marginalizó y lesionó el tejido social fragmentó a los grupos y aisló a los individuos. Los grupos que trabajan en las instituciones escolares y las habitan padecen lo que Fernando Ulloa denomina “la cultura de la mortificación”: se naturalizan las situaciones de violencia y se convierten en un marco cotidiano del trabajo.
Si la institución propone un vínculo de “mortificación y sometimiento”, la escena de una víctima y un victimario se inscribe entonces en su imaginario como la única forma posible de vinculación. El sacrificio debe ser cumplido, la tensión entre individuo y comunidad no se puede resolver por vía de un acuerdo, y la división entre desplazados y “recluidos” se profundiza, ya que el lugar del encuentro entre ambos ha sido vulnerado. Lo que sucedió en la escuela Malvinas Argentinas es un analizador de las condiciones de violencia en que se desarrolla el cotidiano de los educadores y educandos hoy en la Argentina. Hay innumerables y continuas pequeñas violencias cotidianas, réplica deformada de la violencia del afuera.
El trabajo y la educación fueron prácticas privilegiadas para dar sentido a la identidad en la modernidad, pero el proceso histórico pone de manifiesto la crisis de estos modos de socialización. Muchos de los símbolos actuales de la identidad tienen su origen en el mercado: no en el rescate de un pasado histórico, sino en el puro presente del consumo: consumir o ser consumido. Y es en los espacios de la vida cotidiana donde se dirime la lucha por la constitución de sentido. Pero si en estos espacios, la familia, los colegios, los clubes, las plazas, las calles, se instala un clima de peligrosidad, en los vínculos predominarán la desconfianza, el desamparo y la inseguridad.
El vínculo que nuestra sociedad instaura con sus jóvenes recrea en muchos puntos la condición del inmigrante. El joven, al des-ciudadanizarse, pasa a ser un extraño, un sujeto que ya no tiene derechos ni reglas establecidas a priori. Su lugar de alojamiento ha sido vulnerado. La escuela se ha debilitado como agente privilegiado de socialización, y no obstante sigue siendo para nuestros chicos el lugar donde expresar aquello que les sucede. Los docentes deberían estar preparados para escuchar y participar en un proceso social de recuperación de la historia.

* Analista institucional.

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