SOCIEDAD › TIROTEO EN RAMOS MEJíA, CON TRES LADRONES Y UN POLICíA ACRIBILLADOS A PLENA LUZ DEL DíA

Las balas son del infierno

Cinco hombres asaltaron una casa de familia. Un vecino los vio y llamó al 911. Se tirotearon durante diez minutos. Tres delincuentes y un uniformado murieron. Su compañera sufrió una crisis de nervios. Otro policía resultó herido al volcar el patrullero.

A diez cuadras de la estación Ramos Mejía, en La Matanza, y a dos cuadras del límite con el partido de Morón. Calle Alsina, entre Boedo y Lamadrid. Barrio de casas bajas y chalet. A las 10.20 de la mañana de ayer, los vecinos del barrio pasaron unos diez minutos aterrados debajo de la cama, mientras en la calle se entrecruzaban disparos de pistolas y escopetas, se escuchaban vidrios que estallaban, silbidos de balas rebotando contra las paredes, ayes y quejidos de impactados. En esos diez minutos, tres asaltantes y un policía murieron acribillados, un patrullero resultó volcado, un policía herido en el vuelco, una camioneta Kangoo hecha un colador y una uniformada internada con un ataque de nervios.

Todo se había iniciado poco antes de las 10.30, cuando cinco asaltantes entraron en el chalet de Alsina 1022. Redujeron a la dueña de casa, a sus dos hijos y a una empleada y se dedicaron a cargar diversos objetos que fueron sacando de la casa en una camioneta Kangoo gris, patente GLG 617.

Los ladrones iban levantando los electrodomésticos y los cargaban en la furgoneta de la Kangoo como si se tratara de una mudanza a plena luz del día. Así, fueron extrayendo un equipo de computación completo, una pantalla plasma gigante y artículos varios.

Pero un vecino vio los movimientos y sospechó, o pudo ver a la banda cuando entraba en la casa, y llamó al 911. A los pocos minutos, varios patrulleros de la comisaría 2ª de Ramos Mejía, ubicada a unas 14 cuadras de allí, llegaron al lugar chirriando gomas.

El primer patrullero que llegó detectó a los ladrones que ya escapaban en la Kangoo gris, cargada de enseres, pero que todavía se encontraba en la misma cuadra de la familia asaltada, sobre la calle Alsina.

Allí mismo se desató el tiroteo. Dos de los asaltantes lograron huir a la carrera. Otros dos quedaron encerrados dentro del vehículo. Uno de ellos logró bajar y enfrentar a tiros a los policías. Mientras un tercero disparaba mientras huía a pie.

La escena, relatada en unas pocas líneas, da la idea de vértigo y velocidad, pero no alcanza a explicar la situación que se vivió a lo largo de diez minutos. Los vecinos aseguran haber escuchado al menos medio centenar de disparos. Pero es muy probable que la cantidad fuera mayor. También aseguraron que iban llegando al lugar más y más patrulleros y que la intensidad del tiroteo fue en aumento. Sonaban disparos de pistolas y estampidas de escopetas, que se escuchaban a cuadras de distancia.

Uno de los delincuentes, el que intentaba escapar conduciendo la Kangoo, murió al volante. Otro, que se había escudado detrás del mismo vehículo, cayó acribillado y su cuerpo se vio tendido junto a la puerta de la camioneta del lado del conductor. Un tercero cayó frente a la puerta de una casa vecina, también baleado.

Del lado policial, un uniformado murió también acribillado. Según la información oficial, se trata del oficial de la comisaría segunda de Ramos Mejía, Fabio Claudio Rober, de 40 años, quien recibió cinco disparos. Fue llevado en emergencia al Hospital de Haedo, a pocas cuadras de allí, pero finalmente falleció. Rober fue uno de los primeros policías en llegar al lugar. En el mismo patrullero también viajaba una mujer policía, que fue internada con una crisis de nervios.

Por otro lado, otro uniformado de la comisaría de Lomas del Mirador, también en La Matanza, resultó herido al volcar su patrulla, en la esquina de San Martín y Humboldt, a unas 25 cuadras del lugar, cuando estaba en camino de auxiliar a sus compañeros.

El lugar quedó vallado, mientras los peritos de la Policía Científica se dedicaban a levantar vainas y plomos desperdigados en el escenario –levantaron en la escena del crimen al menos 50 vainas–. Las al menos 50 vainas que recogieron eran de calibre 9 milímetros, coincidente con las armas de los policías y de los delincuentes, que habían utilizado pistolas semejantes. La camioneta Kangoo quedó estacionada en diagonal, allí mismo, con uno de los cuerpos de los asaltantes dentro y otro al costado. El vehículo había resultado perforado como un colador. Se investiga si se trata de un auto robado. El caso es investigado por la fiscal María Cecilia Revello, de la Fiscalía 7 de La Matanza.

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La camioneta Kangoo completamente agujereada, y el cuerpo de uno de los asaltantes junto a la puerta.
Imagen: Télam
 
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